Brexit

«Get Brexit done!»

After UK General Election in England
Boris Johnson ofrece una charla en el Sedgefield Cricket Club.Lindsey Parnaby/PA Wire/dpaLindsey Parnaby/PA Wire/dpa

«¡Hagámoslo!» Eso prometió Johnson...

Y el RU sale definitivamente de la UE. Se irá de forma tormentosa, como entró en 1973, cuando fue preciso que De Gaulle dimitiera de la Presidencia de Francia, pues vetó su entrada durante todo su mandato. Primero los británicos pidieron su ingreso en 1961 con el conservador McMillan, y después los laboristas con Wilson en 1967. En ambas ocasiones, el veto francés impuesto por el General lo impidió. Sin duda, De Gaulle tenía una Idea clara de Francia, y defendía una «Europa de las Patrias», en la que Inglaterra no tenía cabida, pues la consideraba con vocación anglosajona, y no europea. El Reino Unido se debate entre su condición insular respecto al continente, y su particular vínculo transatlántico con EEUU. En la actual UE –que diluye las identidades nacionales con moneda común y libertad de circulación de personas, bienes y servicios– no estaba cómoda. Por ello, en su día quedó al margen del euro y del espacio Schengen, lo que no ha sido obstáculo para que finalmente hayan triunfado los que propugnan respuestas binarias a cuestiones complejas.

Los británicos han optado por mirar hacia el Atlantico más que al continente, y ahora afrontarán nuevos retos: como Escocía –que no quiere salir de la Unión–, o Gibraltar –donde nosotros tenemos una oportunidad histórica–. Pero esta Europa sin alma, tras renunciar a sus raíces cristianas, debe meditar qué quiere ser. Por ahora, secundaria entre China y EEUU.