Juanma Moreno Bonilla

Un partido sólido y un líder capaz

30 SEPTIEMBRE 2021María José López / Europa Press30/09/2021
30 SEPTIEMBRE 2021María José López / Europa Press30/09/2021María José LópezEuropa Press

Los españoles estamos saliendo al fin de una etapa dura, la más complicada probablemente desde la posguerra, una época que ha alterado nuestra forma de vida y que amenaza con dejar secuelas durante muchos años en nuestra economía si no aplicamos las reformas necesarias para adaptarnos al mundo nuevo que sale de ella. La pandemia no ha terminado, cuidado. No lo hará hasta que un elevado porcentaje de la población mundial esté vacunada. Pero en España, tras un enorme sacrificio de los españoles y, debo decirlo, gracias sobre todo al esfuerzo de las comunidades autónomas, estamos logrando dejarla atrás y que deje por fin de ser un obstáculo insalvable para nuestro desarrollo.

En este contexto de renacimiento, es preciso detenerse un instante, reflexionar y aportar nuevas ideas, propuestas y una buena dosis de imaginación para afrontar los retos del porvenir. En eso andamos en el Partido Popular, en una convención itinerante que ayer hizo escala en Andalucía y en la que los afiliados demostramos, una vez más, una vocación de servicio a prueba incluso de pandemias mundiales.

Esta convención, posiblemente la más plural de su historia, es un gran escaparate en el que el PP ha decidido mostrarse a los españoles como lo que es, un partido abierto, transversal, inclusivo, un proyecto en el que se pueda ver reflejada una mayoría social de nuestro país, y con un líder, Pablo Casado, serio, capaz y con las ideas claras para llegar a la Moncloa.

Los españoles saben que España necesita un cambio y esta convención ha de servir, precisamente, para demostrar que en el PP hay un partido, y en Pablo Casado un líder, dispuestos a tomar las riendas y enderezar el rumbo de este país cuando así lo quieran los españoles. Así ha ocurrido en otros momentos de nuestra historia reciente, en la que el Partido Popular, como nos ha recordado esta misma semana el presidente Mariano Rajoy, se ha demostrado como la única fuerza política capaz de devolver a España al camino del progreso del que otros nos habían desviado. En momentos de zozobra, los españoles saben que pueden contar con el PP. Y así ocurrirá, no me cabe duda, en la próxima ocasión en que tengan la oportunidad de expresarse en las urnas.

En una sociedad poliédrica como la que habitamos, es preciso que un partido destinado a gobernar de nuevo España en un horizonte próximo amplifique su mensaje para llegar al mayor número posible de ciudadanos. El mensaje del PP, nuestras propuestas y alternativas, tienen que nacer de la participación de muchos y alcanzar a cuantos más, mejor. Pablo Casado ha entendido, con acierto, que el PP debe ser el reflejo de la España de hoy, plural y diversa en sus comportamientos, pero unida en el empeño de construir un país mejor y más próspero para todos. Junto a él, los dirigentes y afiliados del PP volcamos nuestro esfuerzo en ensanchar la base social del partido, y lo hacemos, cada uno desde nuestro cometido, ilusionando, convenciendo y demostrando que tenemos un proyecto solvente y eficaz.

Me he referido a España como una nación plural, diversa y unida. Y añado una idea más: igual para todos los españoles. Vivan donde vivan, voten a quien voten, piensen como piensen. Así queremos los afiliados del PP y la inmensa mayoría de los españoles que siga siendo nuestro país. España somos 47 millones de personas y los 8 millones y medio de españoles que somos andaluces --o los cinco millones de valencianos o el millón y medio de murcianos-- merecemos exactamente el mismo trato, las mismas oportunidades y los mismos servicios que los 7,7 millones de españoles que son catalanes. Porque si un “derecho” no es de todos sino sólo de unos cuantos, deja de ser un derecho y se convierte en un privilegio. El PP, con sus estructuras territoriales, es el partido que defiende la España de los derechos frente a la España de los privilegios hacia la que nos están llevando las hipotecas partidistas del Gobierno de Sánchez y Podemos, y así lo estamos poniendo de manifiesto en esta convención.

España tiene un sistema político que, con sus virtudes y sus defectos, funciona. Un sistema cimentado en la Constitución de 1978 y que sigue en marcha pese a los muchos palos que algunos llevan poniéndole en las ruedas desde hace años. El PP nació con la Constitución y es un reflejo permanente del espíritu de libertad y consenso que alumbró la Transición española. A lo largo de estos años, hemos madurado, hemos evolucionado al paso que marcaban los cambios sociales hasta convertirnos en el proyecto transversal, amplio y permeable con el que nos presentamos hoy ante los españoles. Eso sí, sin alejarnos ni un ápice del principio de unidad que forma parte de nuestra identidad, porque la unidad, estoy convencido, es la única fórmula que garantiza la prosperidad de España.

De esta convención va a salir un PP aún más sólido, un proyecto viable y creíble, listo para ser alternativa al modelo de fórmulas caducas que hoy dirige España, preso de sus deudas políticas con el secesionismo, y va a salir también un líder, Pablo Casado, capacitado para asumir la responsabilidad de la reconstrucción económica y social de nuestro país tras los estragos de la pandemia y de los errores de Sánchez. Los españoles confían en el PP, y este partido nunca ha defraudado a los españoles. Tampoco lo haremos esta vez.