Inmigración

Un auto pionero abre la puerta al reconocimiento de los apátridas

Un juez inscribe a una bebé que llegó en patera y ningún país reconocía

El buque SAR Mastelero llega esta tarde al puerto de Motril con los 323 personas que rescató de seis pateras cuando navegaban en las cercanías de la isla de Alborán.
El buque SAR Mastelero llega esta tarde al puerto de Motril con los 323 personas que rescató de seis pateras cuando navegaban en las cercanías de la isla de Alborán.Miguel PaquetEFE

Un apátrida es una persona física que no posee ninguna nacionalidad, es decir, no cuenta con la pertenencia de ningún Estado. Según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados, al menos 10 millones de personas en el mundo son apátridas y un tercio de ellas son niños. Al no ser considerados como nacionales por ningún Estado, los apátridas no gozan de derechos básicos como la educación o la salud. Hay muchas circunstancias por las que una persona puede caer en este limbo jurídico: conflictos entre legislaciones de diversos países, que desaparezca el propio estado como consecuencia de una guerra o que nazcas en medio del tránsito migratorio de tu progenitor. Este último caso es el de Marie (nombre ficticio), una pequeña de 19 meses que, gracias al auto pionero de un juez de Montilla, ha dejado de ser invisible.

La pequeña nació en Orán (Argelia) en marzo de 2020, cuando la pandemia sorprendió al mundo. Allí no fue inscrita en el registro y un año después llegó en patera a España y desde entonces, los responsables del centro de acogida humanitaria del programa Ödos, que acoge a mujeres y menores que llegan de forma irregular a España, han trabajado para que la pequeña deje de ser nadie.

«Nos encontramos a una niña que para el Derecho no existe, porque no ha sido inscrita. (…). Casi parece un callejón sin salida: si la niña no llega a ser inscrita en España, no le será reconocida su personalidad jurídica ni, por ende, podrá ser sujeto de derechos, aun de los más elementales, pero ni siquiera podría ser retornada a ningún otro país, porque, al no haber sido registrada, tampoco consta ser nacional de ningún Estado», afirma el juez Francisco José Ortega, del juzgado de 1ª Instancia número 2 de Montilla (Córdoba) en su auto del 15 de octubre.

Los bebés apátridas que nacen en medio de los viajes migratorios no tienen un documento de nacimiento y dependen de la burocracia de países que, a veces, carecen de instituciones sólidas. A ello, hay que añadir que muchos papeles pueden desaparecer cuando los progenitores se embarcan en precarias embarcaciones para llegar Europa. Por lo tanto, estamos frente a un auto pionero que abre la puerta al reconocimiento de menores extranjeros apátridas en el sentido más estricto de la palabra, porque, gracias al fallo, la pequeña ya existe y puede iniciar cualquier trámite legal que necesite, ya que esta inscripción no supone la concesión de nacionalidad.

De hecho, según una nota de la Abogacía Española, la inscripción fuera de plazo en el Registro Civil fue solicitada al juez por la madre de la niña con el apoyo de la Fundación Abogacía – perteneciente al Consejo General de la Abogacía- y el Colegio de Abogados de Córdoba que prestan asistencia jurídica al programa Ödos. Esta inscripción, por lo tanto, permitirá a la madre solicitar ante la embajada de Camerún la nacionalidad, si así lo desea, gracias a la constancia documental de la personalidad jurídica de la niña.

El auto no es baladí. La inscripción de nacimiento en el Registro Civil se hace en los primeros 10 días de vida de los bebés, pero la Ley de Registro Civil no contempla los casos de menores migrantes en tránsito por lo que esta resolución es una llamada a impedir la invisibilidad de estos bebés que nacen en tierra de nadie.