Mercado laboral

Mochila austriaca: una paga extra de 13.000 euros para la jubilación

Feijoó incluye su implantación en su programa para el 23J. El Banco de España propuso en 2021 un modelo mixto, con mochila e indemnización por despido de 10 días

Un grupo de jubilados en Gijón
Jubilados en GijónPlatónLa Razón

L a mochila austriaca vuelve a la actualidad política. El candidato a la presidencia y líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoó, ha incluido en el programa electoral con el que concurrirá a los comicios del 23 de julio la implantación de este instrumento para crear cuentas de ahorro individual nutridas por las empresas que acompañen al trabajador hasta la jubilación. El Círculo de Empresarios también ha respaldado recientemente la adopción de la mochila austriaca que podría suponer un ingreso extra de HASTA 13.000 euros para la jubilación en el caso de un trabajador que cobre 1.500 euros.

Este modelo se implantó en 2003 en Austria como un instrumento regulador del mercado laboral. La mochila acompaña al trabajador durante toda su carrera y consiste en un fondo de capitalización individual en el que la empresa deposita una porcentaje del salario del trabajador, en el caso de Austria, un 1,53%. Ese dinero acumulado sirve de colchón para indemnizar al trabajador en caso de despido, ya que allí no existe la indemnización como en España. Si el trabajador cambia de empresa voluntariamente, la empresa de origen deriva a la nueva las aportaciones a este fondo y esta cobertura también sirve como complemento para la jubilación en caso de que el empleado no sea despedido o no haya hecho uso del dinero de la mochila.

No obstante, teniendo en cuenta que el salario medio en Austria en 2022 se situó en 4.389 euros al mes, mientras que en España fue de 2.363 euros, aplicar la mochila tal y como se hace en Austria sería muy perjudicial para el trabajador español en caso de despido. Por ejemplo, si se implantase de la misma manera, un español con un salario de aproximadamente 1.500 euros (el más frecuente) que empezase a trabajar en 2024 y fuese despedido en 2028, pasaría de cobrar 4.000 euros de indemnización (20 días por año trabajado) a no llevarse nada por este concepto, pero recibiría 1.285 euros de mochila (1,53% del salario por año trabajado). ¿La parte positiva? En el caso de dejar su trabajo voluntariamente, también se llevaría esos 1.285 euros, a modo de ahorro para su jubilación. En el caso de los trabajadores con más antigüedad, lo oportuno sería conservar la indemnización correspondiente hasta el año de implantación de una hipotética mochila.

La mochila combate la temporalidad, es un complemento para la jubilación e impulsa la movilidad

La desaparición de la indemnización por despido supondría una pérdida de derechos para el trabajador al abaratarse el despido y mal gestionada puede incluso tener el efecto contrario: incrementar los costes laborales para las empresas. En el lado de las ventajas, bien aplicada, la mochila austriaca beneficia a los trabajadores que deciden cambiar de empresa, sirve de complemento para la jubilación y combate la temporalidad al equilibrar la protección por despido entre fijos y temporales.

Buscando precisamente el equilibro, en 2021, el Banco de España propuso la implantación de un modelo mixto de la mochila austriaca, en el que la indemnización por despido se redujese a 10 día a cambio de que las empresas aportasen 6 días de salario por año trabajadoa un fondo que el trabajador recibiría tanto si es despedido como si deja la empresa. El organismo sugirió hacer este cambio con la ayuda de los fondos europeos. En concreto, proponía que el Estado aportase 8.000 millones de euros en un periodo de cuatro años para mitigar parcialmente el sobrecoste que asumirían las empresas durante la transición hacia el nuevo esquema, unos 9.000 millones, al tener que abonar simultáneamente las nuevas cotizaciones y las indemnizaciones acumuladas bajo el esquema previo.

Según sus simulaciones, un trabajador con un salario de 1.500 euros al mes, con inicio de contrato el 1 de enero de 2011, que sufriese un despido objetivo por razones económicas el 31 de diciembre de 2014, percibiría 60 días de sueldo (20 por cada año anterior a la reforma y 10 por cada uno posterior), es decir, 3.000 euros de indemnización. Además, dispondría de otros 600 euros en su fondo individual (6 días por año después de la reforma) para un total de 3.600 euros. Ese mismo trabajador, en el esquema sin reforma, percibiría 80 días, es decir, 4.000 euros. Por el contrario, si se moviese voluntariamente a otra empresa, no percibiría nada, pero dispondría de 600 euros bajo la reforma propuesta.

Abarata el despido y mal aplicada puede incrementar los costes laborales de las empresas

Siguiendo la hipótesis del Banco de España, LA RAZÓN ha calculado qué fondos extra tendría para la jubilación un trabajador con un sueldo de 1.500 euros que empezase a trabajar en 2024 y se jubilase en 2064, con dos supuestos de cotización –38 años y 6 meses y 40 años–, si se implantase la mochila austriaca. Con el modelo de 10 días de indemnización y 6 de mochila, el trabajador cobraría entre 19.250 y 20.000 euros si fuera despedido cerca de su edad de jubilación, mientras que se embolsaría 11.550 euros (38,5 euros cotizados) o 12.000 euros (40 años cotizados) adicionales en concepto de mochila, unas cantidades que servirían de complemento para la jubilación y que se cobrarían tanto si es despedido como si deja su trabajo. Si en lugar de 6 días de fondo, la aportación a la mochila fuese del 1,53% del salario anual, la indemnización se mantendría en las mismas cifras que el supuesto anterior, pero la mochila alcanzarían los 12.370 euros (38,5 años) o 12.852 euros (40 años).

En el caso de mantenerse el modelo actual, de 20 días de indemnización por año trabajado sin mochila, si este trabajador fuese despedido casi al final de su vida laboral se llevaría entre 38.500 y 40.000 euros de indemnización, según su cotización. Este supuesto es poco probable, ya que no es habitual que los despidos se produzcan casi alcanzada la jubilación por el gran desembolso que supondría para la empresa. Si se jubila sin percances, el trabajador no contará con un fondo que complemente su pensión, a no ser que hubiera contratado un plan de pensiones privado o su empresa le ofreciese uno de empleo.