Guerra comercial

El pacto arancelario entre la UE y EE UU amenaza el 68% del comercio agroalimentario español, en riesgo por competencia desleal

La cadena alimentaria critica ante Planas y Cuerpo que se trata de un mal acuerdo, exige compensaciones y reprocha al Gobierno que aún no tenga un plan de choque

Economía.-COAG denuncia que la UE "sacrifica" la PAC y avanza que los tractores volverán a las carreteras de toda Europa
Economía.-COAG denuncia que la UE "sacrifica" la PAC y avanza que los tractores volverán a las carreteras de toda EuropaEuropa Press

El pacto arancelario entre la Unión Europea y Estados Unidos ha encendido todas las alarmas en el sector alimentario español, donde el temor ya se concreta en cifras: el 68% del comercio agroalimentario español está amenazado, al depender del mercado comunitario y, por tanto, quedar expuesto a las distorsiones por el acuerdo, señala la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).

Esta preocupación se trasladó directamente al Gobierno en la reunión mantenida este miércoles entre 32 organizaciones de la cadena agroalimentaria y los ministros de Economía, Carlos Cuerpo, y de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. Durante el encuentro, el sector ha pedido compensaciones y ha criticado que el Gobierno no haya presentado ningún plan adicional.

El Ejecutivo se ha limitado a asegurar que defenderá los intereses de las empresas españolas y las acompañará, ante lo que Unión de Uniones y la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), entre otras, han reclamado una modificación del Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial aprobado por el Gobierno para adaptarlo a las nuevas necesidad y porque "olvida a los productores", ha señalado el coordinador nacional de Unión de Uniones, Luis Cortés. En el mismo sentido se ha pronunciado Miguel Padilla, secretario general de COAG, en declaraciones a LA RAZÓN.

El Gobierno ha recordado que cuenta con un Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial, aprobado el pasado mes de abril, que moviliza más de 14.300 millones de euros para amortiguar el impacto de los aranceles. No obstante, COAG duda que vayan a llegar a los bolsillos de los productores. "¿Las ayudas para quienes son, para los que exportan o para los que producen? Tengo mis dudas", señala el secretario general de COAG, que recuerda que cuando se alcanzó el acuerdo comercial con Marruecos también le prometieron ayudas al sector y, dice, aún no han recibido nada.

Para el presidente de la organización agraria Asaja, Pedro Barato, la reunión ha carecido de contenido y ha asegurado que se trata de "un mal acuerdo" para los intereses agrarios españoles, especialmente para los sectores del vino, el aceite o el queso manchego. Desde UPA, su secretario general, Cristóbal Cano, cree que la UE ha "claudicado" ante Estados Unidos en esta negociación. A juicio de COAG se trata de una "cesión unilateral" de Bruselas a los intereses estadounidenses, que abre la puerta a una "competencia desleal intolerable". Padilla lo resume con crudeza: "Una vez más, Bruselas sacrifica al campo europeo en aras de intereses industriales, militares y geopolíticos".

El núcleo de la crítica es la asimetría. "Estamos ante un acuerdo totalmente desequilibrado que ni siquiera contempla el prometido `zero to zero' en productos agrícolas", denuncia Padilla. Mientras la UE elimina aranceles a productos agroalimentarios e industriales procedentes de Estados Unidos, se mantienen gravámenes del 15% sobre exportaciones clave españolas y europeas como el vino, el aceite de oliva y los frutos secos. En paralelo, se concede acceso preferencial a productos estadounidenses como almendras, lácteos industriales, frutas y verduras, semillas, aceite de soja, carne de cerdo y bisonte y langosta procesada producidos bajo estándares ambientales y sanitarios más laxos que los europeos.

"Estamos ante un marco de competencia desigual", insiste Padilla, que recuerda que ni siquiera las prioridades de Bruselas en materia agroalimentaria —vino y bebidas espirituosas— han logrado mejoras significativas en el mercado estadounidense. Si productos más baratos, elaborados con requisitos ambientales y de bienestar animal menos exigentes, inundan el mercado comunitario, los agricultores españoles se verán obligados a competir a la baja, erosionando la rentabilidad y poniendo en riesgo la sostenibilidad de explotaciones familiares y cooperativas rurales.

"Legitima una competencia desleal intolerable", señala Padilla, por ello, COAG ha reclamado al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que España rechace el acuerdo comercial en el proceso de ratificación en Parlamento Europeo, Consejo y Comisión. Así lo ha pedido en la reunión de hoy.

La amenaza no solo procede del acuerdo alcanzado el pasado 21 de agosto entre EE UU y la UE, sino también de los pactos que Trump firme con otros países. Si países como Argentina o Australia logran condiciones más ventajosas para entrar en el mercado norteamericano, sus excedentes podrían acabar redirigiéndose hacia Europa, desplazando a productores españoles.

Padilla se muestra también sorprendido por el compromiso de la UE de relajar la aplicación de su normativa de deforestación y sostenibilidad que "debilita la coherencia de su política ambiental". "Por el contrario, la agricultura europea no obtiene ninguna mejora sustancial en el acceso al mercado estadounidense. Ni el vino ni las bebidas espirituosas, dos prioridades señaladas por Bruselas, han logrado concesiones arancelarias", denuncia COAG. "Los más grave no son los aranceles sino la letra pequeña", señala Padilla en declaraciones a LA RAZÓN, refiriéndose a las concesiones que obtiene EE UU.

Bruselas, acorralada

El pasado jueves la UE cerró el acuerdo formal con Estados Unidos para un arancel general máximo del 15% a sus exportaciones que se aplicará también a sectores como el farmacéutico y los semiconductores, aunque en el caso de los vehículos la rebaja desde el 27,5% actual queda condicionada a un mejor acceso a productos agrícolas y alimentos estadounidenses.

El vino y las bebidas destiladas europeas quedaron de momento fuera de la lista de productos beneficiados en el comunicado conjunto, pese a que Europa aspiraba a conseguir un buen trato para estos productos.

En el caso del sector de la automoción, los coches y componentes europeos se verán beneficiados de una rebaja de los gravámenes que hasta ahora se situaban en el 27,5%, para quedar bajo el paraguas del 15%. Esta medida está condicionada por parte de Washington a que la UE conceda acceso preferencial a su mercado, eliminando aranceles a productos pesqueros y agrícolas estadounidenses, incluidos frutos secos, productos lácteos, frutas y verduras frescas y procesadas, alimentos procesados, semillas para siembra, aceite de soja y carne de cerdo y bisonte.

Europa también se ha comprometido a comprar hidrocarburos estadounidenses por valor de 750.000 millones de dólares y chips por 40.000 millones, al tiempo que se abre a inversiones en sectores estratégicos norteamericanos.