Empresas
El pequeño comercio agoniza: 6.689 establecimientos echan el cierre en 2018
El comercio electrónico y los descuentos permanentes de los grandes grupos están reduciendo el sector
El comercio electrónico y los descuentos permanentes de los grandes grupos están reduciendo el sector
La Gran Vía madrileña se ha convertido en el paradigma del comercio moderno. Las pequeñas tiendas de toda la vida han sido barridas por las grandes cadenas y resulta casi imposible encontrar algún establecimiento de los de antes. Cada año, miles de estas pequeñas tiendas echan el cierre. El año pasado lo hicieron 6.698 en toda España, según los datos del directorio de empresas (Dirce) del Instituto Nacional de Estadística (Dirce). De 458.169 empresas de comercio minorista con menos de veinte trabajadores o autónomos que había en 2017 se pasó a 451.471. En 2015 su número superaba las 469.000. La situación es todavía más dramática entre los negocios sin asalariados. El año pasado se perdieron 10.000, según los datos de la Confederación Española de Comercio (CEC). El Índice del Comercio Minorista del INE de 2018 refleja que los pequeños y medianos establecimientos fueron los únicos que presentaron tasas de crecimiento negativas, -0,7%.
El auge del comercio electrónico y la “fiebre de los descuentos permanentes”, como la define la CEC, están esquilmando a marchas forzadas al comercio tradicional. En ambas causas, las grandes cadenas han tenido mucho que decir. Respaldadas por su músculo financiero, las grandes cadenas de distribución han aprovechado la liberalización del periodo de rebajas para hacer de los descuentos permanentes parte importante de su plan de negocio. Una estrategia contra la que los pequeños comercios no pueden competir. Aunque se ven arrastrados a adherirse a la tendencia, lo hacen a coste de una fuerte reducción de sus márgenes, lo que está llevando a muchos a su desaparición. Sectores como el textil son exponentes de una espiral que la patronal, Acotex, viene denunciando desde hace años. Incluso algunas de las grandes cadenas, como Inditex, dudan de lo adecuado del modelo. La multinacional gallega, de hecho, ha decidido desmarcarse de esta tendencia en los últimos meses aunque ello le haya supuesto un menor crecimiento y cierto castigo de los inversores. Las quejas del pequeño comercio han llegado ya hasta la mesa de Reyes Maroto, ministra de Industria y Comercio, que ha prometido constituir una mesa para analizar las consecuencias de la liberalización de las rebajas aunque, de momento, no ha tomado partido por ninguna postura, aseguran desde la CEC.
El comercio online es otra dura realidad con la que el pequeño comercio debe convivir en clara desigualdad de condiciones. Mantener el servicio abierto las 24 horas no es ni logística ni económicamente viable para el pequeño comercio. Por no serlo, no lo es ni para las grandes cadenas. A excepción de Inditex, que asegura que en sus ventas a través de internet no sufren merma en sus márgenes, el resto reconoce de un modo u otro que es un canal en el que hay que estar aunque aunque ahora cueste rentabilizarlo porque es el futuro. Y cada vez más el presente. Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNCM), en el primer trimestre de 2018 el comercio electrónico superó los 8.900 millones de euros, un 32,8% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
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