¿Cómo está viviendo usted esta locura que nos ha traído la pandemia?
–Con preocupación por tantas familias que están sufriendo por sus familiares o que se han quedado sin trabajo. Con preocupación y con muchísima paciencia, que falta nos hace a todos.
–En una situación de tanto estrés emocional, ¿Qué le ha dado fuerza para ponerse de nuevo a trabajar?
–Los míos. Mi clan. Mi familia. Trabajar siempre me ha hecho sentirme bien. Trabajar me da vida.
–¿Ha tenido o tiene miedo?
–Al principio tuve mucho miedo. Nunca hemos vivido una situación como ésta y uno tiene la sensación de que nuestro mundo se acaba y no hay otro. Pero los seres humanos somos fuertes. Después, me fui acostumbrando, como todos, supongo, y mi refugio fue meterme de lleno en mi nuevo disco 6.0, que grabé, precisamente, durante el verano, y hoy ya estoy de nuevo en la brecha.
–¿Por su salud no tiene miedo? ¿Sigue haciendo su vida normal?
–Bueno, yo soy persona de alto riesgo, como todo el mundo sabe, porque estoy trasplantado. Llevo dieciocho años disfrutando de este trasplante [de hígado], me ha cambiado la vida por completo, y tengo que decirle que no me ha hecho sentir más débil que el resto de personas de mi alrededor. Tengo cuidado, claro, hay que tenerlo, pero no me siento distinto de los demás.
–¿Las restricciones impuestas por el estado de alarma le parecen una limitación de su libertad?
–Me parece que en estos momentos hay que hacer las cosas bien. Si hay que comer en casa, se come. Si no podemos juntarnos más de seis, pues no nos juntamos. Todos tenemos que hacer bien las cosas para que esto acabe cuanto antes. Yo no entiendo esa mentalidad de quien por un minuto de juerga se juega su vida o la de otras personas, a las que puede contagiar sin querer.
–Usted siempre ha dicho que viene de una familia humilde, modesta, que tuvo que pelear duro para salir adelante. Con la perspectiva de ese pasado que queda atrás, ¿la pandemia es lo más duro que ha vivido o fue peor aquella infancia en la dictadura?
–Mi familia era una familia humilde, como tantas otras de aquellos años. Y pese a todo, yo tengo que decirle que siempre fui un niño muy feliz, que nunca me faltó cariño y que mis recuerdos de aquella época son buenos. Las etapas duras se llevan mucho mejor cuando estás bien acompañado.
–Se le ve un optimista de raíz. ¿Qué piensa de la vida en medio de este caos?
La vida está llena de oportunidades por todos los lados y hay que saber verlas y agarrarse a ellas. No esperes sentado a que te lo sirvan en bandeja, hay que buscarlo. Habrá retos más difíciles y otros más sencillos, pero incluso en una situación como ésta, hay que pensar que hay oportunidades y que hay que buscarlas.
–Somos un país lleno de jóvenes sin trabajo, condenados a vivir en casa de sus padres porque no tienen con qué pagar el alquiler de una vivienda, muchos de ellos con muchos estudios y sin poder desarrollarlos... ¿Qué oportunidad les estamos dando? ¿A qué oportunidad pueden agarrarse?
–De la vida siempre hay que esperar ser feliz. Es verdad todo eso que usted dice, pero tenemos que vivir el tiempo que nos toca vivir y hacerlo siempre pensando que por muy negra que nos parezca la cosa, encontraremos una salida. Yo he vivido la España que me ha tocado vivir, y aquella tampoco era fácil.
–Si mira en estos momentos a su alrededor, ¿le duele España?
–No, exactamente. Me da la felicidad. Ser español es lo más para mí.
–¿Qué piensa de la situación política actual?
Pues que a ver cómo salimos de ésta. Hay que tener serenidad y esperar que quienes están al mando acierten en sus decisiones.
–De todo lo que ha cambiado en estas últimas décadas en España, ¿Qué destacaría?
–Han cambiado muchas cosas para mejor. Otras, no tanto. Y en otras, hemos retrocedido. Pero España es hoy mucho mejor, sin duda.
–Póngale nombres y apellidos. ¿En qué hemos ido a mejor y en qué hemos retrocedido?
–Me quedo con que España está hoy mucho mejor.
–Comentaba usted antes que cuando estalló la pandemia, fue inevitable no tener la sensación de fin del mundo. Cuando mira para atrás, ¿Qué echa más en falta hoy?
–Yo no miro para atrás. No soy nostálgico, nunca lo he sido. No soy de esas personas que se pasan la vida hablando de lo que fue: prefiero hablar de lo que será.
–¿Y qué objetivos comunes deberíamos fijarnos como país para salir antes y con más fuerza de esta crisis?
–El primero de todos debe ser el de menos hablar y más hacer.
–¿Se refiere a los políticos?
–Ya he dicho que no hablo de política. Pero insisto, menos hablar y más hacer, buscando más unión y menos diferencia. Y, luego, todos tenemos que hacer lo que esté en nuestras manos para ayudar. Cuando España esté llena de trabajo, con todo el mundo trabajando y no parado, seremos todavía más grandes.
–¿La cultura tiene el apoyo que necesita en estos momentos?
–No. Rotundamente, no.
–¿Qué le falta? ¿Qué necesita la cultura?
–Más apoyo en todos los sentidos.
–¿Se identifica en estos momentos con los españoles de su generación?
–A mí me gusta estar con la gente joven, y siempre estoy rodeado de ella. Soy más amigo de los amigos de mis hijos que de muchos amigos míos de antes.
–¿Por qué?
–Es coherente con lo que le he dicho antes de que pienso más en el futuro que en el pasado.
–Y en ese futuro, ¿Cómo ve España dentro de 20 años?
–Ahora mismo no puedo decírselo. Pero dentro de 20 años, pregúnteme lo mismo y le contesto.
–Si mira a los referentes de la España de hoy, ¿con quién se siente más identificado?
–A mí me marcan aquellas personas que tienen algo que enseñarme, me gusta escuchar y aprender. Luego yo reflexiono y hago lo que veo más conveniente, dentro de mis posibilidades.
–¿Usted es feliz?
–Sí, lo soy.
–¿Y se puede ser feliz sin éxito y sin dinero? ¿Sería feliz sin nada?
–Sin nada, no. Necesitamos estar con la persona o personas que nos hacen felices. En mi caso, son cuatro personas.
–¿Su familia?
–Mi mujer y mis hijos.
–Por su trayectoria puede decirse que es casi insignia de España. ¿Qué cosas deberían reforzarse y apoyarse más como «marca España»?
–Mire usted, menos insignias, menos escudos, y menos hablar, como le dije antes, y más trabajar.
–Estamos ante un nuevo aniversario de la Constitución. ¿Está vieja o aguanta tal como está?
–No entiendo tanto como para emitir un juicio definitivo. Sí creo que todo lo que está en la Constitución está bien, y que esta Constitución nos ha ayudado como país a avanzar y a ser lo que hoy somos. No sé si hacen falta renovar cosas o añadir otras nuevas, pero lo que hay en ella es bueno para los españoles.
–¿Habrá más discos y muchos más escenarios?
–Habrá más discos y muchísimos más escenarios, aunque a la cultura no la ayuda nadie.
–Raphael, ¿ha pensado ya cómo se presentará en el escenario el próximo día 19 y 20 cuando abra el Wizink Center?
–Es el primer evento multitudinario en época de pandemia. Estoy deseando volver a los escenarios. Nunca había estado tanto tiempo sin cantar encima de uno. Van a ser dos días muy especiales, donde presentaré mi último disco Raphael 6.0, además de las joyas de la corona de mi repertorio. Habrá muchas sorpresas..., pero hasta ahí puedo contar. Ahora me toca seguir con los ensayos.