Verde
Ciberpatrullaje contra el tráfico de especies protegidas
El Seprona participa en operaciones online internacionales contra los delitos ambientales
La investigación y detención en noviembre pasado de 13 personas por tráfico ilegal de especies protegidas y la incautación de 192 especímenes vivos y 50 piezas inertes, como marfil, colmillos, patas o pieles, es solo el resultado en España de la Operación Thunder. Un operativo policial internacional para frenar el tráfico ilícito de especies protegidas y su comercialización, que se lleva a cabo en el marco de la Plataforma Multidisciplinar Europea Contra las Amenazas Criminales, (EMPACT), en la que la Guardia Civil lidera el área de medio ambiente.
Coordinado por Interpol y con la participación de 137 países, 10 de ellos europeos, se trata de un ejercicio de ciberpatrullaje en el que participan especialistas en investigación de delitos contra el medio ambiente. El comandante de la Guardia Civil, Ramón González,- encargado de coordinar a los 27 países europeos que participan en el Empact-, explicó en la presentación de los resultados de esta última operación, que «la búsqueda y detección de delitos en internet de forma activa hoy día es imprescindible. Porque todo lo que tiene que ver con el delito ambiental hay un claro cambio de tendencia y tiene cada vez más presencia on line».
Así, quien quiere adquirir «un espécimen protegido, ya no acude a medios tradicionales y físicamente, sino que en la gran mayoría de los casos lo hace por internet. A través de páginas web o grupos de redes sociales».
Ciber rastreo en equipo
González hace hincapié en la parte multidisciplinar del abordaje de estas investigaciones, que «no pueden ser ejecutadas exclusivamente por las policías y cuerpos de seguridad, sino que cuenta con la colaboración real del sector público, el privado y la sociedad civil, las ONGs». Colaboradores habituales son la GITOC, IFO y WWF, «que contribuyen activamente con información a dotarnos de líneas de actuación para realizar investigaciones. Por ejemplo, WWF tienen más de siete millones de miembros, más que algunos países habitantes, y son nuestros ojos en zonas especialmente sensibles en este tipo de delitos».
Un correcto ciberpatrullaje «de obtener información contrastada, fiable, que encamine la labor del resto de agentes en el terreno para actuar contra el delincuente que ha estado cometiendo presuntamente esos delitos online». Pero también cuenta con protocolos de seguridad: «si un agente físico hace una vigilancia no va de uniforme ni avisa de que está investigando movimientos sospechosos, sino que tiene que evitar ser detectado. En este caso, igual. Conexiones, softwares y mecanismos de obtención de evidencias seguros son recursos tecnológicos imprescindibles. Para este tipo de investigaciones no vale con tener un ordenador y ponerse a teclear. Hacen falta recursos técnicos, formación, estructuras de apoyo operativo y tener claros los objetivos de la misión, como es la lucha contra la delincuencia organizada y las formas graves de delincuencia internacional».