Memoria Histórica

La isla donde Franco sufrió dos atentados le retira todos los honores por la Ley de Memoria

Acusan al Cabildo de Tenerife de «revancha» por un título vitalicio que se habría extinguido en 1975

Franco, en el centro de la primera fila, en el monte de La Esperanza (Tenerife) días antes del 18 de julio
Franco, en el centro de la primera fila, en el monte de La Esperanza (Tenerife) días antes del 18 de julioLa RazónLa Razón

En los días previos al estallido de la Guerra Civil, el general Francisco Franco, que había llegado a Santa Cruz de Tenerife el 13 de marzo de 1936, fue objetivo de al menos dos atentados frustrados que podrían haber cambiado el curso de la Historia. El primero, a cargo de tres miembros de la Federación Anarquista Ibérica que contaban con «información directa de la mujer que le lavaba la ropa interior», contactada a través del sindicato de domésticas, según relata Ramiro Rivas en «... Y Franco salió de Tenerife» (2018). La segunda intentona, el 16 de julio, no pudo evitar que el Dragon Rapide trasladara dos días después al joven general rumbo a la guerra.

Franco, que había pasado 120 días en Tenerife, recibe el título de Hijo Adoptivo de la Isla el 20 de agosto de 1936 por parte del Cabildo Insular, un nombramiento revocado ahora por el mismo órgano de gobierno.

Así, el 27 de noviembre, una moción conjunta del grupo socialista y Sí Podemos Canarias salió adelante para retirar los honores y distinciones a Francisco Franco como hijo adoptivo. Un acuerdo institucional, apoyado por todos los grupos, para «cumplir con la Ley de Memoria Histórica que obliga a eliminar cualquier tipo de exaltación de la dictadura». Sin embargo, la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel considera que se trata de una maniobra política que no tiene otro sentido que la «revancha sectaria», puesto que tal reconocimiento se habría extinguido en 1975 con la muerte de Franco. Como ejemplo, el caso de Almería, donde fue nombrado Alcalde Honorario en 1943, y cuyo galardón desapareció al morir por no tener rango de Título Perpetuo.

La asociación se dirigió al Cabildo para puntualizar que «los títulos y distinciones tienen carácter vitalicio» y «cuando las personas fallecen, el título se extingue con ellas», por lo que considera que la decisión –un «ilógico jurídico»«carece de fundamento alguno». Según argumenta, «no puede retirársele a alguien una cosa que ya no ostenta, lo que constituiría un acto nulo de pleno derecho».

Fuentes de la entidad, que pelea también por la supervivencia del Monumento al Ángel de la Paz en Santa Cruz de Tenerife, lamentan que «solo lo hacen para poner de manifiesto su odio irracional y hacerse la foto». «Queda claro», insisten, «que las motivaciones no obedecen a ningún criterio jurídico, sino al más rancio sectarismo político».

En octubre de 2020, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Tenerife desestimó un recurso interpuesto por la misma asociación contra la decisión del Ayuntamiento de Candelaria de octubre de 2008 de retirar el título de Hijo Adoptivo concedido a Franco el 17 de diciembre de 1936. El recurso fue presentado ante la falta de respuesta del ayuntamiento tinerfeño a la petición para que revisara su decisión. El juez consideró improcedente atenderlo porque mantener la condición de hijo adoptivo de Franco «choca frontalmente con los postulados básicos de la Ley de Memoria Histórica».

Desde Madrid, Juan Chicharro, presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), comparte el rechazo a la última decisión del Cabildo: «El odio unido a la ignorancia hacen estragos en una sociedad en declive». «Y ya que estamos en fechas navideñas añadiría», concluye, «que podían de paso retirar la paga extra de Navidad creada por Franco, en aplicación de esa Ley de Memoria Histórica».