Agricultura

La cosecha de trigo y cebada duplicará la recogida del año pasado

La producción será muy mala en la mitad oriental de la península

La siembra de cereales de ciclo corto
Las previsiones para 2024 apuntan a una cosecha de 16 millones de toneladas de trigo y cebada, frente a 7,7 millones en 2023Sergio Gómez

Ha arrancado la siega de cereales de otoño-invierno en las zonas más tempranas de Andalucía. Las primeras previsiones que se manejan es que la cosecha aumentará de forma importante en relación con las cifras del año pasado, que fueron las más bajas en mucho tiempo. Sin embargo, hay algunas comarcas de Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana, la Rioja, parte de Navarra y las provincias más orientales de Castilla la Mancha en las que la sequía ha causado estragos por segundo año consecutivo y la producción que se recoja será muy baja. Mientras tanto, la campaña de siegas ha dado comienzo con el mercado interior caracterizado por una clara tónica alcista, partiendo eso sí de precios muy bajos. Las cotizaciones se han orientado al alza también en el mercado internacional, lo que, por supuesto, incide en el español, debido a la situación climatológica que se registra en Rusia, que podría provocar un recorte de su cosecha.

De acuerdo con las previsiones de la consultora Asegrain, las primeras y únicas que se han publicado hasta el momento, la cosecha de cereales de trigo y cebada se situará en poco más de 16 millones de toneladas, frente a los 7,7 millones que se obtuvieron en 2023. Según esas estimaciones, de trigo blando se obtendrían 6,7 millones (3,5 en 2023, con datos del Ministerio de Agricultura); de trigo duro casi se llegará al millón de toneladas (431.799) mientras que de cebada se espera recoger 8,3 millones frente a los 3,79 del año pasado. En el caso de la cebada y del trigo duro los incrementos son superiores al 100 por cien; en trigo blando el aumento de la producción será del 89 por ciento. No obstante, hay que recordar que se trata de cifras provisionales, a la espera de lo que suceda con la climatología en las zonas medias y más tardías.

Mientras tanto, los precios en el mercado interior llevan varias semanas orientados al alza, aunque, eso sí, partían de niveles muy bajos. En las principales lonjas se han registrado en las ultimas jornadas subidas y repeticiones, y ya han aparecido en Sevilla las cotizaciones del trigo de la nueva campaña. Aun así, en las principales plazas los precios son todavía inferiores a los que registraron el año pasado por estas mismas fechas; la caída se sitúa alrededor del 15 por ciento, pero esta cifra media era mucho más elevada a principios de abril, cuando todavía no había comenzado la recuperación. En los principales mercados internacionales, los precios del trigo y el maíz experimentaron importantes subidas en comparativa semanal, debido a la confluencia de diferentes factores, entre las que destaca la situación climatológica en Rusia y su incidencia sobre la producción de este año. En comparativa anual los precios del trigo son más elevados en Chicago y París, (en torno a un 13 por ciento de subida) que en las mismas fechas de 2023; por el contrario, el maíz permanece por debajo.

En este marco destacan las ultimas previsiones hechas por el Consejo Internacional de Cereales (CIC) que sitúan la cosecha mundial en 2.312 millones de toneladas, lo que supone un ligero recorte de 10 millones de toneladas sobre las estimaciones que publicó en abril y que se debe a la caída de la producción esperada de maíz por la revisión de las cifras en Argentina y los principales productores de África; también ha recortado las cosechas de trigo en Rusia, Ucrania y Estados Unidos. A pesar de ello la cosecha seguirá en niveles históricos. En lo que respecta al consumo, este se situaría en la campaña 2024-25 un poco por encima de la actual y subiría el 0,4 por ciento hasta llegar a los 2.320 millones de toneladas. La existencias al acabar la actual campaña serían de 588 millones de toneladas, mientras que a finales de 2024-25 serían de 580 millones.

Un dato para tener en cuenta, que es muy importante en el actual contexto europeo, en el que cada vez hay más preocupación por la soberanía alimentaria, es que la mayor parte de las existencias de trigo y maíz están en manos de China. Estos son los últimos datos proporcionados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA): en el caso del trigo, a finales de esta campaña habrá unas existencias en todo el mundo de 257 millones de toneladas; 132 de ellas serán controladas por los chinos, lo que supone más del 50 por ciento. En el caso de los cereales secundarios, el Gobierno de Pekín tendrá 211 millones de toneladas, frente a unas existencias mundiales de 339, lo que viene a suponer casi dos tercios del total.