Cinco cabecillas etarras declararán por el asesinato de Gregorio Ordóñez

Hasta cinco cabecillas de ETA pueden ser citados por la audiencia Nacional en relación con el asesinato en San Sebastián del teniente alcalde de la ciudad, Gregorio Ordóñez. La declaración del que fuera jefe del “aparato político”, Miguel Albisu, “Mikel Antza”, prevista para hoy, ha suido aplazada hasta que se determine las condiciones en que fue expulsado de Francia, según han informado a LA RAZÓN fuentes jurídicas.

Los otros dirigentes etarras son Ignacio Gracia Arregui, Iñaki de Rentería”; Julián Achurra Egurola, “Pototo”, que acaba de beneficiarse de un acercamiento al País Vasco; Jose Javier Arizcuren Ruiz, “Kantauri”; y Juan Luis Aguirre Lete, “Isuntza”, con diversas responsabilidades en la “dirección” de la banda cuando se cometió el crimen.

La acusación, que formulan la viuda y el hijo de Ordóñez, pretende demostrar que, en el caso de atentados selectivos, contra personas concretas, como fue el caso del político del PP asesinado, es la “cúpula” la que toma las decisiones, previa propuesta del jefe del “aparato político”.

A este respecto, la citación, que ha sido aplazada, se hace “para atender la petición que hizo en su día la acusación particular”. Por lo que se acuerda “oír en declaración, en calidad de investigado con asistencia letrada” a “MiIkel Antza” por su presunta responsabilidad en la toma de decisión de asesinar a don Gregorio Ordóñez Fenollar”.

Esta decisión de la Audiencia es muy relevante ya que va en la línea de que los responsables de las acciones criminales no son sólo los autores directos sino quiénes los ordenaban desde sus “guaridas” en Francia.

El responsable del “aparato político” era el que se encargaba de marcar las líneas de actuación concretas contra colectivos determinados (las Fuerzas de Seguridad eran siempre objetivos) como políticos, periodistas, empresarios, etcétera.

“Antza” fue puesto en libertad en enero del año pasado tras llegar al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas después de ser entregado por las autoridades francesas. En ese momento, no había causas pendientes contra él.