Inmigración ilegal

1.500 subsaharianos y 800 marroquíes se preparan para saltar el vallado de Melilla

A los flujos habituales de los que provienen del centro de África se unen los que buscan “proteción internacional” para no realizar el servicio militar

Palos, garfios y zapatilla claveteadas son utilizadas por los inmigrantes para saltar el vcallado
Palos, garfios y zapatilla claveteadas son utilizadas por los inmigrantes para saltar el vcalladolarazonGUARDIA CIVIL/EFE

Fuerte presión migratoria sobre Melilla. Según informan a LA RAZÓN fuentes de la Ciudad Autónoma, en la actualidad hay unos 1500 subsaharianos en torno al monte Gurugú, a los que hay que sumar unos 800 marroquíes del interior del país que están situados en casas próximas a la frontera para saltar la valla.

Las Fuerzas de Seguridad, en especial la Guardia Civil, están alertadas, pero chocan con el problema de la falta de medios necesarios con los que enfrentarse a la inusitada violencia, con la utilización de garfios, piedras, palos y otros objetos contundentes, que utilizan los inmigrantes para enfrentarse abiertamente con los agentes, con el resultado de algunos de ellos heridos en los últimos saltos.

El objetivo de los marroquíes, según las citadas fuentes, es el de, nada más entrar, dirigirse a la oficina de asilo para pedir protección internacional. De esta manera, pueden quedarse en cualquier parte del territorio español si, antes de 30 días, no le han resuelto la citada petición.

Aunque las relaciones diplomáticas con Rabat no han terminado de normalizarse y la embajadora en Madrid no tiene fecha de regreso a la capital de España, la colaboración para contener las corrientes de inmigración ilegal, tanto por tierra como por mar, es excelente, según las citadas fuentes. En las últimas semanas, han sido numerosas las intervenciones que agentes de seguridad y militares marroquíes han realizado cerca de las fronteras o en el mar (en dirección a Canarias) para interceptar avalanchas o pateras que trataban de llegar a territorio español.

Sin embargo, las mafias de la inmigración siguen alimentando, a cambio de importantes cantidades de dinero, los flujos de personas hacia las fronteras de Ceuta y Melilla o a las costas atlánticas.

Entre los marroquíes que quieren pasar a territorio español hay jóvenes que temen ser llamados a filas y que no desean incorporarse al Ejército. La “mili” obligatoria es una medida adoptada por Rabat con el fin de fomentar la disciplina y el patriotismo, el sentido de nación, que, como se ha podido comprobar en los países en los que se suprimió el servicio militar, se ha perdido con el tiempo.

Por lo que respecta a los subsaharianos, se trata de los flujos que, regularmente, llegan desde distintos países de África y que pretenden llegar a Europa en busca de unas condiciones de vida que, en la mayoría de los casos, les permitan enviar dinero a sus familias para que puedan subsistir en los lugares de origen y, sobre todo, pagar las importantes cantidades que exigen las mafias para organizar los traslados.