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Ciberataques, la nueva baza de la guerra moderna

Tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, algunos aliados defienden que la OTAN debe plantearse cuál va a ser su estrategia de ciberdefensa. «Rusia tiene a miles de personas ciberatacando otros países», asegura el Ministro de Defensa estonio ante la prensa internacional.

Ciberataques, la nueva baza de la guerra moderna
Ciberataques, la nueva baza de la guerra modernaDreamstime

El liderazgo de Estonia en servicios digitales que el informe DESI avala no solo se manifiesta en los servicios administrativos, sino también en la defensa en el mundo digital. Así al menos lo aseguraba Hanno Pevkur, Ministro de Defensa del país ante un encuentro con la prensa extranjera, declarando que su país es «líder» en la ciberguerra.

El ministro recordaba cómo Rusia organizó el primer ciber ataque contra su país. «Hemos desarrollado nuestros sistemas para protegernos de estos ataques», aseguraba, al tiempo que negaba que ellos fueran los únicos objetivos.

«Rusia comete todos los días ciberataques», subrayaba. «Tienen a miles de personas trabajando en atacar a otros países a través de la tecnología», añadía. Unos ataques contra el sector privado y el púbico. «Están viendo el punto débil de los sistemas», explicaba.

Este político, tras confirmar que su ejército también está ayudando a Ucrania a defenderse en el ciberespacio, animaba a otros países a unirse a esta gran coalición y alertaba de que esta es una asignatura pendiente de la OTAN. «Nos gustaría que se siguiera nuestro modelo. Tenemos una ciberliga de defensa que involucra al sector privado, a aquellas empresas que nos puede ayudar», explicaba. En su opinión, dentro de este cibermundo hay muchas capas. «Están las infraestructuras críticas, físicas, internas… Lo que tiene que decidir la OTAN es cómo movernos en ciberdefensa».

Cabe señalar que, en el Tallinn Digital Summit celebrado en la capital estonia, Valeriya Ionan, del ministerio de transformación digital ucraniana, explicaba que, dos semanas antes de que se produjera la invasión rusa, el gobierno de su país aprobó una ley que permitía mover sus datos a la nube. Unas semanas después de la invasión, Rusia destruyó el CPD (centro de datos) en el que Ucrania guardaba la información para ofrecer servicios a sus ciudadanos.

En opinión del Ministro de Densa estonio, una opción es que haya un círculo especial dentro que abarque a todos los países miembros, aunque reconocía que muchos de ellos se muestran reacios a «compartir mocha información» con terceros.

Más presupuesto

Hanno Pevkur insistía también en la necesidad de que todos los países aumenten su inversión en defensa, asegurando que el porcentaje al que se ha llegado como acuerdo debe ser el mínimo exigido. «Ese tanto por ciento no es un objetivo, sino lo mínimo que debemos invertir para defendernos. Y es algo que se nos olvida», remarcaba. En su caso, el país tiene previsto pasar del 2,5% del PIB de este año al 3,8% en 2024.

Estonia reconoce que está intentando presionar al resto de países para incrementar la ayuda a Ucrania. «Estamos liderando la ayuda a Ucrania en términos militares e intentamos que todo el mundo haga más. No es el tiempo de reducir la ayuda», enfatizaba.

Para hacernos una idea, según sus datos un tercio de todo su presupuesto se ha destinado a ayudar a Ucrania. Además, aseguraba que, coincidiendo con la visita de Thiery Breton a la capital, se había reunido con el comisario europeo y que ambos coincidían en que «necesitamos más inversión». Tanto que se plantea la opción de «comparar a terceros si no tenemos capacidad» para suministrar toda la ayuda. Además, se mostraba preocupado por la próxima celebración de elecciones en Estados Unidos. «Es importante que estas elecciones no tengan un gran impacto en la ayuda a Ucrania», manifestaba.

El ministro justificaba esta mayor inversión en defensa y en la ayuda a Ucrania porque este país «está luchando por un mundo libre». Augurando que este conflicto «cambiará nuestra arquitectura de seguridad, no solo en Europa sino en el mundo entero porque todo el mundo está mirando qué hace Putin», asegura que el apoyo a Ucrania debe continuar y sumar aún más de los 56 países que le ayudan y que representan a mil millones de personas. «No creemos que Rusia vaya a ser más amigable y Europa debe apoyar que seamos libres», refrendaba.

Porque, ante la prensa española, alemana e inglesa, este ministro remarcaba que la guerra no está tan lejos como pueda parecer. «Es responsabilidad de cada líder decir porque es importante invertir más en Defensa, pero esta guerra no es ucraniana, sino que es de todo el mundo. No es fácil, pero debemos encontrar el dinero», sentenciada.

Lo que el mundo no quiere ver

Con un tono serio, este responsable aseguraba que nadie quiere ver determinadas atrocidades en un mundo normal. «Violaciones, mutilaciones, torturas… atrocidades que no queremos ver, pero que están. Para algunos está muy lejos pero están aquí, muy cerca», remarcaba.

Tras asegurar que «todas las familias ucranianas tienen algún impacto con esta guerra: perder amigos, la mano, la casa…», considera que «no es una opción decirles que negocien» y añadía que los estonios «también hemos luchado contra Rusia y sabemos qué sienten los ucranianos».

El ministro también concedía que «la única garantía de seguridad es ser miembro de OTAN» pero reconocía que no es un proceso de un mes. «Hay diferentes métodos de entrar en la OTAN. Es muy importante que Ucrania entre, como quiere», relataba.

Por último, pese a que Ucrania ha realizado algunos progresos en los últimos tiempos, la situación para el país «no es fácil». Pero Pevkur se mostraba confiado en que, en un plazo de semanas, Ucrania pueda hacer una gran contraofensiva que le permita «consolidar sus posiciones, aunque va a ser muy difícil».

Dos mil millones de daños en tecnología

Las infraestructuras tecnológicas y de telecomunicaciones son un claro objetivo de las guerras. Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), dependiente de la ONU, solo en los primeros seis meses de invasión los daños rusos en los sistemas de telecomunicaciones ucranianos ascendían casi a dos mil millones de dólares. Esto supone que el 20% de su infraestructura estaba ya dañada o destruida y que el 12,2% de los hogares se habían quedado sin Internet.

Aunque se iniciaron en 2014 tras la anexión de Crimea, en los primeros seis meses de invasión se habían producido 1.123 ciberataques rusos contra sitios gubernamentales o bancos ucranianos, aunque Putin niega estar detrás.