Política

Silencio y alivio entre los diputados populares

Tras su guerra con García Egea. Los únicos elogios a su figura los realizaron dirigentes de Vox. Desde las filas del PP felicitaron a la dirección: «Ya era hora»

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El líder del PP, Pablo Casado, junto al secretario general del partido, Teodoro García Egea, en la reunión telemática con el grupo parlamentario popular. Madrid, a 6 de abril de 2020.DAVID MUDARRA (PP)06/04/2020larazonDAVID MUDARRA (PP)

Quizá el mejor termómetro de la situación en la que se encontraba Cayetana Álvarez de Toledo dentro del Partido Popular, se concretó ayer en las reacciones que provocó su cese como portavoz. Los elogios a su figura llegaron desde las filas de Vox. Entre los miembros de su partido, silencio y alivio. En la dirección del PP, por contra, recibieron un buen número de mensajes de dirigentes y diputados populares. Y en muchos de ellos, se repitió una expresión: «Ya era hora».

En los doce meses en los que ha liderado el grupo parlamentario tres han sido las constantes en la manera de actuar de Álvarez de Toledo: sus choques con otros diputados; sus roces con el secretario general, Teodoro García Egea; y sus malentendidos con la dirección del partido. Muchos de los que han chocado con ella reconocen su incapacidad para trabajar en equipo y para respetar la estrategia trazada desde Génova. En su despedida de ayer, la propia Álvarez de Toledo dejó entrever sus discrepancias con una parte del grupo parlamentario. Criticó la concepción de los partidos y de las bancadas como «camarillas cerradas y sectas», lo que, a su juicio, «sólo abunda en la degradación de los partidos» y permite que «sólo prosperen aquellos que repiten consignas» de la sede central. Reivindicó la necesidad de que los partidos no sean «colectivos homogéneos» y llamó a que los «diputados sean individuos con voz propia».

La situación de enfrentamiento en el seno del grupo parlamentario llegó a una situación de no retorno el pasado mes de marzo. Entonces, Álvarez de Toledo reforzó su estrategia de ir por libre y de redoblar su pulso a Casado. Lo hizo a pesar de su evidente soledad: con Aznar como único apoyo, sin el respaldo de ninguno de los barones y ante una situación de aislamiento en el grupo parlamentario, a excepción de su clan de afines, próximos también al sector más aznarista de la formación.

Entre esos últimos choques cabe destacar el desaforado ataque que lanzó contra los medios de comunicación y, singularmente, hacia La Sexta, a la que acusó de «hacer negocio con la erosión de nuestro sistema democrático». Génova, entonces, dejó claro su desacuerdo con esta posición respecto a los medios: «No ha estado acertada». En otras ocasiones, voces autorizadas dentro del partido, como la del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, han deslizado su frontal rechazo a los «espetáculos parlamentarios» portagonizados por Álvarez de Toledo.

También en marzo de este año, la ya ex portavoz plantó a Casado en un acto con numerosas dirigentes del partido con motivo del día de la Mujer. Una ausencia que le valió otro toque de atención desde la dirección del partido. Situación que, tal y como informó este diario entonces, una ex ministra de Rajoy verbalizó así: «Cayetana habla como si fuera la portavoz de Vox y no nos representa a la mayoría del partido ni tampoco a la mayoría de nuestros votantes. Su discurso puede funcionar en círculos muy reducidos, pero no es el discurso de un partido que ha sido partido de mayorías».