Crisis PP

Génova 13: ¿mudanza o refundación?

Fontaneros y ex altos cargos valoran la decisión de Casado de sacar al partido de la que ha sido su casa desde 1983 y reflexionan sobre la conveniencia de refundar el PP para sumar a Ciudadanos

¿Página en blanco donde escribir una nueva etapa para el partido o estrategia suicida al cortar tus propias raíces? Antiguos cargos del PP han sido consultados sobre la decisión del actual presidente del partido, Pablo Casado, de trasladar la sede del partido y de abandonar el número 13 de la calle Génova de Madrid. Y lo cierto es que hay diversidad de opiniones.

Un «fontanero» con miles de horas de vuelo en la sede del PP lo tiene claro: «Génova era el símbolo de la grandeza como partido del PP. Últimamente estaba medio vacío y la actual administración se empeñó en mantenerlo precisamente por ser un símbolo. Cuando estuvieron a punto de venderlo era por problemas de dinero. Ahora van y lo venden y como no tienen nada hablado ni negociado sacarán menos con la operación», afirma. Y continúa con el desahogo: «Con esto consigues que no se hable de Cataluña pero estas vendiendo tu casa. Si es un gesto, la verdad me parece un gesto muy caro y muy precipitado. En realidad es una imagen de lo que es el ’'casadismo’': Todo depende de lo que le susurre el último algo al oído a Casado. No solo están concediendo el relato a los enemigos y haciendo culpables a todos los de detrás sino que también están enterrando las alegrías. Es escapismo». En cuanto a la necesidad de refundar el partido, este excargo opina sin ambages: «Se va a llegar a eso. Hacerlo antes hubiera sido más inteligente. Y hay que sumar a Ciudadanos. Ahora va a parecer que lo estamos haciendo a toda prisa y empujados por las circunstancias. Yo lo pensé en cuanto resurgió todo lo de Bárcenas. En el fondo si lo piensas quitar a Cayetana y romper con Vox significa una apuesta moderantista, de centro reformista y liberal que, parece, ahora Pablo Casado se cree, lo cual es curioso porque el siempre venía de una postura más ‘neocon’».

Para José Manuel García Margallo, ministro de Asuntos Exteriores con Rajoy, lo importante es «refundar el centro-derecha en España» de manera análoga a lo que se hizo en 1989. «Lo de irse de Génova tiene mucho de exorcismo, de salir del sitio que te trae malos recuerdos, pero hace falta más». Para el eurodiputado popular, lo fundamental es refundar, incluso cambiando las siglas y «crear un proyecto que atraiga». «Sumar por sumar no tiene ningún sentido. Hay que sumar para hacer cosas concretas juntos. Es necesario atraer al votante de Vox e incluso a socialdemócratas que están espantados por lo que está haciendo Sánchez», explica a LA RAZÓN. Es curioso recordar que el propio Margallo recordaba este mismo lunes que tras el batacazo electoral del PP en Cataluña, seguía en pie la tesis de San Ignacio de Loyola que decía que «en tiempo de desolación, nunca hacer mudanza» aunque aquí el sentido de mudanza, más que a moverse de casa, tienen la acepción general de cambio.

Otro dirigente popular durante décadas, Jorge Fernández Díaz, cree en cambio que el traslado de la sede es «en estos momentos y estos términos inoportuno y desacertado». «Ha sonado a considerar que la sede es un lugar de corrupción. En mi opinión se trata de una decisión desacertada e injusta».Para este exministro del Interior «lo primero que hay que hacer es tener claro qué es lo que eres y después en todo caso ver si cambias el decorado. No al revés». Fernández Díaz cree, además, que hay un aspecto ideológico de fondo que no debe pasarse por alto: «La refundación se hizo en el 89 y ahora lo que sucede es que los principios ideológicos que de esa refundación nacieron han quedado como mínimo desdibujados o diluidos, y muy en particular el humanismo cristiano. Lo liberal se mantiene y también el conservadurismo tal y como Fraga lo consideraba, es decir, como conservar lo que debe ser conservado, no ser revolucionarios ni adanistas. Pero el humanismo cristiano ha quedado en la práctica absolutamente desdibujado. La perdida de identidad del partido en este punto es la causa fundamental de la situación actual desde el punto de vista electoral».

En cualquier caso, todos los consultados coinciden en señalar que el resultado en las autonómicas catalanas no va a hacer cambiar de rumbo al partido y que se va a ahondar en el viraje al centro que, previsiblemente, terminará por materializarse en sellar acuerdos con el Gobierno del PSOE. La gran pregunta que está en el aire es cuántos votos le hará perder esa estrategia de «proximidad de Estado» al tóxico Pedro Sánchez al ya diezmado electorado popular.

Al mismo tiempo, todos coinciden en señalar que el resultado en las autonómicas catalanas no va a hacer cambiar de rumbo al partido y que se va a ahondar en el viraje al centro que, previsiblemente, terminará por materializarse en el cierre de acuerdos con el Gobierno del PSOE. La gran pregunta que está en el aire es cuántos votos le hará perder esa estrategia de «proximidad de Estado» al tóxico Sánchez al ya diezmado electorado popular.