Unión Europea

Sin alternativa a Merkel

La canciller alemana, Ángela Merkel, junto al presidente de EE UU, Obama, ayer en Berlín, durante la rueda de prensa conjunta
La canciller alemana, Ángela Merkel, junto al presidente de EE UU, Obama, ayer en Berlín, durante la rueda de prensa conjuntalarazon

Fiable como un coche alemán, la canciller alemana se ha convertido en la mejor garantía de estabilidad dentro y fuera de Alemania. La líder conservadora parece ser la mejor medicina para combatir la incertidumbre que atenaza al mundo tras el Brexit, la elección de Donald Trump y la ola de populismo en general. Así lo destacó ayer Barack Obama al subrayar el liderazgo de Merkel, vista en estos momentos como la única líder del mundo libre tras la salida del presidente demócrata de la Casa Blanca el próximo mes de enero. Para la revista “Foreign Policy”, “tanto si le gusta como si no, es ahora la mayor defensora de las normas, valores e instituciones que forman el orden mundial de los últimos setenta años”.

Precisamente, este compromiso con la libertad y los valores democráticos son esgrimidos en casa por sus correligionarios de la Unión Cristianodemócrata (CDU) para que la canciller opte a un cuarto mandato consecutivo en las elecciones federales del próximo mes de septiembre. De ser así, tal y como todos ya dan por descontado, Merkel, que lleva once años en el poder, se acercaría a los trece años de Konrad Adenauer (1949-1963) y a los dieciséis de su padrino político, Helmut Kohl (1982-1998). Como ellos, jugará la carta de la estabilidad para convencer a sus conciudadanos.

Lo cierto es que sería una sorpresa que la líder de la CDU se retirara y diera paso a otro político cristioanodemócrata o de sus socios bávaros de la CSU, dado que no tiene rivales de peso ni ha preparado a un sucesor claro. La actual ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, vista tras las elecciones de 2013 como un posible recambio, no ha despegado tanto como auguraban los medios. Pese a que la crisis de refugiados ha pasado factura a la popularidad de Merkel, todavía un 45% de alemanes confía en ella (frente al 65% de hace un año).

Tampoco la canciller tiene rivales entre la oposición. Ni siquiera el político más popular de Alemania, el ministro de Asuntos Exteriores, el socialdemócrata Frank Walter Steinmeir, le hará sombra tras su reciente nominación como aspirante a suceder a Joachim Gauck como presidente federal el próximo febrero. Lastrado de nuevo por su presencia en la Gran Coalición con la CDU, el SPD se hunde en las encuestas y camina hasta otro batacazo electoral. Doce puntos les separan de los conservadores de Merkel.

Ante este panorama, la única incógnita es qué resultado obtendrán los xenófobos de Alternativa para Alemania (AfD), que en las pasadas elecciones quedaron fuera del Bundestag (Parlamento) por un puñado de votos y que han sabido aglutinar el voto de protesta en las últimas elecciones regionales. Para mantenerse en el poder, Merkel podría recuperar a los liberales, que, según los sondeos, podrían volver al Parlamento tras una legislatura sin presencia o intentarlo con Los Verdes, a los que ya sondeó sin éxito en 2013.

Para la oposición, en cambio, la única posibilidad de desalojar a “Frau” Merkel del Gobierno es con un tripartido de izquierdas entre socialdemócratas, ecologistas y postcomunistas (Die Linke). Una alianza similar acaba de pactarse en el “Land” de Berlín, pero para la que hoy no dan los números a nivel federal. Mucho nos tememos que los políticos alemanes no van a desprenderse de la calculadora durante los próximos meses.