Entrevista

Gonzalo Boye, abogado de Carles Puigdemont: "Hoy en día nadie se quiere hacer fotos con Sánchez"

Ve con buenos ojos que el PP llegue a la Moncloa y cree que no necesitará los votos de Vox. ¿Facilitará Puigdemont una investidura de Feijóo? "Es bueno que no se sepa si PP y Junts negocian", defiende.

Gonzalo Boye (Chile, 1965) es uno de esos personajes que en ficción no resultarían creíbles, porque cualquiera pensaría que el guionista se ha venido arriba con los giros argumentales. Pero la realidad siempre fue más interesante que la ficción. Copó titulares por primera vez cuando entró en la cárcel por el secuestro de Emiliano Revilla a manos de ETA, algo sobre lo que siempre ha defendido su inocencia, y en prisión se sacó la carrera de Derecho. Desde entonces ha estado en casos como el del 11M y ha defendido a gente como Josu Ternera, Valtonyc, Edward Snowden, Sito Miñanco o, el que nos ocupa, Carles Puigdemont.

Boye atiende a LA RAZÓN en su despacho de Madrid, un discreto chalé en el que su nombre no se intuye ni en el buzón ni en el letrero que promociona su firma. Pero desde ahí ha ayudado a doblar el pulso al Gobierno de Pedro Sánchez. Y lo sigue haciendo.

¿Va a poder regresar Carles Puigdemont a Cataluña?

Estoy convencido de que sí, de que lo hará más pronto que tarde. Estamos trabajando jurídicamente para ello y es su voluntad.

¿Y se atrevería a estimar cuándo?

La verdad es que no, porque las fechas no dependen de nosotros. Tenemos temas abiertos en el Tribunal Constitucional, en el Supremo y el asunto del TJUE. Hay un escenario jurídico amplio y nosotros no controlamos los tiempos. Nos pasa un poco como al presidente del Gobierno español.

¿Volvería Puigdemont aun con el riesgo a que le detengan?

Es una posibilidad que siempre hemos valorado, pero es una decisión personal suya. Ya estuvo en Barcelona el pasado 8 de agosto y es algo que está ahí y que se ha valorado, a lo largo del tiempo, con mayor o menor intensidad. En estos momentos no está sobre la mesa.

Esta semana ha presentado un recurso al Supremo para levantar la orden de detención contra Puigdemont. ¿Qué futuro a corto plazo le augura, viendo la suerte que han tenido en el Supremo?

En el Supremo nunca hemos tenido suerte, siempre nos han rechazado todo. ¿Qué pasa aquí? Por un lado, el juez Llarena dictó una resolución sobre la orden de busca y captura y otra sobre la inaplicación de la amnistía. Nosotros recurrimos ambas. Pero ellos resolvieron primero una, por alguna razón, y sobre la otra nos dijeron que ya no tenía sentido resolverla, porque habían resuelto la primera. Nosotros creemos que sí tiene sentido y que verán que tenemos razón.

"Puigdemont va a regresar a Cataluña más pronto que tarde"

En el recurso, dice que Llarena carece de las competencias para adoptar las decisiones que adopta. ¿Cómo puede ser que el juez instructor del procés no pueda adoptar decisiones sobre delitos presuntamente cometidos en el procés?

Nosotros siempre hemos cuestionado que él tuviera las competencias para ello. Él las asume en noviembre de 2017 y las mantiene a pesar de que van cambiando los escenarios. Primer escenario que cambia: que Puigdemont termina siendo eurodiputado. El TJUE dijo en enero de 2023 que si no hay una norma específica que atribuya las competencias sobre los eurodiputados al Supremo, él no es el juez competente. No quisieron hacer caso. Luego, Puigdemont dejó de ser eurodiputado y pasó a serlo del Parlament catalán. Ahí, la competencia pasaría al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Y la ley de amnistía habla, para aplicarla o no, del juez competente. Por lo tanto, antes de que el juez Llarena pueda pronunciarse sobre si se aplica o no la amnistía, tenía que haberse inhibido a favor del TSJC. Es sencillo.

También dice en el escrito que se le está negando el derecho a ser entregado, a ser juzgado y a ser amnistiado...

Sí, una cosa más importante: se le está negando el derecho europeo a la libre circulación. Porque todos los ciudadanos de la UE tenemos el derecho a circular libremente por los 27 estados de la Unión.

Siempre y cuando no haya una orden de detención.

Pero entonces tiene que haberla en todos los países. No puede ser que una persona no pueda circular sólo por un estado miembro.

También argumenta que Puigdemont carece de una condena firme.

Claro, porque estamos en fase de instrucción.

Habrá quien diga que no ha avanzado porque se fugó.

No es así, porque el año pasado en junio de 2024 se abrió una causa contra él en el Tribunal Supremo en el 'Caso Tsunami'. La juez, en lugar de dictar una orden de detención, pidió una orden europea de investigación para que se le tomase declaración por estos hechos, y nosotros comparecimos ante el primer llamado sin ningún problema.

¿Querría el mismo escenario con la otra causa?

Es que no sabemos por qué en siete u ocho años no se ha hecho, si eso es lo que dice la ley.

Seguro que tiene una teoría.

Es que hay un empeño en que Puigdemont vaya a la cárcel. Y él ya ha estado en la cárcel, en Alemania y en Italia. Creo que las cosas se tienen que hacer conforme a derecho, que es algo que nos va bien a todos. Lo que no puede ser es que en la puerta derecha del Tribunal Supremo se pueda tomar declaración en Francia y en la puerta izquierda no se pueda. Algo falla y estamos seguros de que ese fallo merma no solo la credibilidad, sino la solvencia del Supremo. Porque en todos los casos debería resolver igual. No puede ser que Puigdemont sea interrogado por la jueza Polo y no pueda ser interrogado por Llarena. No puede ser.

¿Usted o alguien de su entorno ha hablado con el Gobierno sobre el Tribunal Constitucional?

Yo no hablo con el Gobierno de nada.

¿Sabe si lo ha hecho Junts?

Se han publicado muchas cosas. Pero yo puedo asegurar que al señor Conde Pumpido no le he visto en 20 años.

¿Y qué espera del TJUE?

Creo que van a dictar una sentencia por la cual van a cerrar el capítulo de España y la amnistía. Creo que tienen una intención de dar una respuesta global a la ley y decir que encaja en unos parámetros y no en otros y que es una cuestión interna de España.

Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont en su despacho de Madrid @ Gonzalo Pérez
Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont en su despacho de Madrid @ Gonzalo Pérez Gonzalo Pérez Fotógrafos

Cuando se empezó a hablar de la amnistía, había mucha gente que pensaba que Puigdemont iba a regresar ya, y que iba a ser recibido como Tarradellas. Pero no termina de suceder, ¿se les está haciendo más largo de lo esperado?

Lo que se me está haciendo largo es llevar ocho años en una causa en la que hay muchas soluciones, muchas vías de solucionarla sin exacerbar los elementos jurídicos. Pero nosotros siempre tuvimos muy presente que iba a tardar porque existía una suerte de ánimo dilatorio. Yo sé el resultado final. Lo que no sé es cuántos minutos de alargue quieren que juguemos.

¿Usted participó en la redacción de la ley de amnistía, verdad?

Yo asesoré a Junts en la ley de amnistía.

¿Y por qué no incluyó una referencia a la malversación?

Está incluida. Lo que está excluido es, básicamente, los actos que hayan conllevado enriquecimiento. Es decir, cuando hay corrupción. Aquí no la ha habido nunca. El Tribunal Supremo ha ido adaptando su criterio en función de los cambios legales, cuando desaparece la sedición y en función también de la ley de amnistía. Eso no es sano para nadie, ni para el Tribunal Supremo, ni para nosotros, ni para el ciudadano.

¿Si pudiera volver atrás, cambiaría algo del texto de la ley de amnistía?

El problema no está en la ley, sino en la aplicación que se quiere hacer.

Pero el texto permite esa aplicación.

El texto es correcto, lo que no está siendo correcta es la aplicación.

Hay un meme en redes sociales que dice 'You've been PSOED'. Viene a bromear sobre que el PSOE te la ha jugado. ¿Se la ha jugado el Gobierno a Puigdemont?

No he visto ese meme. No sé. La verdad, a mí el Gobierno de España me preocupa mucho, pero me preocupa por ellos. Es un Gobierno que no tiene capacidad de gobernar. En términos norteamericanos, es pato cojo. Estamos al final de algo que no tiene mucho recorrido, lo estamos viendo todos los días. Llega un momento en el que uno tiene que preguntarse qué es lo importante para mi país y qué es lo importante para mí. Un estadista pone primero al país y después a la persona. Pero aquí no gobierna un estadista.

"Puigdemont no puede entrar en España, pero condiciona a Sánchez más que Junqueras"

Por cerrar el capítulo de la amnistía, ¿cree que el Gobierno ha cumplido su parte?

Bueno, el Gobierno presentó la ley. La ley inicial no gustaba, se votó en contra, se hicieron las modificaciones y, a partir de ahí, toca la aplicación. Le voy a decir algo. Todo el mundo dice que es una ley hecha a medida, pero es una ley que la aplican o inaplican los jueces. Por lo tanto, hay control jurisdiccional de la medida y, de hecho, el juez nos ha dicho que no la va a aplicar. ¡Mire si hay margen! Una ley que no hubiera dado margen, sería inconstitucional y contraria a los derechos europeos. Pero ahí el Gobierno ya pinta poco desde hace un año.

Se va a cumplir un año, el 8 de agosto, de la última vez que Puigdemont estuvo en Cataluña y se volvió a escapar. Usted estaba con él. ¿Por qué no fue detenido?

No fue detenido porque planificaron un dispositivo para detenerle en el Parlament de Cataluña y él no pudo llegar y no había un dispositivo alternativo. Pero ahí había Mossos d'Esquadra, Guardia Civil y Policía Nacional.

No puede ser tan sencillo.

Sí y no. Los que estuvimos ahí sabemos que no había 3.000 personas. Había varias decenas de miles y moverse por ahí era imposible en algunos momentos. Practicar una detención era complicado. La Policía no puede llegar y arrasar a miles de personas mayores, jóvenes, niños. No le detuvieron por eso, pero también porque planificaron mal el dispositivo de seguridad, sin duda.

Pensaría Puigdemont que le iban a detener.

El president estaba preparado para la detención. De hecho, lleva ocho años preparado para la detención y eso es una cosa que aquí sorprende. Pero ya ha sido detenido en Bélgica dos veces, en Italia una vez y en Alemania otra.

¿De quién fue la culpa de que no le detuvieran, de Interior o de los Mossos?

De todos, porque hubo un diseño estratégico erróneo y, después, un diseño operativo erróneo. Después ya fueron todo nervios. Estaban que si ponían y quitaban la Operación Jaula. Por Dios. Eso era poco serio. Y, además, de verdad que las cosas fueron más sencillas de lo que lo pintan.

¿A qué se refiere?

A que se fue delante de todos. La intención inicial era ir al Parlament, pero era imposible porque el propio dispositivo de seguridad hacía imposible que llegase al Parlament.

¿Insinúa que el propio Estado complicó la detención?

Él quería entrar al Parlament, dar su discurso, y que después fuera lo que tuviera que ser. Hasta yo tuve problemas para acceder al parlamento y tenía una acreditación para el acto. Yo creo que las cosas se hacen de otra forma, pero no soy un experto en eso. La gente se ríe de mi mochila, pero estos años siempre he aprendido a andar con ella y ese día llevaba el original y la copia de un habeas corpus, previendo que le fueran a detener. Le dedicamos muchísimas horas con mi equipo a ese recurso, muy bien fundamentado, y nos quedamos con él en la mochila porque no le detuvieron.

Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont en su despacho de Madrid @ Gonzalo Pérez
Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont en su despacho de Madrid @ Gonzalo Pérez Gonzalo Pérez Fotógrafos

En perspectiva, no le habría salido más rentable a Puigdemont nunca haberse fugado, como Oriol Junqueras, que ya está en libertad, haciendo política activa.

El president Puigdemont está haciendo política activa y con mucha libertad. No puede entrar en el Estado español, pero yo no he visto a Oriol Junqueras poner a nadie en aprieto aquí y Puigdemont ha condicionado mucho los comportamientos de Sánchez.

¿Cómo lo lleva, en el plano personal?

Igual que creo que el presidente español no es estadista, creo que Puigdemont sí tiene una visión de Estado. Sabe que está cumpliendo un papel histórico. Mantiene un contacto regular con su familia, pero es un hombre que estudia mucho, que tiene agenda política siete días a la semana... es una persona que tiene su vida ocupada en lo que se dedica, a la política. Él lo tiene claro y sabe que estas cosas tardan su tiempo.

Usted publica columnas con cierta regularidad. Leí una en la que hablaba del otoño judicial que le espera a Sánchez, ¿cree que eso puede acortar la legislatura?

Hay cosas que son insostenibles. Es insostenible que se abra un juicio oral contra un fiscal general y siga en el cargo. Un fiscal general no puede ser enjuiciado. La persona, sí; pero el cargo, no. El fiscal general ha comprometido, con su negativa a dimitir, la institucionalidad del cargo, y eso es lo último que se hace en democracia.

Será insostenible, pero el fin de Sánchez se viene vaticinando desde 2016.

Es un superviviente, pero a todo el mundo se le acaba la suerte. Además, el cúmulo de situaciones que hay en su entorno lo hacen cada vez más difícil. Habrá un respiro veraniego, pero todos los días estamos viendo noticias sobre nuevas vinculaciones con la corrupción y las cloacas. Gobernar así no es gobernar, es mantenerse en el cargo.

También está en el cargo porque hay socios parlamentarios que lo mantienen, como Junts.

Junts negocia con un lado y con otro, ha aprobado cosas con el PP y con el PSOE. Junts no tiene capacidad de "derrocar" a Pedro Sánchez. Lo que no entiendo es qué nos pasa a los ciudadanos, que estamos viendo todo esto y parece que estamos empanados. Creo que el cúmulo de noticias desordenadas sobre la corrupción, nos anestesia. Pero cómo puede ser que el fiscal general se siente en el banquillo de los acusados. Hay una pérdida de la línea conductora de la ética política muy profunda en los últimos años.

Esta semana habló Sánchez de la posibilidad de reunirse con Puigdemont y la famosa foto. ¿Se va a producir?

No tengo idea. Pero yo imagino que hoy en día nadie se quiere hacer fotos con Sánchez. Yo me lo encuentro en la calle y hacerme un selfie con él, sería lo último que haría.

¿Entonces es Puigdemont el que no quiere la foto?

No lo sé, lo que tengo claro es lo que yo haría. Yo hoy no me hago una foto con Sánchez. Y puede que hace muchos años tampoco. Y si yo fuera el presidente Sánchez, dedicaría un tiempo importante en estos momentos a preparar una estrategia jurídica, debería pensar en los problemas jurídicos que se le vienen encima, no sólo en los políticos.

¿Quedan carpetas por abrir entre el Gobierno y Junts? ¿Nuevas cesiones?

Yo escuché el otro día al president Puigdemont y fue claro, dijo que no se puede dar por descontado el apoyo de Junts. Yo creo que los gatos tienen siete vidas y algunos creen que tienen ocho, pero sólo tienen siete.

"El escenario ideal para un demócrata es que el PP gobierne sin depender de Vox"

¿Qué le parece la reforma para que los fiscales lleven la instrucción?

¿Cómo podemos estar hablando en estos momentos de dar la instrucción a la Fiscalía? ¿Se la vamos a dar al señor García Ortiz? Soy un gran partidario de cambiar el sistema investigativo penal español, pero para eso se tienen que hacer reformas de consenso y, cuando el propio fiscal general está imputado, no es el mejor momento para discutirlo. Lo primero que hay que hacer, para darle la instrucción, es separar la institución del fiscal del Gobierno.

"De quién depende la Fiscalía", dijo Sánchez

Mire, por mi trabajo, todos los días interactúo con fiscales. Nunca había tenido el miedo de que fueran a filtrar un acuerdo que estuviéramos tratando de alcanzar. Los acuerdos son legales, legítimos, convenientes para la justicia y para los ciudadanos, no sólo para los acusados. Son útiles y necesarios. Pero tienen que ser secretos. A mí, la filtración, me ha parecido de una gravedad increíble y creo que ese solo hecho impide aprobar una ley como la que pretende el Gobierno.

Estos días se está hablando también de Leire Díez, la llamada fontanera del PSOE. ¿Usted se reunió con ella?

Sí.

¿Y se puede saber qué trataron?

Yo estaba tratando de organizar cosas que quería que se hicieran y sobre las que no estuvimos de acuerdo y ya está. Básicamente, estaba buscando información. No hubo acuerdo, evidentemente.

¿En qué momento?

Está en la agenda, pero eso fue a finales del año pasado o principios de este.

¿Le dio la sensación de que ella trabajaba en línea directa con Ferraz?

Sí. Sí.

Y con el Gobierno entiendo que también.

Es un poco lo que ha dicho en todos lados, ¿no? He escuchado muchas grabaciones de ella donde lo dice.

En las grabaciones, pero la versión oficial del PSOE es que es una militante más.

Ya, pero las versiones oficiales se corresponden siempre con los relatos. Esa es la verdad. Todos los días componen una versión oficial de algo que después termina no siendo cierta. Pero la Justicia ya está investigando estos hechos y quedarán muy aclarados.

¿Ha hablado usted en nombre de Puigdemont con el PP?

No.

¿Sabe si hay conversaciones entre Junts y el PP más allá de las parlamentarias?

No lo sé. Y eso es lo que corresponde. No sé si es cierto o no es cierto, pero lo mejor es que no se sepa.

¿Por qué?

En la vida hay cosas que hay que hacer y, sobre todo, callarlas. En política, lo más importante es la discreción y la política española se ha transformado en una suerte de circo con demasiado ruido y eso hace que haya personajes en el Congreso que en ningún otro lugar estarían como diputados. Hace poco leí que hay un ministro que dedica tres o cuatro horas al día a Twitter, las mismas que nos pasamos atascados en sus trenes por los retrasos. Oiga, si usted está cobrando por ser ministro, haga de ministro y no haga de influencer en Twitter.

Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont en su despacho de Madrid @ Gonzalo Pérez
Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont en su despacho de Madrid @ Gonzalo Pérez Gonzalo Pérez Fotógrafos

¿Le preocupa que llegue un Gobierno del PP, con o sin influencia de Vox, y que perjudique el futuro de su defendido?

Lo que me preocupa es que un país no tenga alternancia política, porque lo que está pasando ahora se resuelve con alternancia política y regeneración democrática, pero la de verdad. No me digan que regeneración democrática es meter la basura debajo de la moqueta. No veo por qué no debería gobernar el PP, como ha gobernado el PSOE, o que algún día gobierne un partido de izquierdas.

Las últimas encuestas acercan a PP y Vox a una mayoría suficiente para reformar la Constitución. ¿Le preocupa, por ejemplo, que se pueda abordar la ilegalización de los partidos independentistas?

Me sorprendería que el PP se embarcase en una cosa así. Es un partido democrático y necesario. Igual que es necesario un PSOE, aunque no como el actual. Las democracias son alternancia, son juego parlamentario. Las democracias sin rodillo son mejores democracias.

Una mayoría de PP y Vox se puede convertir en una especie de rodillo.

Creo que el PP puede llegar a tener los votos suficientes para gobernar sin depender de Vox. Creo que sería el escenario ideal para cualquier demócrata.

¿Entonces Junts apoyaría una investidura de Feijóo?

Esa es una pregunta que hay que hacérsela a Junts.