Guardia Civil

De Roldán al 1-O: firmeza ante el poder

El coronel Pérez de los Cobos, el honor como divisa

Captura de la señal del Tribunal Supremo con la declaración en el juicio del "procés" del coronel Diego Pérez de los Cobos que declaró como testigo. EFE/Tribunal Supremo
Captura de la señal del Tribunal Supremo con la declaración en el juicio del "procés" del coronel Diego Pérez de los Cobos que declaró como testigo. EFE/Tribunal SupremoefeAgencia EFE

El coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, no es un guardia civil al que le asuste «plantarse» ante superiores políticos cuando se trata de cumplir con la obligación de su cargo y éstos le requieren información que no les puede, o no les debe facilitar.

Cuentan en la Benemérita que, siendo teniente, fue llamado al despacho del entonces director general del Cuerpo, Luis Roldán, que le requirió información sobre uno de sus colaboradores en el mundo de ETA.

Pérez de los Cobos, al igual que otro coronel de la Benemérita cesado por este Ministerio del Interior, Manuel Sánchez Corbí, tuvo una destacada labor en la lucha contra la banda criminal en los años más difíciles.

Al joven teniente no le costó ni un segundo, ni la más mínima duda, negarle de plano la información que se le requería por razones obvias de seguridad y operatividad. Intuición no le faltaba al oficial, perteneciente entonces al Servicio de Información (SIGC).

Pérez de los Cobos siguió adelante con su carrera profesional, brillante y apreciada dentro de la Guardia Civil, y Luis Roldán...¿para qué entrar en detalles?.

El mando destituido de manera tan fulminante es un brillante militar que ha destacado en todos los destinos que ha ocupado. Y apreciado por sus superiores y subordinados. Trabajador incansable, serio en el carácter, siempre dispuesto al cumplimiento de las misiones que se le han encomendado. Fue colaborador directo del socialista Perez Rubalcaba en el Ministerio del Interior.

En los últimos tiempos, se recuerda su actuación en Cataluña durante la aplicación del artículo 155 de la Constitución y la declaración que prestó en el juicio contra los implicados en aquellos hechos delictivos.

Su manifestación, llena de datos irrefutables, sacó de quicio al independentismo que, desde entonces, le tiene en su punto de mira. Ayer, tras conocerse su cese, no eran pocos los que creían ver la mano negra de los separatistas y se hablaba de que se habría aprovechado la ocasión (en este caso por el cumplimiento del deber) para destituirle.

El coordinador del mando policial señaló en el juicio directamente a los Mossos, por su inactividad, y a su jefe, el mayor Josep Lluís Trapero, a quien acusó de «poner palos en las ruedas a cualquier plan para impedir el referéndum». Negó repetidamente las acusaciones de las defensas de una supuesta brutalidad policial. Recordó que las instrucciones que recibió de Interior eran que en las intervenciones «no se empleara excesivamente la fuerza». A los que querían invertirla carga de la prueba, el tiro les salió por la culata y eso es algo que no le han perdonado nunca a Diego Pérez de los Cobos.