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¿Una ley del buen samaritano?

La industria española afirma que se donarían más alimentos si se limitara la responsabilidad de los donantes

La Razón
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En países como Estados Unidos, Italia y México está vigente la conocida como ley del buen samaritano. ¿Su finalidad? Limitar la responsabilidad civil de los donantes de alimentos, evitando que si una persona se intoxica o tiene algún inconveniente con algún alimento donado, la empresa se vea perjudicada legalmente si ha realizado la donación de buena fe. Se trata de una normativa no vigente en España pero, ¿sería posible su aplicación en el futuro? El ministro Miguel Ángel Arias Cañete explicó ayer que se está trabajando «para evitar el desperdicio en la cadena alimentaria tanto en hostelería como en la gran distribución de alimentos que no se venden, pero que tienen capacidad para ser consumidos». No en vano, cada año se desperdician en nuestro país entre 8 y 9 millones de toneladas alimentos. Lo que equivale a unos 190 kilos por persona.

Nuria de Pedraza, directora de comunicación de la Asociación Multisectorial de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), agrupación promotora en la lucha contra los desperdicios, explica a este diario que una ley de este tipo «dejaría exentas de responsabilidad civil y jurídica» a las empresas donantes. «Con esta legislación se impulsa un marco legal más laxo», añade. A día de hoy, las donaciones se pueden realizar, pero siempre «dentro de la fecha de consumo preferente» del producto, plazo de tiempo tras el cual, pese a que esté superado, «se puede seguir consumiendo aunque haya perdido algunas de sus cualidades».

De Pedraza señala que se trata de una de las propuestas puestas sobre la mesa por la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), que consideraría que así «podría aumentar el número de donaciones».

Recientemente, y sobre todo debido a momentos de crisis como el que atravesamos –las imágenes de gente rebuscando en los contenedores de supermercados son tristemente frecuentes–, José Antonio Busto, presidente de la Fesbal, pidió al Gobierno que, como en otros países, desarrolle una Ley del Buen Samaritano. Sólo en 2011, los bancos de alimentos atendieron a 1,3 millones de personas en España. Cifra que, aunque haya subido la demanda, será difícil de superar aunque aumenten las peticiones, ya que no disponen de los recursos necesarios. «Somos conscientes de que no estamos atendiendo a todos», lamentaba Busto.