Política

Rivera se atrincheró en el centro contra rojos y azules

CIUDADANOS / Se considera el «mesías» del cambio

Rivera se atrincheró en el centro contra rojos y azules
Rivera se atrincheró en el centro contra rojos y azuleslarazon

El debate a cuatro de ayer era donde más se la jugaba Albert Rivera, a pesar de llevar proponiéndolo él desde mayo, consciente de que la oratoria es su punto fuerte. Por eso no podía defraudar. En la ronda de preguntas que abrió el debate, dejó muy claro que no formará gobierno ni con Mariano Rajoy ni con Pedro Sánchez después de las elecciones del 20-D. «La vieja política no tiene cabida en España», zanjó el tema, a quien a lo largo del debate definió como «partidos extremos». «Salimos a ganar». Porque éste fue el centro de su discurso a lo largo de todo el debate: erigirse como un partido centrista y que encabece la regeneración política hacia una «nueva Transición». Durante todo el encuentro, el candidato de Ciudadanos habló con un lenguaje conciso, claro y un tono de voz fuerte para reflejar seguridad ante sus adversarios. El debate comenzó con una pregunta a Saénz de Santamaría sobre los datos de empleo, y se reservó el último momento para replicar, optando por escuchar primero los comentarios. Una vez tanteado el terreno, en el resto de temas tomó ya la inicitativa. Rivera ahondó en su propuesta estrella de su programa electoral, el «contrato único», que rápidamente fue rebatido por Pedro Sánchez, quien fue a por el candidato «naranjita» durante todo el encuentro intentando tirarle por la borda su idea principal. Rivera incluso, en mitad de su intervención, llegó a decirle: «No te pongas nervioso», rápidamente replicado con un «veo que no me conoces». En cuanto se puso sobre la mesa el tema del paro, Rivera se lanzó a informar sobre su programa electoral, basado en la rebaja del 3% del IRPF, aprovechando la oportunidad para echarle en cara al PP la subida del IRPF a los 15 días, lamentando que el presidente del Gobierno no pudiera defenderse por su ausencia en el debate. Rivera, que según las últimas encuestas avanza posiciones acercándose al PP y pisándole los talones a un PSOE en descalabro, basó su estrategia en atacar a Santamaría y a Sánchez, dejando en evidencia que Iglesias no es su principal adversario.

Recortes, ¿sí o no? fue pregunta incómoda. «Por el agujero que dejó el PP tuvimos que recalcular nuestra reforma fiscal», y aquí sí se acercó a Sánchez coincidiendo en que España no es Grecia y abogó por cumplir con los requisitos de Bruselas, para lo que cifró en 20.000 millones de euros el presupuesto necesario para combatir el fraude fiscal. Incidió a lo largo de todo el debate en una actitud crítica frente a la equidistancia «constante» entre PP y PSOE, y sí «sentar a todos para firmar un gran pacto de Estado», que él está dispuesto a encabezar, e iniciar un nuevo ciclo político en el que cabe una reforma de la estructura del Estado autonómico, de la ley electoral, volver al pacto de Toledo en lo que concierne a las pensiones, la supresión del Senado y una España unida en la que no quepa la secesión de Cataluña. Incluso cuando se trató la corrupción, el líder de C´S continuó en la misma línea de no centrarse en reproches y sí en las propuestas, por lo que pidió un «Tribunal de la Competencia» fuerte para evitar el «capitalismo de amiguetes».

La propuesta

- El primer objetivo del programa que defendió Albert Rivera fue el del contrato único, un complemento salarial para los que menos tienen y una reforma del sistema de autónomos para que no pague cuota quien no gane más del SMI. Para conseguirlo, el candidato de Ciudadanos abogó por, entre otras iniciativas prioritarias, terminar con la «burbuja política».