Educación

La universidad privada gana terreno a la pública, que no llena plazas en los grados

Una de cada cuatro titulaciones deja de cubrir el 25% o más de las plazas ofertadas con matriculados de nuevo ingreso en la pública

Inicio del curso 2020-2021 en la Universidad CEU San Pablo
Alumnos con mascarilla en la Facultad de Humanidades y Ciencia de la Comunicación de la Universidad privada CEU San Pablo durante el primer día del curso 2020-2021Óscar CañasEuropa Press

En España hay 87 universidades de las cuales 50 son públicas y 37 privadas y ambas crecen de manera desigual. De hecho, las privadas están ganando terreno a las públicas. Así, las primeras han duplicado su presencia en los últimos 20 años y cada vez suman nuevos alumnos en detrimento de las públicas, que se vacían, según constata el informe anual de la Fundación CYD que hace un análisis del sistema universitario español. Así, las universidades públicas lleva seis años consecutivos perdiendo matriculados en grado, exceptuando el curso 2018-2019, en que ascendió ligeramente.

En el caso de los másteres, crecen en ambas, pero más en la privada. El estudio constata que el 13,2% de las titulaciones de grado en las públicas presenciales han tenido en el curso 2019-2020 un 50% o menos de la ocupación y un 11,4% adicional ha tenido una tasa entre el 51% y el 75%. Es decir, una de cada cuatro titulaciones deja de cubrir el 25% o más de las plazas ofertadas con matriculados de nuevo ingreso.

¿Qué motivos pueden estar llevando a esta situación? Los expertos del estudio aseguran que uno de los factores que ha podido tener que ver es que las privadas tienen una mayor inserción laboral en los primeros años después de salir de la universidad, aunque posteriormente estas diferencias se reducen». Por otro lado, muchos alumnos que no consiguen obtener la nota de corte necesaria para determinadas carreras también optan por la privada como una vía para poder cursar los estudios que desean. Es por esto por lo que el creciente protagonismo de las universidades privadas «debería fomentar la reflexión sobre si es necesaria una evolución del modelo de gobernanza de la universidad pública para que pueda desarrollar todo su potencial y se debe actualizar el papel de la regulación en lo relativo a la calidad del sistema».