Día de la Hispanidad

Sánchez y Casado no se dan tregua ni el 12-O

La recepción se desarrolló en un ambiente «distendido» y con presencia de Podemos. El aforo fue reducido y hubo un besamanos exprés, tras el que el presidente y el líder de la oposición evitaron coincidir, según los presentes

La reina Letizia (1i); la ministra de Defensa, Margarita Robles (3i) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (1d) tras el desfile militar en el Día de la Hispanidad,
La reina Letizia (1i); la ministra de Defensa, Margarita Robles (3i) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (1d) tras el desfile militar en el Día de la Hispanidad,Eduardo ParraEuropa Press

La celebración del 12 de Octubre no es inmune al contexto que vive el país. No lo es en la forma –todavía se mantienen algunas de las restricciones a las que obliga la pandemia– ni en el fondo, los temas que copan los titulares fueron también los que protagonizaron las conversaciones que mantuvieron autoridades y representantes de la sociedad civil tras la tradicional recepción que los Reyes ofrecen por la Fiesta Nacional en el Palacio Real. Después de que el año pasado se tuviera que suspender con motivo de la pandemia, limitándose la celebración a un austero acto militar en la Plaza de Armas del Palacio Real, en esta ocasión pudieron volver a recibir a los invitados en la Sala del Trono, aunque con algunas salvedades que todavía no permiten volver a la normalidad.

Lo extraordinario de la situación obligó a un besamanos exprés, ni siquiera llegó a los diez minutos, por el reducido número de asistentes, alrededor de 150, y sin el cóctel posterior que da pie a los tradicionales corrillos con los periodistas. En esta ocasión no se ha ofrecido bebida ni comida y la mascarilla era obligatoria para cumplir con la normativa sanitaria vigente. El primero en saludar fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que desfiló ante los monarcas como una exhalación y que no tardó en abandonar el Palacio, porque participaba por videoconferencia en una reunión del G-20 sobre Afganistán.

Al jefe del Ejecutivo le siguieron todos los miembros de su Gabinete con algunas excepciones. A la titular de Industria, Reyes Maroto, que estaba de viaje oficial en Italia se sumaron dos miembros del ala morada: los ministros de Consumo, Alberto Garzón, y de Universidades, Manuel Castells. Garzón sí había asistido previamente al desfile militar, pero evitó trasladarse posteriormente hasta el Palacio Real. A su salida de la recepción, las ministras de Podemos que sí acudieron a la recepción, defendieron que lo han hecho por «respeto institucional» y porque el 12 de Octubre es la «festividad de nuestro país». Incluso Ione Belarra, que había puesto un tuit con el mensaje: «Horizonte republicano» reveló que lo había publicado minutos antes de llegar al Palacio Real.

Ya en privado, donde los invitados pudieron charlar durante unos minutos, los asistentes reconocen que el ambiente fue «distendido», «cordial» y de «muy buen rollo». Sin embargo, ni siquiera en este contexto hubo un acercamiento entre Pedro Sánchez y Pablo Casado. El presidente del Gobierno y el líder de la oposición mantienen cerrada la vía de interlocución, lo que tiene su extensión y un efecto directo en la falta de entendimiento para la renovación de los órganos constitucionales que siguen bloqueados y sin visos de avance alguno.

Tampoco hubo alusiones al rey emérito y su posible regreso a España, si finalmente se despeja su horizonte judicial, según los presentes. Sí estuvieron presentes los Presupuestos o la polémica descentralización de organismos públicos que el Gobierno quiere impulsar. En conversación informal con periodistas, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, aseguró que siempre había confiado en que la negociación de las cuentas públicas se desbloqueara y que llegaran pronto al Congreso, lo harán hoy. El presidente valenciano, Ximo Puig, por su parte defendió que la propuesta de descentralización institucional «no va contra nadie» y que «no se trata de desmontar Madrid».

La otra ausencia reseñable en la recepción fue la de los expresidentes del Gobierno, a quienes se había cursado invitación en esta ocasión en la que las normas por la pandemia obligaron a reducir el número de asistentes. Tras el Gobierno fue el turno de las principales instituciones del Estado y de la mayoría de los presidentes de las comunidades autónomas, así como Ceuta y Melilla. A las tradicionales ausencias del mandatario vasco, Íñigo Urkullu, y del catalán, Pere Aragonés, se sumaron la del gallego, Alberto Núñez Feijóo que se quedó en Galicia para preparar el Debate sobre el Estado de la Autonomía que se celebra hoy, y el castellanomanchego, Emiliano García Page, de viaje en Bruselas.