Empresas

Las ventas de las empresas ahondan su desplome y sufren su mayor descenso en dos años y medio

La cifra de negocio cae hasta el 6,7% y suma cinco meses consecutivos a la baja

Una dependienta trabaja en una frutería, a 17 de octubre de 2023, en Barcelona, Catalunya (España). Más de 50.000 pequeños comercios han tenido que cerrar en los últimos diez años, según datos de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Esto se debe a que, en el año 2013, desarrollaban su actividad en el sector del comercio minorista más de 796.000 personas trabajadoras por cuenta propia, frente a los 746.006 autónomos que desarrollan esta actividad en agosto, con la consecu...
Más de 50.000 pequeños comercios han tenido que cerrar en los últimos diez años, según UPTADavid ZorrakinoEuropa Press

Cinco meses consecutivos llevan las empresas españolas con pérdida de negocio, y las previsiones para lo que queda de año no son mejores. Las ventas de las grandes empresas y pymes ahondaron su caída en agosto al 6,7% respecto al mismo mes de 2022, casi tres puntos el retroceso interanual experimentado el mes anterior y su mayor descenso en dos años y medio -desde febrero de 2021-, después de 25 meses con las cifras en positivo tras la pandemia.

Según la información del INE sobre el Índice de Cifra de Negocios Empresarial (ICNE), corregida de efectos estacionales y de calendario, la facturación empresarial experimentó en agosto una idéntica caída del 6,7%, 3,1 puntos superior que la de julio. Además, los índices analizados presentaron tasas de variación anual negativas en tres de los cuatro sectores -excepto los servicios no financieros, que elevaron sus ventas un 2,9% respecto al mismo mes de 2022-. Entre los descensos, destaca el suministro de energía eléctrica y agua, que recortó sus ventas un 38,2% respecto al mismo mes de 2022; a continuación, la industria redujo su facturación un 6,2%, y el comercio, que vendió un 2,2% menos que en agosto del año pasado.

La variación mensual de la facturación entre julio y agosto, eliminando los efectos estacionales y de calendario, estuvo congelada, frente a la subida del 1,1% del mes anterior y al repunte mensual del 3,3% experimentado en igual mes de 2022. Dos de los sectores elevaron sus ventas en los últimos 30 días: la industria y el comercio, con alzas del 0,7% y el 0,1%, respectivamente. Por contra, los servicios no experimentaron variación, mientras que el suministro de energía eléctrica y agua recortó su facturación mensual un 1%.

La consecuencia directa de esta pérdida continuada de beneficios es la pérdida de pulso empresarial. El propio INE apuntó hace unos días que la constitución de nuevas empresas se desplomó un 20,3% en agosto respecto al mes anterior, su mayor caída en un mes de agosto desde 2021, mientras que las disoluciones bajaron sólo un 4%, su menor descenso en este mes en al menos cinco años. Este descenso fue del 13,5% en el último año, hasta un total de 1.349, aunque eso significa que cada día de agosto cerraron 44 empresas, un 1,3% menos.

Con este sombrío panorama, las empresas atisban un claro parón en el crecimiento de sus actividades en el tercer trimestre. El descenso de su facturación, la bajada de las ventas y los problemas en la disponibilidad de mano de obra, además de una pausa en el proceso desinflacionista, ha provocado un nuevo repunte de precios y costes de producción. Así lo apuntó la última encuesta EBAE que elabora el Banco de España sobre la evolución de las empresas españolas, que ya reconoce una clara caída de los ingresos entre julio y septiembre en la mayoría de áreas y sectores, pero con especial incidencia en la industria y la agricultura, mientras que el turismo -gracias al efecto verano- y los servicios de información exhibieron un "comportamiento favorable".

Esta caída de las ventas influye sobremanera en la "pérdida de dinamismo de empleo", ya que sólo el 18,6% de las empresas encuestadas ha aumentado sus plantillas, tres puntos menos que en el segundo trimestre, por lo que el supervisor bancario prevé que las perspectivas de cara a diciembre apuntan a una "ralentización adicional" del empleo, sobre todo por el retroceso en agricultura y en las actividades inmobiliarias. En el caso del sector agrícola, el indicador de empleo acumula seis trimestres consecutivos de descensos, lo que, en parte, "podría estar reflejando el impacto de la sequía y otros fenómenos meteorológicos adversos", aunque también tiene que ver con la subida de los costes laborales y de producción. Por contra, destaca la mejora experimentada en algunas ramas del sector servicios, en información y comunicación, actividades profesionales, científicas y técnicas, ocio y transporte.