Cataluña

Javier Morillas: «Si se capea el tema de Cataluña habrá una época prolongada de crecimiento»

Javier Morillas: «Si se capea el tema de Cataluña habrá una época prolongada de crecimiento»
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Acaba de presentar el libro «El Economista. Más de 160 años de la economía de España». Un historia que relata en paralelo la vida de la primera cabecera económica de España y el devenir de nuestro país, desde Isabel II hasta el reinado de Felipe VI.

–¿Qué significa «El Economista» en la vida periodística?

–Los actuales propietarios pensaban que la cabecera era de 1886 y lo que hemos descubierto es que «El Economista» data de 1854. Es casi coetáneo de «The Economist», que nace en 1831. Guarda simetrías con el respeto y admiración que los constitucionalistas españoles tenían con Inglaterra. No es extraño que coincidieran en el nombre. Ocurrió después en Francia, Italia y Bélgica.

–Fue un acontecimiento.

–Sin duda. Que no hubiera economistas y existiera un periódico con esa cabecera...

–¿Unos iluminados?

–A decir verdad, sí. Estamos hablando de la época de Isabel II.

–¿Estaba peor España?

–La situación de la economía era mala. No se había recuperado de la Guerra de Resistencia (al autor no le gusta hablar de Guerra de la Independencia entre 1808 y 1814). No olvidemos que Napoleón quiso llevarse de España todo, hasta el ganado. Fue una pérdida de aparato económico, de aparato productivo. Este expolio supuso empezar de cero. La recuperación empieza precisamente en la segunda mitad del siglo XIX.

–¿Qué ideales defendía «El Economista» en esa época?

–Impulsar el librecambismo y la necesidad de crédito. Por eso, da mucha importancia al nacimiento de bancos y cajas de ahorros y, sobre todo, a las infraestructuras. Los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos son los que dirigen «El Economista».

–¿Cuál era el publico objetivo al que se dirigía el periódico?

–Un público muy selecto, porque para interesarse por cuestiones económicas en 1854... Insistía mucho en apuntalar el conocimiento económico. Había artículos sobre qué es el tipo de interés, la necesidad de la banca... Se repartía en las universidades, había precios especiales para los maestros, las escuelas...

–¿De qué forma podía sobrevivir la prensa en la época?

–Se mantenía por las suscripciones de los socios y por las ventas. A partir de 1876 empieza a recibir ya publicidad. Mucha. Coincide, ¡cómo no! con otro periodo de recuperación económica, la Restauración. Hasta 1931, «El Economista» tiene el monopolio de los anuncios de los grandes bancos y empresas. Se puede seguir la historia de los grandes bancos españoles sólo siguiendo los anuncios de las convocatorias de juntas, consejos... en «El Economista».

–¿Tuvo tendencia política?

–Siempre se mantuvo al margen, aunque era difícil. En la primera etapa la influencia venía de los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos; en la segunda, de los abogados del Estado.

–¿Siempre tuvo periodicidad semanal en aquellos años?

–Sólo fue diario entre 1876 y 1886 y durante algunos periodos. Nunca se llegó a consolidar como tal.

–¿Por qué ha tardado tanto tiempo en consolidarse en España la prensa económica?

–Primero por la escasez de conocimientos económicos y por la falta de sensibilidad hacia esos temas; luego, porque la prensa generalista empezó a incluir mucha información económica. Nunca llegó a calar el equivalente español a «The Wall Street Journal», «Financial Times».

–¿No se repite esa sensación?

–Hay un analfabetismo financiero muy grande. Las empresas no han tenido los excedentes de EE UU o Reino Unido para dedicarlos a la publicidad. Y, si falta, ese dinero las cabeceras económicas no tienen capacidad de sobrevivir.

–¿Por qué?

–Está relacionado con la capacidad de ahorro.

–¿Qué hecho económico le merece la mayor importancia en todo el periodo analizado?

–La entrada en el euro y la construcción de infraestructuras. Antes, la Restauración, que abrió un largo periodo de crecimiento económico.

–¿Cómo ve la economía hoy?

–El potencial de la economía española siempre ha sido grande, igual que los recursos humanos. Los recursos de capital no, pero, al final, siempre se han acabado por encontrar. Pero la estabilidad política es lo que ha fallado en otras ocasiones y es lo que nos está generando ruido. Si hubiéramos seguido con la Constitución de 1812 nos hubiéramos ahorrado muchos problemas. Hubiera ocurrido como en EE UU.

–¿Vislumbra una etapa de crecimiento prolongada?

–Yo creo que sí. Si se capea el tema de Cataluña... Está afectando en términos de contabilidad nacional, pero produce un efecto derrame. Cataluña puede decrecer, pero crecen más Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares, las regiones adonde se han ido los capitales.

–¿Cuándo se empezará a notar de una forma más notoria?

–En el primer trimestre de 2018. El gasto de Navidad empaña algo la situación real.