España
El Comité Federal exigirá a Sánchez que no se repitan las elecciones
Ésta será la única línea roja que se marcará al líder socialista para negociar, sin incluir un veto directo o indirecto al PP como sí se hizo en diciembre
La resolución permitiría una abstención de última hora, con condiciones y «por sentido de Estado» para que finalmente gobierne Rajoy.
El PSOE mantiene la calma tensa. Todas las voces señalaron, la semana pasada, la responsabilidad de Rajoy en formar gobierno. Sólo Fernández Vara, el líder extremeño, puso letra a una música que sonaba en todos los cenáculos políticos. Pidió la abstención del PSOE en la investidura para evitar que España esté sin gobierno y, así evitar, la segunda repetición de las elecciones. Sin embargo, las voces de la Ejecutiva, la de la mayoría de los barones y, sobre todo, la voz de Susana Díaz, coincidían en la tesis del secretario general: el PSOE debe pasar a la oposición después de tener unos malos resultados.
Los socialistas la noche electoral ganaron sólo a las encuestas. Perdieron cinco diputados y quedaron a 52 del PP. El PSOE debe pasar a la oposición, dicen todos los líderes socialistas, «para reconstruir el partido y la alternativa socialista». Éstas fueron las palabras de Sánchez a los líderes socialistas europeos y las palabras de Susana Díaz en una de sus múltiples declaraciones a los medios de comunicación. «Reconstrucción», recuerden esta palabra, será una de las más repetidas en los próximos meses.
Pedro Sánchez ha sido criticado por guardar silencio. Apenas unas palabras la noche de las elecciones. Allí marcó sus líneas de actuación. Sin concretar en exceso, Sánchez no dijo que el PSOE plantearía un gobierno alternativo al PP. Algunas crónicas, desmentidas categóricamente por Ferraz, apuntan que la voluntad del secretario general era la contraria. La versión no tiene mucho sentido en el círculo de Sánchez y se apunta a la voluntad de intoxicación. Esgrimen una prueba: «Pedro no contestó el mensaje de Pablo Iglesias». La guardia pretoriana de Sánchez tampoco ha insinuado mínimamente esta posibilidad, que rechazan de plano.
Sin embargo, Sánchez sí que dijo que era el tiempo del partido ganador, el tiempo de Rajoy para conseguir la mayoría necesaria. Una mayoría que apuntó directamente a Ciudadanos, Coalición Canaria y PNV. Incluso hubo un momento estelar para el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que se convirtió en el deseado voto –su abstención– que permitiría la investidura en caso de acuerdo de todos estos partidos con el PP. No parece que existan muchas posibilidades de alcanzar un pacto entre estos partidos dada la animadversión de C’s a un acuerdo con el PNV, y dada la postura poco entusiasta de los nacionalistas vascos. Y dado que Quevedo ha cambiado su opinión un par de veces estos días.
Esta semana Rajoy llamará a Sánchez. El líder socialista irá a la reunión para repetir estos mensajes. Es tiempo de Rajoy, no hay posibilidad de gran coalición y rehuirá llegar a acuerdos con el PP. En otras palabras, Rajoy «tendrá que sudar la camiseta», como apuntaba un dirigente socialista, cercano a Sánchez, que añadía con una cierta sorna: «Rajoy tendrá que mojarse el culo». Dicho de otra manera, por Susana Díaz: «No es responsabilidad del Partido Socialista que no haya gobierno. Rajoy no puede mirar al PSOE y pedirle gobernabilidad». Otro dirigente apunta que en la reunión «Pedro dirá que no a las pretensiones de Rajoy, otra cosa es que al final siempre el PSOE puede pasar una factura para facilitar la investidura y no provocar unas terceras elecciones. Al final, el PSOE deberá tomar posición».
«Esto va por tiempos. Ahora es de Rajoy. El del PSOE ya llegará», apunta otro dirigente que es consciente de que «al final se deberá tomar una decisión con las condiciones mínimas del PSOE para garantizar una investidura imposible». Éste será el debate del Comité Federal. A diferencia del celebrado tras el 20-D, la reunión del máximo órgano del PSOE no se presenta excesivamente movida. La posición del partido ha ido cogiendo cuerpo y no se aprecian roces de consideración entre los diferentes líderes territoriales y el secretario general. Para algunos, «Fernández Vara ha ido demasiado deprisa», pero saben que lo planteado por el extremeño es totalmente plausible.
En manos de los militantes
Incluso Susana Díaz no rechaza una consulta entre la militancia, una posibilidad que maneja el propio Sánchez, tal y como hizo tras las elecciones de diciembre y adelantó este diario. Por tanto, la decisión final estará en manos de los militantes. Este detalle obliga a no poner demasiadas líneas rojas. Tampoco parece el mejor momento para enzarzarse en una lucha cainita como la de enero. Las fuentes consultadas apuntan que el «Comité Federal puede inclinarse a pedir únicamente que se actúe para evitar unas terceras elecciones».
Esta resolución no es óbice para que se oigan voces que aboguen por una abstención «por sentido de Estado» y facilitar la investidura de Rajoy. La ejecutiva federal llevará las negociaciones sin demasiados corsés y, cuando llegue el momento, Sánchez podrá convocar de nuevo el Comité Federal, si así lo considera, y la consulta a la militancia. Los socialistas apuntan que venderán caro su apoyo en caso de ser necesario. «Se podrán sobre la mesa condiciones. Nunca será una adhesión», apunta un dirigente socialista. Nadie quiere que llegue ese momento, pero «es algo así como la crónica de una encrucijada anunciada», afirma este miembro del Comité Federal.
Seguramente, el líder socialista no perderá de vista que todos sus movimientos serán leídos con atención por todas las familias del partido, que tampoco perderán de vista la celebración del congreso que elegirá a un nuevo –o no– secretario general. La situación es tan compleja y delicada que el debate orgánico ha quedado relegado hasta después de la formación de gobierno. Hasta entonces, Susana Díaz no hará pública su posición, aunque cada vez parece más remota la posibilidad, sobre su candidatura. Este vacío lo puede llenar Eduardo Madina, con el apoyo de Díaz, que ha sido crítico en valorar los resultados cuestionando la figura de Sánchez, si al final se decide. Habrá que escuchar con atención su intervención en el Comité Federal. Sánchez tampoco tiene la intención de convocar el congreso hasta después de la constitución del nuevo gobierno –nadie considera la posibilidad de terceras elecciones– aunque sí ha manifestado su intención de presentarse a la reelección. Todo esto queda en suspenso: ahora la prioridad del Comité Federal será fijar la estrategia con el límite de evitar unas terceras elecciones lo que dará a Sánchez un amplio margen de maniobra.
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