Macroeconomía

Draghi no tiene intención de acabar con los «tipos cero»

El presidente del BCE pide en el Parlamento Europeo más reformas estructurales

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghilarazon

El presidente del BCE pide en el Parlamento Europeo más reformas estructurales

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, compareció ayer ante la sesión plenaria de la Eurocámara en un acto de reafirmación tanto de la política del Eurobanco como de los deberes que el banquero italiano prescribe a los gobiernos que comparten la moneda única, en un momento de zozobra en el proyecto de integración europeo. En una sesión que tenía como cometido presentar las conclusiones sobre la política monetaria del BCE en el año 2015, Draghi dejó claro que no tiene intención de poner freno ni a su política de expansión monetaria ni a los bajos tipos de interés.

«Los bajos tipos de interés de hoy son necesarios para unos tipos más altos en el futuro», sentenció el banquero a la vez que reconocía que la baja rentabilidad de los bancos europeos es un factor que puede desestabilizar la recuperación económica debido a la contracción del crédito a familias y empresas. A pesar de esto, Draghi también puntualizó que la política de tipos bajos del BCE tan sólo es uno de los factores del declive en los menores beneficios de las entidades financieras europeas que en los últimos años han alimentado estructuras deficitarias, sobrecapacidad y siguen enfrentándose a créditos morosos en sus balances.

Sobre el programa de expansión cuantitativa, el presidente del BCE señaló que el alza de la inflación –si bien va por el buen camino–, se debe en parte al efecto estadístico en el alza de los precios del petróleo y, por lo tanto, el Eurobanco no cejará en su empeño de que el incremento de los precios se sitúe cerca pero por debajo del 2%, tal y como prescribe su mandato.

En el capítulo de deberes, el presidente de la entidad sigue recordando que la política monetaria no puede sustentar en solitario la recuperación económica. Es por eso que pide aumentar el ritmo de las reformas estructurales y políticas fiscales más expansivas (mayor inversión y menores impuestos), respetando a su vez las reglas de déficit europeas. Esta última referencia se interpreta como una crítica velada a países como Alemania y Holanda, que cuentan con superávit fiscal.