Negociación de infarto

17A: límite 24 horas para no perder la Mesa

CC es imprescindible para decantar la mesa de la Cámara Baja. El partido de Díaz rechaza la exigencia de Junts con el plácet del PSOE

  • Puigdemont estira la "subasta" hasta el jueves
Hemiciclo del congreso de los diputados vacío.
Hemiciclo del congreso de los diputados vacío.Gonzalo PérezLa Razón

Todo está abierto hasta el minuto final. PSOE y Sumar dependen totalmente de Junts para la primera negociación de la legislatura, y los de Carles Puigdemont, conscientes de ello, elevan sus exigencias hasta el punto de que no les importa hacer tambalear el tablero político que acabará o con un gobierno "Frankenstein" o con una repetición electoral. La amnistía centra todas las conversaciones en este puente de agosto y ni Pedro Sánchez ni Yolanda Díaz están dispuestos a ceder la carta mágica que les abonaría el camino en el Congreso de los Diputados y a la investidura.

La constitución de la Mesa del Congreso de los Diputados, que se vota este jueves, es el primer test de estrés tras las elecciones generales y aboca a 24 horas de negociación de infarto. Algo en lo que los socialistas tienen experiencia tras una legislatura conducida por el pacto de última hora con sus socios independentistas. Hasta ahora, los socialistas cuentan con el apoyo de Sumar y de Bildu para hacerse con el poder de la Cámara Baja, pero necesitan a Junts, además de amarrar los apoyos de ERC, PNV y el BNG, que tampoco se dan del todo por descontados. Sin el «sí» de Junts, los socialistas podrían perder el control del Congreso. Si Coalición Canaria, que todavía no ha decidido su apoyo, se inclina por sumarse a Feijóo, la balanza se decantaría por una mayoría conservadora. A todas luces, el apoyo del único diputado de Coalición Canaria se hace imprescindible.

En el PSOE solo se trabaja con el escenario de doblar el brazo a Junts, quien tensa la cuerda hasta el límite. Si no lo consiguen, y la mayoría del Congreso es como la del Senado, en manos del PP, los socialistas tendrían muy difícil sobrevivir a una legislatura en la que las dos Cámaras legislativas, sobre todo en el Congreso toda norma que llevasen quedaría bajo criterio de una Mesa de mayoría conservadora.

Ayer, en un gesto sintomático, salió Sumar a cerrar filas con el PSOE y puso freno a la voluntad de Junts por negociar ya la amnistía. Los socialistas llevan semanas advirtiendo a Puigdemont que negociarán «dentro de la Constitución» y alejando el debate de la amnistía. El partido de Yolanda Díaz apoyó ayer esa posición, a pesar de crear un incendio dentro de su propia coalición electoral, donde conviven formaciones con sensibilidades afines al mundo independentista. El número dos de los comunes y diputado electo por Sumar, Gerardo Pisarello, defendió una amnistía para desbloquear la situación en Cataluña. Si bien, aseguró que no era la única herramienta disponible, sí dijo que el Congreso podría aprobar una ley de amnistía «con las mayorías necesarias».

Ante estas declaraciones, el líder del PCE, Enrique Santiago negó que las conversaciones con Junts traten sobre la posibilidad de aprobar una amnistía a los líderes condenados por el 1-0 y al propio expresident fugado de la Justicia, Carles Puigdemont. Eso sí, como ya había hecho la semana pasada, reconoció que «no hay ningún impedimento para aprobar leyes de amnistía». De hecho, concedió a Junts que ello podría ocurrir a lo largo de la legislatura. Así, Díaz hace equilibrios para, a la vez de no perder el órgano de máxima responsabilidad del Congreso, tratar de frenar una primera rebelión dentro de su propio grupo parlamentario. En Sumar centraban así los focos en medio de una negociación muy complicada que de no salir adelante puede dar al traste con las aspiraciones de Yolanda Díaz de recuperar el gobierno de coalición, la única operación viable para sostener su operación de aunar a la izquierda bajo su marca, a pesar de haber perdido en votos y en escaños respecto a 2019. Un tanto que ayer Pedro Sánchez dejó marcarse a Díaz al no salir a desmentir al portavoz de Sumar de que no existían negociaciones sobre la amnistía.

Mientras, la batalla por el «sí» a Sánchez se libra en Cataluña con alta tensión. Ni Junts ni ERC han querido garantizar el «sí» aún y se han lanzado a una subasta que puede acabar mal para las aspiraciones del PSOE a presidir el Congreso. El punto de encuentro entre ambas formaciones pivota en torno a la amnistía y esa exigencia parecen alejarla tanto Sumar como el PSOE, lo que puede traducirse en una señal de que las negociaciones ya no avanzan «muy bien» tal y como defendían en las filas socialistas la semana pasada. De hecho, ya el lunes, voces de peso en el PSOE evitaban hacer consideraciones optimistas sobre las conversaciones, lo que indicaba que algo puede estar descarrilando.

En todo caso, la decisión final de Junts se tomará el jueves a las 8 horas, poco antes de la constitución de las Cortes. Los posconvergentes reunirán a la ejecutiva para debatir cuál es la decisión final, aunque todo apunta a que el ala dura puede acabar imponiéndose por el peso que tiene Puigdemont y el de sus afines en el Congreso.

Un esquema parecido seguirá Coalición Canaria, que también reunirá a la dirección poco antes de la constitución de las Cortes Generales, aunque sigue apelando a su propuesta de incluir a un miembro del PNV en la Mesa: esto podría abrir la puerta a un pacto con el PP, con quien también habla.