Elecciones Galicia

Rueda sale airoso del debate de todos contra él

La cita a cinco entre los candidatos del PP, BNG, PSOE, Sumar y Podemos ofrece un escenario confuso marcado por mensajes cruzados y descalificaciones de diversa índole

Los candidatos, antes del debate.
Los candidatos, antes del debate. CRTVG

Todo sucedió como tenía que suceder. Sólo había un camino posible para un debate a cinco en el que la izquierda se presentaba conjurada para atacar a Alfonso Rueda. Una unión verbalizada en el inicio por Marta Lois, la candidata de Sumar, que en su primer minuto dejaba claras las cartas aludiendo, sin tapujos, a un futuro “gobierno a tres”. Todo lo demás tal vez sobrase.

Una idea transmitida por el propio candidato popular, que aprovechó su arranque -a él le correspondió abrir el bloque inicial de Economía- para incidir en la evidencia: “Hoy podrán ver aquí la confrontación entre un gobierno que funciona, y un multipartito de partidos que compiten entre ellos”.

Aunque no hubo tal competencia en toda la noche. Apenas un mínimo reproche de la candidata de Podemos, Isabel Faraldo, al socialista Besteiro en alusiones muy veladas hacia Alcoa, donde, por supuesto, también la Xunta resultaba medio culpable o culpable entera.

Salvo esto, todo lo demás fue la descripción de una “Galicia negra” anticipada por la oposición en la que se cruzaron frases, datos y reproches. Todos, eso sí, hacia un único lugar: la derecha, o en este caso el centro del plató, donde se situaba Alfonso Rueda, flanqueado, por sorteo, a su izquierda por Besteiro y Lois y a su derecha por Pontón y Faraldo.

Así transcurrió la noche, entre cifras sobre economía, sanidad, políticas sociales o vivienda. Un maremágnum difícil de escudriñar en el que Rueda, poco a poco, fue entrando en calor después de un inicio tibio, casi frío, al que puso fin cuando le recordó a Pontón, en el marco de la falta de ejecución de los fondos europeos, que “ustedes son muy bravos aquí y muy mansos en Madrid”.

No se inmutó la nacionalista, que acusó al actual presidente de “manipular los datos” que acaba de enumerar en materia económica, paso previo a prometer el rescate de la AP-9 que el propio Rueda le afeó después de “firmar un pacto de investidura en el que le han metido a Galicia la mayor subida de peajes del siglo XXI”.

Impuesto de sucesiones

En ese primer bloque de economía Rueda tuvo claro el tema sobre el que debía girar su discurso: la eliminación del impuesto de sucesiones. Una tasa suprimida en Galicia por Feijóo y que, según el candidato popular, ha permitido desde entonces no pagarlo a 836.000 gallegos; y un impuesto que, a nivel nacional, plantea recuperar Yolanda Díaz. “¿Ustedes van a recuperarlo?”, preguntaba una y otra vez el candidato popular a Marta Lois sin obtener respuesta.

Silencio que Rueda aprovechó para aumentar la apuesta: “Yo quiero que Galicia siga su propio camino, y por eso prometo que aplicaremos bonificaciones progresivas en este impuesto a los colaterales -tíos, sobrinos, etc.-”.

Y mientras tanto, Besteiro aludía a la cercanía del Carnaval para tratar de “quitar la careta” a los datos aportados por Rueda y enumerar los que figuraban en su libro, que resumió en una Galicia con “menos gente, menos empleo y más deuda”.

La lengua en el centro del debate

En este panorama, el debate, con tiempos pautados en cada bloque -siete minutos por candidato a distribuir como considerasen oportuno- seguía su curso más o menos tranquilo hasta que Rueda y Pontón toparon con la lengua.

Fue el principio de un enfrentamiento que iría a más hasta concluir en el tercer bloque, el relacionado con la autonomía, donde el candidato popular echó en cara al BNG sus pactos con Bildu y la presencia de los nacionalistas, hace unas semanas, en una manifestación en defensa de los presos etarras.

“Dígame algo que no le guste de Bildu, señora Pontón”, preguntaba Rueda después de volver al tema lingüístico leyendo la parte del programa nacionalista que alude a “una enseñanza totalmente en gallego”. “Ustedes quieren el monolingüismo”, subrayaba el candidato popular al tiempo que echaba en cara a la nacionalista que “están a favor de la independencia de Galicia”.

Acusaciones de todo tipo

Y como con los tiempos previstos el debate se fue por encima de las dos horas, también hubo espacio para reproches de diversa índole. Incluso salió Bárcenas en medio del fuego cruzado de Pontón contra la subida de peajes de la AP-9 llevada a cabo por Aznar.

Antes, Faraldo había recurrido a la crisis de los pélets para aludir a enchufes presuntos o supuestos durante la gestión de la misma. Una crisis que la propia Pontón reconoció que “no era una catástrofe de la dimensión del Prestige” y que apenas ocupó ya más espacio en toda la noche.

Sí que lo hicieron otras acusaciones, como las de la supuesta “manipulación” del ente público televisivo, con el que arrancó su intervención Marta Lois, saludando a los trabajadores que llevan “seis años de denuncias” y prometiendo, en ese gobierno progresista a tres bandas, un “ente público independiente y plural”. Crítica sobre la que volvió Pontón para hablar de la “vampirización” de la TVG hasta “convertirla en Telepepé”.

Rueda recogió el guante para lamentar “que les hayan faltado al respeto a muchos trabajadores de la TVG, la televisión más vista de Galicia”: “Igual los gallegos también son parvos”.

Y tampoco faltó en el debate la situación del sector eólico, con acusaciones directas de Lois asegurando que “son las empresas eólicas las encargadas de llevar a cabo los informes de impacto ambiental” en lugar de los funcionarios de la Xunta. Algo matizado por Rueda: “No es cierto, lo explicaron los propios funcionarios. Respételos a ellos ya que no me respeta a mí”.

'Minuto de oro'

Todo, antes del famoso ‘minuto de oro’, que llegó pasadas ya las doce menos veinte de la noche después de demasiadas intervenciones pautadas, previstas, apenas sin debate entre tanto posible candidato.

La primera en cerrar, por orden de representación, fue Faraldo, que arrancó con un “no soy muy conocida, soy como tú” antes de pedir el voto sustentando su despedida sobre esta normalidad.

A continuación, Marta Lois tiró de memoria, del 23 de julio, para considerar que “todo es posible con la fuerza de las mujeres y de los jóvenes”. Una apuesta por el “cambio” para la que llamó a votar “con entusiasmo, con alegría y con cariño”.

Cambio defendido también por Besteiro, aunque en este caso sustentado en la confianza en el PSOE: “Depende de ti. Ya lo hicimos posible en las elecciones generales, decían que era imposible peo confiasteis en el PSOE”. Y cambio secundado por Pontón, que pidió la confianza para “ser su presidenta, para hacer historia” construyendo un “nuevo proyecto que mire al futuro”.

En este escenario, Rueda sólo tuvo que volver al principio de la noche para intentar cerrar el gigantesco círculo sobre el que giró la cita entera: “Si quieres un presidente que te engañe, no me votes. Si quieres un presidente que te quite lo tuyo para dárselo a los independentistas, no me votes. Si quieres un presidente que divida, no me votes. Si quieres un presidente para que Galicia avance y siga siendo un ejemplo, entonces sí, cuento con tu voto”.