Defensa

Las Fuerzas Armadas españolas, del verde camuflaje al verde “eco”

España invertirá 250 millones en 165 proyectos de eficiencia energética para instalaciones militares y la flota de vehículos de las bases

La ministra de Defensa, Margarita Robles, durante una visita a la zona donde se ubicará la futura base logística del Ejercito de Tierra
La ministra de Defensa, Margarita Robles, durante una visita a la zona donde se ubicará la futura base logística del Ejercito de TierraRafa AlcaideAgencia EFE

Como le ocurre a cualquier mortal, las Fuerzas Armadas quieren ahorrar en la factura de la luz y para ello tienen que invertir en ser más eficientes energéticamente. Y como le ocurre a cualquier mortal, eso de invertir es un problema. Por suerte está ahí Europa, concretamente 250 millones de euros de fondos del plan de Recuperación Next Generation UElanzado para recuperar las economías tras la Covid. No obstante, y pese a lo cuantioso de la cantidad, los 250 millones de euros europeos no serán suficientes, así que el Ministerio que dirige Margarita Robles se han buscado otras vías de financiación como los fondos Feder, que financian algunos de estos proyectos.

Los fondos Feder ayudan, pero el plan de Recuperación es el monto importante y servirá para dotar económicamente a 165 proyectos de eficiencia energética de los 265 presentados inicialmente. De los 250 millones, 186 corresponden a infraestructuras, los más importantes, sin duda, la mejora integral de la eficiencia energética del hospital Gómez Ulla, que costará casi 30 millones de euros, y implantación de energías renovables en grandes bases como Rota, Cuatro Vientos o Torrejón.

El resto del dinero se destinará a hacer más sostenible la movilidad dentro de las bases, es decir, a sustituir el actual parque móvil basado en motores de combustión por vehículos eléctricos y su correspondiente red de recarga. Alguno de los viejos vehículos ya han comenzado a transformarse, como los “Aníbal”, que están en pleno proceso de conversión en vehículos totalmente eléctricos. Y mientras unos se transforman otros, los que se vayan incorporando, ya serán directamente eficientes.

Base Aérea Conectada

En este sentido existen proyectos innovadores como el de Alcantarilla (Murcia), donde una empresa ha cedido un vehículo eléctrico para ver qué tal se comporta en el uso diario. Esta alianza público-privada forma parte el proyecto de Base Aérea Conectada, Sostenible e Inteligente (Bacsi) del Ejército del Aire, que se presentó a mediados del año 2020, cuyo nombre deja claro ese componente de eficiencia energética al que aspiran las Fuerzas Armadas.

La Bacsi no será la única, ese concepto sostenible y ecológico irá ligado a todas las bases que se construyan a partir de ahora. Un buen ejemplo es la nueva base logística del Ejército de Tierra, en Córdoba, en la que todos los edificios deberán ser eficientes y respetar el medio ambiente gracias, en parte, a una gestión centralizada de las instalaciones mediante un software propio aún por desarrollar. El fin último es reducir lo máximo posible la huella de carbono y hacer unas instalaciones modernas y sostenibles. Las Fuerzas Armadas incluso están estudiando el uso del hidrógeno como fuente de energía junto a las renovables tradicionales.

Nuevo vehículo eléctrico del Ejército del Aire.
Nuevo vehículo eléctrico del Ejército del Aire.Ejército del Aire

Un gasto inasumible

Las Fuerzas Armadas tienen que hacer algo y tienen que hacerlo ya. Se gastan al año en torno a 72 millones de euros repartidos entre unos 2.400 contratos, así que, obviamente, los constantes encarecimientos en la factura de la luz les afectan y mucho. Si todo sale según lo previsto, la factura se reducirá hasta un 50%, es decir, el gasto pasará a unos 36 millones de euros al año, la mitad, lo que además quiere decir que en un periodo de entre 10 y 15 años la inversión estará totalmente amortizada.

El objetivo temporal para conseguir todo esto es el año 2032. Pasado ese plazo, el 25% de las necesidades energéticas deberán provenir de las energías renovables y también deberán haberse reducido los consumos y dependencia de los sistemas convencionales en un 40%.

Los proyectos presentados tienen un denominador común en el caso concreto de los edificios. Ese denominador pasa por subir la letra de las certificaciones energéticas, así que la reducción del consumo de las energías convencionales se ha marcado en un 30%, al que hay que sumar que en los cuarteles donde sea posible se implantará el autoconsumo, a través de la instalación de estaciones energías renovables, ya sean paneles solares, aerogeneradores o geotermia.

Energia renovable bombilla planta ecologiaConcepto de energía ecológica renovable con bombillas y planta verde en el interior
Energia renovable bombilla planta ecologiaConcepto de energía ecológica renovable con bombillas y planta verde en el interiordreamstimedreamstime

Preocupación por el cambio climático

El paso al verde de las Fuerzas Armadas no se queda únicamente en ahorrar en la factura de la luz, es mucho más, es un cambio de concepto acorde con la realidad global de cambio climático. Por este motivo, las actuaciones previstas también afectarán a ámbitos como la gestión del impacto ambiental que provoquen las operaciones de manera que, por un lado, dañen lo menos posible el entorno y, por otro, se reduzca la huella contaminadora. La fórmula es sencilla, lo primero es reducir el consumo, lo segundo actuar sobre ese entorno para reparar lo que se pueda.

En este sentido, y se han cerrado convenios con Iberdrola o el Ayuntamiento de Zaragoza para hacer reforestaciones con especies autóctonas que actúen contra la huella de carbono. Actuaciones que ya se han realizado con éxito en Cádiz y Valladolid. El tercer paso será descontaminar suelos dañados por las fábricas de armas, los campos de tiro, los de maniobras… Y esto ya tiene fondos y se ha puesto en marcha este mismo año, 60 millones de euros para los próximos 15 o 20 años.

Placas solares en una base militar
Placas solares en una base militarEjército

La modernización de las Fuerzas Armadas no solo pasa por una actualización de conceptos como campo de batalla o modelo de guerra, sino por una adaptación a la realidad que pasa sin duda por la asunción del problema climático y de abastecimiento. Eso no quita que la eficiencia energética ayude más allá del concepto meramente ecológico. La huella logística sin un duda uno de los grandes problemas y la eficiencia energética, además de ayudar al medio ambiente, garantiza un problema menos. La estrategia pasa por gastar menos, impactar menos en el entorno y dejar menos residuos. Las Fuerzas Armadas son cada vez más verdes por interés, pero también por conciencia.