Inteligencia Artificial

¿Tiene razón Musk al querer comprar OpenAI para volver a sus orígenes sin ánimo de lucro? Así ha pasado de ser un laboratorio a un gigante tecnológico

El magnate ha lanzado una oferta de 97.400 millones de dólares por la empresa creadora de ChatGPT, que está en pleno proceso de transformación hacia una organización lucrativa

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El CEO de OpenAI, Sam AltmanEuropa Press

Diez años después de que OpenAI echara a andar como un laboratorio de investigación sin ánimo de lucro, la compañía de inteligencia artificial (IA) ha evolucionado hacia un modelo de negocio que le ha permitido captar inversiones multimillonarias hasta el punto de rechazar sin ambages una oferta de 97.400 millones de dólares (unos 94.350 millones de euros).

Un grupo de inversores, entre los que se encuentra uno de sus fundadores, el magnate Elon Musk, ya desvinculado de esa compañía, ofrecieron ayer esta cantidad para hacerse con control de OpenAI, dueña de la herramienta de inteligencia artificial ChatGPT. Esta oferta llega pocos meses después de que Musk llevara a los tribunales el deseo de OpenAI de convertirse en una empresa con ánimo de lucro. Precisamente por ello, el dueño de la red social X (antes Twitter) y Tesla alega que su intención detrás de esta oferta es que "OpenAI vuelva a ser la fuerza de código abierto y centrada en la seguridad que alguna vez fue". Su consejero delegado, Sam Altman, rechazó de plano la oferta y respondió a Musk con un irónico "no gracias, pero compraremos Twitter por 9.740 millones de dólares si quieres".

El CEO de OpenAI busca convertir la compañía en un gigante tecnológico rentable, pero la estructura sin ánimo de lucro limita esta transformación. Su plan implica compensar justamente el valor de los activos generados hasta ahora a la entidad original para asumir el control total de la rama lucrativa de la empresa para finales de 2026. La preocupación del grupo liderado por Musk es que, si OpenAI pasa a ser una empresa lucrativa, su parte filantrópica podría perder el control y recibir una compensación insuficiente por todo lo que ha construido. En este contexto, la oferta de Musk no solo representa una confrontación personal, sino que también subraya los desafíos éticos y los intereses comerciales detrás de la inteligencia artificial.

Microsoft invirtió más de 10.000 millones de dólares en esta compañía, mientras que SoftBank, según la cadena de televisión estadounidense CNBC, contempla desembolsar 40.000 millones en la empresa, pudiendo alcanzar una valoración de 300.000 millones de dólares, lejos de los 97.400 millones ofrecidos por Musk.

Pero ¿por qué vale tanto?

Estas empresas "no suelen ser muy transparentes" en sus resultados económicos, ha explicado a EFE este martes Enrique Puertas, profesor de IA en la Universidad Europea, al referirse a las cuentas de OpenAI, que se ha convertido un gigante tecnológico que ha revolucionado la IA.

Hace unos meses trascendió a través de The New York Times que la empresa estimaba unas ventas de 3.700 millones de dólares en 2024, pero también unas pérdidas por 5.000 millones ese mismo año. Según las cifras difundidas entonces, OpenAI obtiene la mayor parte de sus ingresos de ChatGPT, producto con el que espera obtener unas ventas de 2.700 millones de dólares en 2024. (De momento no han trascendido los datos reales de facturación de 2024).

Respecto al número de usuarios, el diario indicaba que 350 millones de personas usaban sus servicios mensualmente en junio, más del triple que en marzo, y que unos 10 millones de usuarios de ChatGPT pagan una suscripción mensual de 20 dólares que podría elevarse a final de año.

¿Y si da pérdidas?

La compañía está en fase de expansión y su alto valor radica en el "potencial" que tiene de crecimiento de ingresos de forma exponencial, lo que le hace atractiva para los inversores. De momento, los costes son enormes pero se espera que su facturación los supere con creces.

Aunque su herramienta más visible es ChatGPT, OpenAI tiene otras aplicaciones como Dall-e, que genera imágenes; Whisper, un sistema de transcripción de audio y texto; o Sora, un modelo que genera vídeo y que tiene un potencial "brutal" para revolucionar el sector cinematográfico y de los juegos, apunta el profesor.

OpenAI ya ha comenzado a trabajar con un nuevo modelo de lenguaje con inteligencia artificial más avanzado que el propio GPT-4, el "o1". La ingente cantidad de datos que maneja esta compañía es otro de sus atractivos para los inversores.

Empresas de IA puede haber muchas, pero "no todo el mundo tiene la capacidad para buscar entre trillones de documentos", ha apuntado el profesor de IA.

A este gigante de la IA le hacen aún más valioso los acuerdos que tiene suscritos con Microsoft con un horizonte de 2030, en virtud del cual ésta última tiene acceso a la tecnología de OpenAI. Con motivo de este acuerdo, según fuentes de Microsoft, ambas empresas reparten ingresos. Por su parte, OpenAI ofrece exclusividad a la tecnológica en sus aplicaciones, como el asistente virtual Copilot o Azure (la nube).

Estas herramientas han supuesto ya un cambio a la hora de trabajar en varios sectores, como la sanidad, la industria y la tecnología, de manera que se reducen muchos costes. Se espera que este gigante suponga toda una revolución a medida que se vayan mejorando capacidades y evolucionando con su uso.

¿Qué pasa con DeepSeek?

De momento, la irrupción de la IA de la herramienta china DeepSeek ha afectado a la cotización de empresas, como Microsoft, que usa la tecnología de OpenAI y que cayó en Bolsa el día que trascendió la tecnología de DeepSeek. La acción de Microsoft ha pasado de los 447 dólares del pasado 28 de enero a los 412 dólares con los que cotiza hoy. "La mayoría de la gente está diciendo que no tiene sentido pagar por un modelo de suscripción más caro", teniendo en cuenta que el acceso a ChatGPT es más caro que a DeepSeek, afirma el profesor.

Además, el hecho de que DeepSeek se base en un modelo abierto, provoca que a partir de su herramienta se puedan generar otros modelos por parte de otras empresas. De momento, OpeanAI investiga si DeepSeek entrenó a su nuevo chatbot utilizando repetidamente el modelo de IA creado por la tecnológica con sede en Silicon Valley, según The Wall Street Journal.