El futuro de la Legislatura
Bruselas: «Merkel niega a Sánchez»
La Legislatura de Sánchez está en manos de la vacunación contra el coronavirus y de los fondos europeos. El optimismo del discurso oficial choca con el análisis de la situación que se hace en la diplomacia europea.
Pedro Sánchez ha hipotecado su futuro a las vacunas y a los fondos europeos. Pero, a pesar de que la campaña electoral madrileña esté dando fuerza al discurso oficial hiperoptimista, en estos dos objetivos han aparecido obstáculos en el camino que echan más sombras que luces sobre las promesas del presidente del Gobierno. Las campañas electorales lo aguantan todo.
En la diplomacia europea es donde dan la señal de alerta sobre los recelos que despierta la seguridad que estos días exhibe el presidente. En Bruselas están viendo evolucionar sobre el terreno las dos cuestiones a las que Sánchez tiene ligado su futuro. Y allí, sus respuestas a las preguntas distan bastante de la seguridad oficial de Moncloa.
¿Cómo podrá Sánchez cumplir con el calendario con el que se ha comprometido, pese al caos con la vacuna de Astrazeneca? La respuesta oficial de Moncloa es que no habrá problema. En Bruselas lo ven de otra manera. «Lo que está diciendo Alemania llevar a pensar que no será así. La canciller Ángela Merkel ha dicho esta semana que por la vía europea no llegarán a tiempo las vacunas que ella necesita porque hay retrasos en los laboratorios, y si a ella le ocurre esto, a los demás, igual. Por eso ha iniciado la negociación de un contrato bilateral con Rusia para comprar la Sputnik-V», explican en la delegación parlamentaria española.
En Bruselas creen que el Gobierno de Sánchez tiene un problema con AstraZeneca porque apostó «demasiado» por ella en la compra negociada por la UE. Es la más barata por razones de distribución y porque sus laboratorios renunciaron a lucrase con su producción.
En este proceso, en el que la hazaña científica es tan indiscutible como el fracaso político, la UE «anticipó un fondo para la investigación y luego asumió la tarea de centralizar la reserva para los Estados, a fin de garantizar un precio único y dosis suficientes para todos los países y evitar así que algunos monopolizaran toda la producción y hubiera países del espacio Schengen que se quedaran sin plan de vacunación».
Es un sistema parecido al que utiliza dentro de España con vacunas como la de la gripe: el Gobierno central dirige una compra centralizada para evitar una subasta al alza, de tal forma que luego cada comunidad autónoma decida en el mercado cuántas dosis quiere y de qué marca.
En el caso europeo, la UE reservó las vacunas, estableció unos criterios de proporcionalidad y se las ofreció a los Estados. La importante apuesta por AstraZeneca complica los planes del Gobierno español cuando los demás laboratorios están teniendo también problemas de producción. «Ahora podemos encontrarnos, si seguimos la fórmula de Francia de sustituir la segunda dosis de los ya vacunados por otra marca, con que no tenemos vacunas para cumplir el calendario de los más de dos millones de ciudadanos pendientes de cumplimentar sus vacunaciones, mientras que perdemos con las dosis sobrantes de AstraZeneca».
El fracaso en la estrategia de vacunación es doble. Es responsabilidad directa de la Unión Europea, y es posible que «cueste cargos» dentro de la Comisión Europea en las próximas semanas o meses, advierten en Bruselas. Y luego están los errores que son imputables directamente al Gobierno español. El coste de este fracaso se mide en ruina y en vidas, pero, sin embargo, bajo el ruido de la lucha de partidos, y ahora de la batalla electoral madrileña, los líderes políticos no bajan de la superficie, obcecados en la confrontación ideológica y en episodios como el de Vallecas, generados por ellos.
Por cierto, la UE fue la primera en abril del año pasado en establecer un plan de vacunación, invirtió el dinero en investigación, y ahora avanza muy por detrás de su propio calendario y con respecto a lo que están haciendo otros países como Estados Unidos o Reino Unido.
Con los fondos europeos también hay un importante retraso que ya está amenazando a la recuperación económica. En Alemania, faltaba la firma del presidente de la República, pero el Tribunal Constitucional frenó este trámite hasta que la Corte resuelva otro recurso contra el Fondo de Recuperación. La previsión es que la resolución del asunto podría retrasarse hasta tres meses.
Mientras que Polonia y Hungría, por estar en contra de todo lo que afecta al obligado cumplimiento de unos mínimos democráticos, han elevado el acuerdo al Tribunal Constitucional europeo.
El Gobierno español se ha visto ya obligado a recortar el crecimiento en 3,3 puntos esperando, precisamente, que el efecto de las vacunas contra el coronavirus y la llegada de los fondos europeos se noten en el próximo ejercicio. El Gobierno confiaba en que la ejecución del plan español para recibir dinero del Fondo de Recuperación aportaría hasta 2,6 puntos al PIB a lo largo del año. Pero el retraso explica al menos el recorte de un punto en la estimación. La previsión de la Comisión Europea era que antes del verano se entregara la prefinanciación del 13 por ciento de los fondos, y que hubiera un segundo desembolso a finales de 2021. Esos planes no se cumplirán y todo indica que habrá que esperar al menos hasta el cuarto trimestre.
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