La investidura de Sánchez
Investidura y liderazgos
En 35 años D. Juan Carlos efectuó 10 rondas de consultas para proponer un candidato a la investidura a la Presidencia del Gobierno, en aplicación del artículo 99 CE. Siempre el aspirante propuesto había ganado las elecciones, con mayoría absoluta o sin ella. En este último caso, tanto González como Aznar tuvieron que pactar con Pujol para obtener la confianza de la Cámara, y ambos resultaron finalmente investidos Presidentes por el Congreso. En 5 años y medio, Felipe VI ha realizado ya 8 rondas de consultas con hasta 18 representantes de distintas formaciones parlamentarias, mientras que antes eran la mitad. Además, durante ese largo periodo hasta la X legislatura, no hubo que repetir nunca elecciones, mientras que ahora parece que lo normal es repetirlas siempre. Estas cifras aportadas revelan que este procedimiento para elegir presidente ha funcionado con mucha eficacia hasta 2015, pero que ahora necesita ser adaptado a la nueva realidad política y parlamentaria, causada por la transformación del bipartidismo –imperfecto– en un pluripartidismo –perfecto–, unido a los nuevos liderazgos políticos. La decisión estará entre tener que reformar el artículo 99 y quizás la Ley Electoral y el Reglamento del Congreso, o que Sánchez asuma esta nueva realidad, dado que él es el máximo responsable de lo que sucede. Rivera ha sido el primero en pagar políticamente su falta de adaptación a a la nueva situación. Puede que no deba ser el último, ni el único.
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