Política

Liderazgo sanitario de la Comunidad de Madrid

La Comunidad que gobierna Isabel Díaz Ayuso es la región, junto al País Vasco, con inferior demora para una cirugía no urgente

La Sanidad pública atraviesa un tiempo complejo y de dificultad. La pandemia y las crisis financieras que se han ido encadenando desde entonces han sometido a un intenso estrés a unas estructuras que se han resentido de una forma u otra, pero que han exhibido al mismo tiempo una capacidad de resistencia y un nivel de robustez reseñables. Otra variable, no menos incisiva en el panorama presente, es que todas las disfunciones e insuficiencias marchan en paralelo a su instrumentalización por parte de la izquierda y de sus terminales, especialmente las sindicales y las mediáticas. Más todavía cuando encaramos un periodo electoral que someterá al escrutinio popular los gobiernos de buena parte de las comunidades. Porque si puede haber razones, como se dan, para la preocupación y la crítica en las prestaciones de los distintos servicios de salud, la verdad es que no debería ser la región capitalina el objeto de la movilización y la trifulca principal y casi única, porque los datos, que recogen la realidad, no los sustentan comparativamente con otros territorios, sino al contrario. Las últimas cifras oficiales que miden parámetros específicos, facilitadas por el Ministerio de Sanidad en su informe del Sistema Nacional de Salud (SNS), y adelantadas ayer en exclusiva por este diario, detallan la eficiencia de cada sistema en el conjunto del estado y constatan que Madrid se consolida en estándares de cualificación muy por encima de la media nacional. Si hay un termómetro indiscutible capaz de ponderar la calidad asistencial, son las listas de espera y en especial los tiempos que aguardan los pacientes para recibir la atención. En España se han vuelto a batir todos los récords negativos, lo que avala la queja de los profesionales sobre la falta de recursos. En ese contexto, la Comunidad que gobierna Isabel Díaz Ayuso es la región, junto al País Vasco, con inferior demora para una cirugía no urgente, con 48 días menos que la media nacional. El contraste con regiones socialistas como Aragón, 86 días menos; Baleares, 56; Canarias, 79; Castilla La Mancha; 46, Extremadura, 74 o separatistas como Cataluña, 86, resulta lo suficientemente elocuente y clarificador. En cuanto a las consultas, Madrid, con 51 días, también se encuentra entre los territorios con el desfase más favorable para ver al especialista, solo por detrás de País Vasco y Baleares. La media nacional en este ámbito asistencial es de 79 días. Insistimos que nada de lo mencionado significa que la sanidad madrileña carezca de inconvenientes. Ni siquiera después de contar con el mayor presupuesto de su historia, 10.000 millones, en 2023, o que disponga de la mejor red hospitalaria del país, algunos en la élite mundial. No. Hay situaciones nada asumibles, pero el catastrofismo de la izquierda no se sostiene y huelgas como la de la Atención Primaria son desproporcionadas y no benefician ni a los profesionales ni a los pacientes. El Gobierno nunca reconocerá lo que sus estadísticas confirman, que es el liderazgo de la Sanidad madrileña y la responsabilidad de Díaz Ayuso en ello.