Finanzas

Bitcoin: Alto riesgo de fraude o ruina

Ha pasado de costar 20.000 dólares a 8.000. «Forbes» saca su primera lista de «millonarios» en criptomonedas.

Una máquina de Bitcoin en un restaurante de San Diego, California, en una imagen de archivo
Una máquina de Bitcoin en un restaurante de San Diego, California, en una imagen de archivolarazon

Ha pasado de costar 20.000 dólares a 8.000. «Forbes» saca su primera lista de «millonarios» en criptomonedas.

El Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) insistieron ayer, una vez más, en los peligros de la inversión en criptomonedas en otra jornada de fuerte volatilidad del bitcoin. En esta ocasión con más contundencia: «En este tipo de inversiones existe un alto riesgo de pérdida o fraude». Sólo en la sesión de ayer, el bitcoin subió 1.000 dólares desde el cierre del miércoles, hasta alcanzar los 8.600 dólares. En menos de dos meses, la más popular de las criptomonedas se ha dejado la mitad de su «valor».

En un documento hecho público ayer conjuntamente por el Banco de España y la CNMV se advierte de que las «criptomonedas» no están respaldadas por un banco central u otras autoridades públicas, aunque «se presentan en ocasiones como alternativa al dinero de curso legal, si bien tienen características muy diferentes: no es obligatorio aceptarlas como medio de pago de deudas u otras obligaciones; su circulación es muy limitada y su valor oscila fuertemente, por lo que no pueden considerarse un buen depósito de valor ni una unidad de cuenta estable».

La cotización del bitcoin en los últimos doce meses se ha llegado a multiplicar por veinte. En febrero del pasado año un bitcoin se pagaba a 956 dólares en las plataformas en donde se cotiza. El 17 de diciembre del pasado año llegó a rozar los 20.000 dólares. Ha bajado en este año hasta los 6.377 dólares y ayer estuvo entre los 8.100 y los 8.700 dólares.

Ayer, la revista «Forbes», hizo pública su primera lista de «millonarios» en bitcoins. Un total de 21.520 millones están repartidos entre 19 inversores. Comanda la clasificación Chris Larsen, cofundador de una moneda virtual, el «ripple». Su fortuna asciende ahora a 8.000 millones de dólares. Llegó a ser de 20.000 millones. El segundo es Joseph Lubin, mantenedor de «ethereum», otra criptomoneda, con entre 1.000 y 5.000 millones. El tercero es Changeng Zhao, alias «CZ», fundador de la plataforma de intercambio Binance, con entre 1.000 y 2.000 millones.

La CNMV y el Banco de España aseguraron ayer que, hasta la fecha, ninguna emisión de «criptomoneda» ni ninguna ICO (oferta inicial de criptomonedas, el equivalente a una salida a bolsa de una empresa) ha sido registrada, autorizada o verificada por ningún organismo supervisor en España. Esto implica que no existen «criptomonedas» ni «tokens» emitidos en ICOs cuya adquisición o tenencia en España pueda beneficiarse de ninguna de las garantías o protecciones previstas en la normativa relativa a productos bancarios.

Sin regulación

La CNMV y el Banco de España recuerdan que las criptomonedas y los actores implicados en su comercialización directa no están regulados en la UE, así como que los «tokens» emitidos en una ICO o los productos financieros referenciados a criptomonedas «podrían no estar sujetos a regulación», añade el comunicado. Así, los compradores o inversores en estos productos son «especialmente vulnerables al fraude, a la manipulación de precios o a otras actividades ilícitas». De hecho, en algunos países se han detectado estafas y esquemas piramidales relacionados con la colocación de ofertas. Advierten de que en muchas ocasiones los emisores, custodios o comercializadores de criptomonedas no están localizados en España, por lo que la resolución de posibles conflictos en relación con ellos «podría quedar fuera del ámbito competencial de las autoridades españolas»».

La CNMV y el Banco de España señalan que las criptomonedas carecen de valor intrínseco, por lo que son «inversiones altamente especulativas», al tiempo que están expuestas a fallos operativos y amenazas cibernéticas que pueden llevar a la indisponibilidad temporal o la pérdida de la inversión.