Política
Síndrome de la rana hervida
En esta era digital, las noticias viajan a tal velocidad en tiempo real, que sufrimos una auténtica saturación de información. Esto provoca que no podamos dedicar el tiempo necesario para transformarla en conocimiento. Si a esto añadimos el fenómeno de las fake news, el resultado es que los medios de comunicación pueden condicionar la conformación de la opinión pública como nunca lo habían hecho, mediante estrategias elaboradas con esta finalidad, donde los intereses de los grupos de poder juegan un papel esencial. Por ello, es necesario estar prevenidos frente al conocido como «síndrome de la rana hervida»: Si metemos una rana en una cazuela con agua que se va calentando poco a poco, el animal se irá acostumbrando plácidamente al gradual aumento de la temperatura, sin percibir el potencial peligro. Cuando el agua entre en ebullición, el batracio estará anestesiado y sin capacidad de reacción, cociéndose hasta la muerte. De haber estado el agua hirviendo desde el principio, la rana habría reaccionado con prontitud, saltando de la cazuela.
En veinte días de Gobierno, hemos tenido un cúmulo de despropósitos anunciados, sin apenas reacción –impensable en otros momentos–, lo que confirma una carencia generalizada de pulso social como consecuencia del paulatino deterioro de la fibra moral del país. De seguir en este conformismo anestesiado, nos encontraremos sin capacidad de reacción cuando queramos saltar de la cazuela. Ello exige denunciar lo que sucede, a tiempo y a destiempo. En eso estamos.
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