Industria

Tubos Reunidos va a un ERTE para la planta de Amurrio por la caída de pedidos

Se trata de un ERTE flexible de seis meses a partir del 1 de septiembre, con una reducción de jornada del 50%

La caída de pedidos fuerza el ERTE en Amurrio (Álava)
La caída de pedidos fuerza el ERTE en Amurrio (Álava)Europa Press

Tubos Reunidos ha anunciado la presentación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para la plantilla de su planta de Amurrio (Álava) con el fin de hacer frente a la bajada de pedidos.

La dirección ha comunicado al comité de empresa la "necesidad" de aplicar un ERTE en el centro de Amurrio como "medida de ajuste de producción temporal" para dotarle de "la flexibilidad necesaria ante la bajada de pedidos experimentada en los últimos meses, que afecta directamente a esta planta y que se prevé continúe durante la segunda mitad del año".

Está previsto que la negociación con los sindicatos se inicie la semana que viene, aunque el planteamiento pasa por la aplicación de un ERTE de seis meses a partir del 1 de septiembre, con una reducción de jornada del 50%.

Las causas de la bajada de pedidos experimentada tienen relación con "el alto stock de tubos en los distribuidores, así como con el aumento de los tipos de interés que retrasan los proyectos y tienen una influencia negativa en la demanda", han explicado.

Según la empresa, se trata de una medida "coyuntural de prevención para consolidar la sostenibilidad de la compañía, que sigue avanzando y cumpliendo su plan estratégico".

En el marco de la Junta de Accionistas de la compañía celebrada la semana pasada, su presidente, Francisco Irazusta, explicó que la empresa ha obtenido más de 50 millones de euros de beneficio neto en los cinco primeros meses de 2023, lo que supone mejorar en siete millones de euros el resultado conseguido en todo el ejercicio 2022.

Irazusta no quiso adelantar la previsión de resultados para el conjunto de 2023 por prudencia, dada la "incertidumbre del mercado".

Según dijo, la entrada de pedidos muestra un ajuste "a la baja" y se percibe "una ralentización de la demanda", a lo que hay que sumar los incrementos de los costes de las materias primas, los problemas en las cadenas de suministros, los costes energéticos "sin precedentes" y los incrementos de los tipos de interés.