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«Miedo», luces y sombras de una pandemia

#0 de Movistar + estrena hoy el documental de Jon Sistiaga desde los lugares de la tragedia

«LUZ». Entrevista con el virólogo e investigador Rafel Nájera
«LUZ». Entrevista con el virólogo e investigador Rafel NájeraLa RazónLa Razón

Explicar el miedo es como intentar cazar el aire o describir el amor, y sin embargo es un sentimiento muy humano, cercano y familiar, que, ahora más que nunca, se ha colado por las rendijas de nuestro confinamiento para paralizarnos y atraparnos en nuestras casas. El periodista Jon Sistiaga, que se ha enfrentado a él en cientos de formas y lugares diferentes, nos trae su nueva serie documental con dos entregas, «Oscuridad» y «Luz» para explicarnos de qué está hecho ese «Miedo» que nos ha invadido con el coronavirus.

«Realmente era un proyecto que tenía antes de la pandemia: hacer un programa sobre los miedos que todos podemos tener, desde la agorafobia al miedo a fracasar, a que nos dejen nuestras parejas…», cuenta Jon Sistiaga a LA RAZÓN. El proyecto se recupera cuando el coronavirus comienza a hacer estragos en la sociedad española. «Creo que el miedo, ha sido la palabra de la pandemia y que nos ha igualado en todo, da igual la clase social que seas, que te pase en un barco en Puerto Banús o duermas al raso bajo puente en la M-30».

En las dos entregas de 56 minutos, «Oscuridad» y «Luz», tratadas con dos texturas cromáticas diferentes por La Caña Brothers, se entrevista a las personas que han sido protagonistas de los mejores y peores momentos de la pandemia en los lugares que han marcado la historia de una tragedia, «notando la dura presencia de los ausentes». Un Ifema donde antes «había 500 camas llenas y un Palacio de Hielo donde llegó a haber 700 cadáveres». «En el primero pretendo hablar de ese miedo malo que te bloquea, que te congela, que te inhibe, que hace sacar lo peor de ti, que genera los policías de los balcones, o los troles en internet y todas las teorías conspiranoicas, y lo más bueno, lo más luminoso que te impulsa a actuar, a hacer cosas, a mojarte o incluso arriesgarte a salir fuera y a trabajar», explica el periodista.

«OSCURIDAD». El jefe de planta de infecciosas del Ramón y Cajal, Santiago Moreno, víctima del coronavirus
«OSCURIDAD». El jefe de planta de infecciosas del Ramón y Cajal, Santiago Moreno, víctima del coronavirusLa RazónLa Razón

«Mi documental es una reflexión sobre lo que nos ha pasado y como hemos actuado, cada uno de nosotros, y como sociedad». Jon Sistiaga se ha enfrentado a este reto periodístico desde la experiencia que da una larga trayectoria en conflictos, guerras, desastres naturales y catástrofes humanitarias, «acostumbrado a lidiar con el miedo». Pero su sorpresa fue encontrarse con que «tenemos la piel muy fina» y que pasarse 52 días en Bagdad bajo las bombas o dos meses en Afganistán tomando una escudilla de arroz al día con piojos, diarrea y talibanes alrededor, «eso sí que es un confinamiento, no estar en tu casa con los tuyos, con tu televisión y porno gratis».

Un sacerdote, una funeraria y un «infectólogo infectado», serán algunos de los protagonistas que desfilarán por las sombras de «Oscuridad» que se estrena hoy a las 22:00 en #0 de Movistar+. Un documental que demuestra que «todos somos especialistas en la Covid-19», que todavía no se puede responder a si hemos aprendido algo de todo este sufrimiento, que los locos pedían salir cuando todos estábamos encerrados y que la población siempre tuvo más «Miedo» que los que miraron a los ojos a los cadáveres.

La labor de los medios

«Creo que los medios de comunicación no lo han hecho nada bien en la cobertura de la pandemia», asegura Sistiaga, al que no le parece razonable «que periódicos, radios y televisiones hayan dedicado el 98 por ciento de sus espacios durante 3 meses, prácticamente, a hablar de la pandemia». Y elabora su propia teoría: «También los periodistas somos personas y los pocos que salían a la calle a cubrir Ifema, Palacio de Hielo o la Gran Vía vacía volvían a casa acojonados de no contagiar a los suyos. Y los que no salían, también lo han vivido con terror. No hablaban más que de lo que creían que era lo importante. Al final, las personas que reciben esa información en sus casas piensan que fuera hay un apocalipsis zombi».