Prepara el terreno

Bildu tantea al PSOE para un gobierno si gana en escaños

Si la ventaja es relevante 
restará peso al obstáculo de los pactos en 
ayuntamientos y diputaciones del PSE con el PNV

El Lehendakari, Iñigo Urkullu (c), recibe al féretro del exlehendakari José Antonio Ardanza junto a su familia, en el Palacio de Ajuria Enea, a 10 de abril de 2024, en Vitoria-Gasteiz, Álava, País Vasco (España). Urkullu, durante los últimos dos días, ha ensalzado la figura del ex lehendakari José Antonio Ardanza, que murió el domingo 8 de abril a la edad de 82 años y ha puesto en valor el legado de su aportación al progreso de la sociedad vasca. La capilla ardiente ha quedado instalada en el...
Capilla ardiente de José Antonio Ardanza en VitoriaIñaki BerasaluceEuropa Press

La última encuesta del CIS, sin reparto de escaños, alienta las posibilidades de un «sorpasso» de Bildu al PNV en el País Vasco, aunque con uno de cada cinco votantes indeciso sobre la decisión final que tomará en las urnas. La campaña vasca está rozando el ecuador, y alguno de los apriorismos sobre los que se sostiene cojean cada vez un poco más, hasta el punto de que desde Bildu ya han empezado «las maniobras exploratorias» en el PSOE para intentar formar gobierno si se imponen al PNV en las urnas.

Todos los mensajes, e incluso también las encuestas, tienen un componente claro de interés estratégico o de modulación del estado emocional de los votantes. Al PNV le interesa que crezca la sensación de que las elecciones no están resueltas para movilizar a un votante mucho más acomodado que el de la izquierda abertzale, donde la expectativa de cambio está haciendo de motor para que nadie se quede en casa.

Pero los trackings, más allá de las manipulaciones interesadas de partido, dicen lo que dicen, y coinciden en confirmar que la campaña le está sentando bien a los herederos de Batasuna en un espacio social donde durante esta primera semana de lucha oficial por el voto todo lo ha ocupado la euforia desatada por la victoria del Athletic en la Copa del Rey y su celebración popular y multitudinaria en Bilbao, que concluye con los actos de hoy en la capital vizcaína.

Los abertzales han ido creciendo en su confianza y esto está llevando a que en el plano extraoficial estén difundiendo el mensaje de que, si ganan en las elecciones, están obligados ante su parroquia a determinar el futuro gobierno de Ajuria Enea porque sus votantes no entenderían, e incluso tendría su coste en futuros comicios, que se doblegaran al pacto del PNV con el PSE y, además, a cambio de seguir sosteniendo a Pedro Sánchez en Madrid. Hay cuestiones que fuera del País Vasco están instaladas como verdades absolutas, pero que se leen desde una estructura mental que tiene poco que ver con el terreno que pisan los abertzales.

La velocidad con la que vayan saliendo los presos etarras es importante, pero esa salida a la calle está amortizada en los votantes que hoy miran a las siglas de Bildu. Es una izquierda nacionalista-independentista, que apuesta por la vía navarra, y que junto con el programa progresista se identifica también con la necesidad de avanzar, sin cometer los errores catalanes, hacia el reconocimiento nacional de Euskal Herria.

Sus votantes no entenderían que se doblegara al pacto del PNV con el PSE

No puede pasarse por alto que el constitucionalismo tiene una posición minoritaria en el País Vasco, sin que en estas elecciones se observen signos que lleven a pensar en un cambio de tendencia. Bildu tiene distintos canales con el PSOE, y ya ha empezado a explorar alguno de ellos con conversaciones por debajo de lo oficial. El camino obligado sería Santos Cerdán, secretario de Organización socialista, pero los recados se están trasladando por otros conductos debido a las cautelas que exige el tiempo de campaña.

Es una realidad que los socialistas tienen un entramado de acuerdos con el PNV que va más allá de la estabilidad de Ajuria Enea y en el Congreso de los Diputados, y hacer saltar ese andamiaje es un problema añadido a un contexto político en el que Moncloa tiene demasiados frentes abiertos. Pero serán las urnas las que determinarán si realmente el PSOE está en condiciones de evitarse un problema más con el resultado vasco, ya que si Bildu se impone sobre el PNV, y lo hace con una diferencia notable, el mantra de que a los de Bildu les da igual gobernar y solo están interesados en sus etarras aún encarcelados se caerá por su propio peso.

Hay que ver también hasta qué punto influye en las urnas el fracaso de socialistas y populares en nacionalizar la campaña, ya que los mensajes que están dejando allí sus líderes de Madrid están teniendo un efecto muy pequeño y, por supuesto, diluido dentro del pulso que mantienen PNV y Bildu, el más reñido de la historia. Bildu está ganando la mano a los demásporque, por sorprendente que parezca desde Madrid, allí es el partido más transversal. El fin de ETA lo han manejado con tal habilidad en dos planos, el orgánico y el de la utilización de las instituciones, que han logrado revestirse de una pátina de formación moderna y progresista que, en cierta forma, en los análisis demoscópicos se compara con el efecto del BNG en las pasadas elecciones gallegas.

El último estudio de NC Report publicado por este diario confirmaba que los abertzales están recibiendo votantes del PNV, de la derecha nacionalista –hasta un 7,1 por ciento de quienes les dieron su apoyo en las últimas elecciones aseguran hoy que su papeleta es para el candidato abertzale. Pero están siendo capaces de absorber también a todo el votante de izquierdas en el flanco de Podemos y de Sumar. Una base electoral a la que en la noche del recuento no se le puede decir que «hemos ganado, pero no vamos a intentar gobernar», se escucha decir en el ámbito de Sortu.