Entrevista

“Se asocia el entorno tecnológico a gente joven y eso lleva al edadismo” Fernando Martín, Presidente de SeniorIT 2000

Los profesionales que vivieron el Efecto 2000 se han unido para formar una asociación que reivindica el talento sénior en el sector tecnológico: SeniorIT 2000. Su presidente es Fernando Martín, un «clásico» de Microsoft.

Fernando Martín, de Senior IT
Fernando Martín, de Senior ITJesús G. FeriaLa Razón

¿Qué es SeniorIT?

SeniorIT 2000 es una asociación de personas cuyo objetivo es el reencuentro de trabajadores de informática de alrededor del año 2000. Buscamos ese reencuentro, el networking y también luchar contra el edadismo en el sector, sobre todo después de todos estos años de experiencia.

¿Cómo surge la idea de hacer esta asociación? ¿Es sin ánimo de lucro?

Sí, es una asociación sin ánimo de lucro. Surgió de varias conversaciones entre amigos y conocidos del sector informático de aquella época. Muchos manteníamos el contacto y pensábamos que debíamos hacer algo para vernos más. Algunos, quienes éramos de Microsoft, seguimos organizando eventos anuales. Comentamos que estaría bien ampliar más allá del entorno conocido, así que hicimos un test con personas del sector y a todos les pareció excelente. Decidimos formalizarlo, también porque si haces actividades fuera del sistema, la administración pública suele pedir cuentas. Creamos la asociación con objetivos de visibilidad, networking y la posibilidad de acercarnos a administraciones o empresas para ofrecer asesoría, consultoría o formación, pro bono o no. También para luchar contra el edadismo en el sector IT, esa idea errónea de que, a cierta edad, ya no aprendes o tienes menos energía o capacidad de trabajo. El único requisito que pedimos es haber trabajado en el sector IT alrededor del año 2000

¿Por qué cree que se da el edadismo en el sector tecnológico?

Probablemente porque se asocia el entorno tecnológico a gente joven, se percibe como muy dinámico y se piensa que solo los jóvenes pueden seguir ese ritmo. La mayoría de las contrataciones en informática son de gente joven, siendo raro contratar personas mayores con experiencia. Sin embargo, quienes hemos vivido la transición de lo analógico a lo digital tenemos una experiencia única que puede perderse si no se aprovecha.

¿Dónde situaría la edad crítica? ¿En los 45, 50, 55...?

Depende del puesto. En general, para posiciones técnicas la edad crítica ronda los 40-45 años. Para puestos directivos, las empresas suelen mantener más tiempo a estas personas, pero alrededor de los 50 ya empiezan a considerar cambios, aunque en algunas empresas es incluso antes.

¿Por qué es malo el edadismo?

Porque se pierde una experiencia muy importante para la empresa, tanto para mantener la historia como para evitar repetir errores. Es valioso contar con personas que hayan vivido situaciones diferentes y aporten soluciones desde esa experiencia. El entorno informático ha vivido muchas transformaciones, y si no se aprovecha el conocimiento de quienes han pasado por ellas, la empresa puede perder valor. Si no se toman acciones de acompañamiento y sustitución antes de que las personas mayores salgan, la empresa puede ver que nadie sabe cómo funcionan aplicaciones críticas y tendrá que reconstruir desde cero, con el coste que eso implica.

¿Se porta mal el sector tecnológico con su gente?

No diría eso, pero a veces es poco cuidadoso en sus formas. Es un sector con recursos económicos, pero puede ser poco emocional y mirar poco a las personas. Por ejemplo, alguien que fue director de recursos humanos y que fue cesado por temas de edad podría aportar mucho asesorando a quien actualmente ocupa ese puesto, porque entiende de primera mano cómo se siente quien sale de la empresa. Detrás de los procedimientos hay personas y deben cuidarse más.

El sector se queja de que falta talento.

Es normal. Hay dos factores: uno es que el volumen de personas en el mercado laboral que entra es menor al que sale por edad, así que hay un déficit numérico. Otro es el talento: hay menos personas y no se forma ni promociona suficiente gente para estas carreras. Además, ha cambiado la cultura: antes los trabajadores eran más fieles a la compañía, ahora los jóvenes tienden a moverse más por proyectos que por pertenencia a una empresa, lo que añade dificultad a las empresas para formar y retener talento.

¿No es esa una visión cortoplacista?

Sí, lo es desde ambas partes, tanto de empresas como empleados. Es una dinámica complicada, con más movilidad y menos vínculos a largo plazo. Por eso, contar con personas más senior que puedan asesorar en estos procesos sería muy útil. La experiencia de haber vivido proyectos donde pocos empleados crecieron hasta ser miles puede ayudar a planificar mejor los crecimientos.

¿Puede ser una empresa sostenible si no tiene en cuenta la parte social?

Obviamente no. Si tus empleados no son sostenibles y estás rotando constantemente a tu mayor activo, la empresa tampoco será sostenible. A veces se hacen actividades sostenibles poco relacionadas con el negocio principal, como plantar árboles para reducir la huella de carbono, pero eso no soluciona la rotación y desgaste humano interno.

¿Podría nombrar algunas personas que sigan en activo y que sean representativas de ese valor senior? ¿Y otras que eran muy válidas y ya no están?

Por ejemplo, César Cernuda sigue en activo, igual que Helena Herrero o Paco Román. En cuanto a quienes ya no siguen, podría mencionar a Ángel Huertas, quien cambió totalmente de vida, y a Juan Pablo Rossi, que tras vender su empresa quedó fuera del sector. También hay miembros de la junta, como Jorge, que aun jubilado sigue participando activamente.

¿Qué salida queda para una persona de Senior IT que ahora se ve fuera del mercado?

Muchos optan por relajarse o reinventarse: estudiar otra carrera, viajar, montar otro tipo de empresas o dedicarse al asesoramiento. La mayoría busca seguir activa, ya sea como freelance, creando su propia consultora o colaborando puntualmente con empresas, asociaciones o instituciones. Se sigue aportando valor.

Se cumplen 25 años del año 2000, del efecto 2000 y de la llegada del euro, ¿cómo ha cambiado el sector desde entonces?

Ha cambiado muchísimo. En el 2000 aún se debatían estrategias sobre el futuro del PC, macroordenadores, o dispositivos inteligentes. El mundo móvil apenas comenzaba, Internet no estaba extendida y hoy las nuevas tecnologías están en todo tipo de dispositivos, incluso usadas a diario por personas mayores. El cambio ha sido radical.

¿Se arrepiente de haber estado en el sector tecnológico?

Para nada. Es motivo de orgullo haber vivido esa evolución, desde convencer a las empresas de informatizarse en los 80 hasta ver la generalización de las nuevas tecnologías. Es una historia que merece ser celebrada y compartida, como vamos a hacer con el evento del 25 aniversario del Efecto 2000, donde nos reuniremos para recordar y celebrar que, al final, ese problema fue casi un no-evento gracias al esfuerzo conjunto del sector.