Estado de alarma

Límite 24 horas: Calvo negocia los votos para salvar la prórroga del estado de alarma

El Ejecutivo se moviliza con los socios de investidura y con los presidentes autonómicos del PP para lograr los apoyos suficientes para superar el trámite parlamentario en el Congreso

El Gobierno redobla la presión sobre el PP mientras mantiene activa la búsqueda de los apoyos suficientes para asegurar que la prórroga del estado de alarma salga adelante dentro de 24 horas. Tras confirmarle Pablo Casado en una conversación privada a Pedro Sánchez que no se mueve de su posición contraria a apoyar al Ejecutivo en la votación del próximo miércoles, Moncloa ha activado una doble estrategia: retratar al PP ante la opinión pública como una fuerza política que no asume su responsabilidad de partido de Estado y, al mismo tiempo, afanarse en cerrar los votos suficientes para superar un trámite parlamentario que consideran «imprescindible» para seguir pilotando la desescalada desde el mando único y con la limitación de movimientos de la población. En Moncloa existe convencimiento de que lograrán su objetivo y que esto servirá para reforzar la figura de Pedro Sánchez frente a una oposición que solo busca «arrinconarle» y desgastar al Gobierno aprovechando la situación más crítica a la que se ha enfrentado el país en democracia.

«El presidente del Gobierno le ha advertido al líder del PP que si persiste en esta actitud puede llevar a un caos sanitario y económico», desveló ayer el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, en una suerte de ultimátum. Aunque desde el PP no aclaran si esa negativa a apoyar el estado de alarma podría acabar concretándose en una abstención, lo que le facilitaría las cuentas al Ejecutivo, lo cierto es que se valen de la posición adelantada por Casado para debilitar al principal partido de la oposición. «No creo que vayan de farol. Sería grave que alguien se plantee asumir esta situación como una jugada política», aseguró Ábalos, que asimiló la abstención a un voto negativo porque «no se puede abstener alguien que esté comprometido con la gobernanza».

Desde Moncloa creen que podrán sacar adelante el decreto, que hoy aprobará el Consejo de Ministros,y para ello ya se han puesto a trabajar con los partidos que apoyaron a Pedro Sánchez en la investidura, pero también con Ciudadanos que se antoja clave tras el «no» de ERC. Esta labor se ha dejado en manos de la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, a nivel parlamentario y también a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, con muy buena interlocución con los nacionalistas vascos y catalanes, que se ha puesto en contacto con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés.

Esta presión también se ejerce con algunos de los barones territoriales del PP, ante quienes se expone que un partido de gobierno como el PP no puede inhibirse de su «corresponsabilidad» y colocarse junto a partidos como Vox que «solo predican el fin». «No es legítimo acorralar a un Gobierno para que sean los ciudadanos quienes paguen las consecuencias». En el Ejecutivo recuerdan que el PSOE fue leal con Rajoy cuando se puso en tela de juicio la integridad territorial en Cataluña y se aplicó el artículo 155 de la Constitución con su apoyo. Calvo ha llamado también a Alberto Núñez Feijóo que ha “agradecido” el contacto para explicarle el decreto, aunque “sean hechos consumados”. El presidente de Galicia quiere poner fin al estado de alarma, pero avalaría la prórroga de mañana en el Congreso para dar “más tiempo” al Ejecutivo “para organizarse” en la desescalada.

En el Ejecutivo sostienen que el mantenimiento del estado de alarma es «imprescindible» para contener el virus y pilotar la desescalada, porque sin él no existiría «el marco jurídico» que permite mantener la excepcionalidad y la limitación de la libertad de movimientos. Por tanto, todos los ciudadanos tendrían que incorporarse a su actividad, no se podrían gestionar las ayudas o ERTEs que se han puesto en marcha ni prolongar la limitación al derecho a la libre movilidad de los españoles. «No esperamos un acatamiento ni un cheque en blanco», porque el estado de alarma no entra dentro del programa de gobierno ni de la ideología del Ejecutivo. «Es un apoyo a España, no al Gobierno ni a los partidos del Gobierno, es una medida en beneficio de España», destacan desde Moncloa, al tiempo que recalcan su «eficacia» contra el virus y que «si la emergencia sanitaria sigue, no hay motivo para no mantenerlo».