Especial V Aniversario V de viernes

El cine se toma la transición ecológica muy en serio

Decenas de películas españolas se han rodado reduciendo su impacto ambiental y avanzando en su descarbonización

La producción de películas dispone de un amplio abanico de acciones para reducir su impacto ambiental considerablemente
La producción de películas dispone de un amplio abanico de acciones para reducir su impacto ambiental considerablementeDavid JarDavid Jar

A la hora de tener impactos ambientales no deseables, como generar emisiones gases de efecto invernadero (GEI) o residuos, o consumir recursos como energía y agua, etc. la producción de películas, es como las demás industrias: los tiene y claros. A cambio tiene también muchas áreas de acción para, no solo de reducirlos considerablemente, sino también de tener impactos positivos.

De hecho, el sector tiene las pilas bien activadas y son muchas las iniciativas y acciones llevadas a cabo en los últimos años tanto en España como internacionalmente, para incorporar buenas prácticas ambientales a las producciones cinematográficas, películas, anuncios publicitarios, etc.

Haciendo verde el cine

En España, películas y series como La sociedad de la Nieve, Reina roja, Cerdita, La chica invisible, En los márgenes, Mari(dos), y así decenas de producciones, eventos como la gala de los premios Goya y el Festival de San Sebastián, incluso varias salas de cine, han incorporado diversas buenas prácticas para reducir su impacto ambiental.

Por su parte, la Academia de Cine puso a disposición del sector la Guía de Guía de buenas prácticas Sello verde para la sostenibilidad del sector audiovisual; y Promálaga, organismo municipal para el impulso del emprendimiento, elaboró la Guía de rodaje sostenible, en el marco de la iniciativa europea Green Screen.

Herramientas como estas, junto al trabajo de consultorías especializadas en la asesoría para incorporar la sostenibilidad a los rodajes, sirven para reducir, por ejemplo, las huellas de carbono de un rodaje de entre seis y ocho semanas, actualmente estimada en el equivalente a la de una sola persona en 15 años, o de la producción de un anuncio publicitario, estimada en la misma que la una familia de cuatro miembros en tres años, según diversas consultoras. Estas, incorporan a profesionales ambientales especializados en el sector, e incorporan herramientas digitales para la toma de datos, analizarlos y desarrollar los planes de acción adecuados a cada producción, adaptados a los requisitos artísticos.

Las acciones que proponen ambas guías mencionadas abarcan desde la elaboración del guion hasta la exhibición de las películas. Entre ellas, por ejemplo, están fomentar el teletrabajo en las oficinas, alojar en lo más cerca posible del lugar de rodaje a los equipos, contratar cáterin que utilicen productos de cercanía, conectarse a la red eléctrica general en vez de utilizar equipos electrógenos, incorporar vehículos eléctricos para el transporte y elegir el tren en lugar de avión siempre que sea posible, distribuir botellas reutilizables para agua, separar residuos ,alquilar el mobiliario en vez de comprarlo nuevo, construir los sets de manera que se puedan desmontar y reutilizar, y un largo etcétera, son medidas que, sumadas, pueden tener notables efectos positivos en el resumen final de cada producción.

Producciones internacionales

A nivel internacional, productoras como Netflix, también están descarbonizando sus producciones. En este caso, como declara en su último informe ESG (Ambiental, Social y Gobernanza, en sus siglas en inglés), desde 2021 de han propuesto alcanzar dos objetivos climáticos concretos en 2030: reducir a la mitad sus emisiones de CO2, y, desde el año pasado, igualar las emisiones restantes invirtiendo en soluciones climáticas.

El consumo de combustible es la mayor fuente de sus emisiones, por ello, producciones están utilizado energía limpia, como Bridgerton, basada en hidrógeno, y Supacell, para la que usaron generadores híbridos.