Análisis
El censo de Castilla y León: rural y bipartidista
La región no deja de perder población y, sobre todo, votantes jóvenes
En los últimos 20 años el censo electoral español ha crecido de los 33.960.640 electores a 37.134.493. Esto es, el incremento ha sido de 3.173.853 votantes netos. Paralelamente, la Comunidad Autónoma de Castilla y León ha visto reducido en este periodo su censo, desde los 2.186.659 de 2002 a los actuales 2.094.490. La pérdida ha sido de 92.169 electores.
El peso de la comunidad autónoma ha ido cayendo con respecto al total nacional. Si en 2002 el censo de la región representaba el 6,4 por ciento de España, una década después pasó a ser el 6,1 por ciento. La pérdida fue de 0,3 puntos, pero en la última década se ha acelerado, perdiendo 0,5 puntos más y reduciéndose al 5,6 por ciento de toda España. Hecho agravado porque el descenso de censados en la comunidad autónoma es cada vez mayor año tras año, y en cambio el crecimiento del censo español es muy pronunciado. Pasando éste de 34,3 millones en 2002 a 36 millones en 2012. Y alcanzando los 37,2 millones a fecha 1 de enero de 2022.
Junto a esto, la distribución de la población presenta características muy diferenciadas con el conjunto nacional. Por ejemplo, el 40,2 por ciento de la población española se concentra en urbes de más de 100.000 habitantes, mientras que en el caso de Castilla y León es el 30,7%. Con la particularidad de que ninguna de sus ciudades alcanza los 500.000 habitantes. En el conjunto del territorio nacional el 16,3 por ciento reside en ciudades de más de 500.000 habitantes.
Otro elemento diferenciador, y que nos hace tener una idea de la gran brecha con el urbanismo entre Castilla y León y el conjunto de España, es que en ésta el 12,1 por ciento de la población reside en municipios de menos de 5.000 habitantes, mientras que Castilla y León casi triplica este porcentaje, llegando a concentrar al 34,4 por ciento de su población en municipios de menos de 5.000 habitantes.
También existe una gran distancia en la proporción de personas que habitan en municipios de 5.000 a 50.000 habitantes. Si en el global nacional es el 35,1 por ciento, en la región es el 21,9 por ciento.
En cuanto a la pirámide poblacional, observamos que la población más joven, la que cuenta con entre 18 y 44 años, representa en el total español el 39,3 por ciento del censo, mientras que en Castilla y León cae al 32,7 por ciento. Además, los mayores de 44 años, en la región de la Meseta Norte, representan el 67,3 por ciento de su población y en el total de España es del 60,7.
Por tanto, nos encontramos con una población rural que representa más de un tercio de la población de la región y que, a su vez, está mucho más envejecida que la del conjunto nacional.
El despoblamiento y envejecimiento de la población castellanoleonesa es un hecho inquietante y ante el cual las administraciones públicas son incapaces de actuar para revertirlo.
Este perfil menos urbano que la media nacional tiene su reflejo en el comportamiento electoral de los residentes en la región. En las últimas elecciones generales, los partidos de ámbito nacional de la izquierda obtuvieron el 42,2 por ciento del voto y los partidos de la derecha, el 42,7 por ciento. Una situación de equilibrio. Pero en esas mismas elecciones generales los castellanoleoneses entregaron el 40,6 por ciento de sus votos a las izquierdas y el 56 por ciento a las derechas.
Un mes más tarde, en las elecciones autonómicas de Castilla y León, las izquierdas sumaron el 42,1 por ciento del voto, mientras que las derechas recibieron el 52 por ciento. Así, la proporción media es de 4 a 5 a favor de las derechas en la región, tanto en elecciones generales como autonómicas. De ahí el tradicional dominio de las derechas en la región. El peso del bipartidismo, aunque menor que antes de la crisis de 2008, sigue manifestándose con mayor grado en la región que a nivel nacional. En la encuesta electoral nacional de NC Report para LA RAZÓN del mes de enero, la suma de PSOE y PP a nivel nacional era del 52,6 por ciento y en el sondeo autonómico publicado el 7 de febrero, la suma del bipartidismo en Castilla y León alcanzaba el 62,7 por ciento.
Analizando el voto por edad, entre los mayores de 44 años, se observa que, a nivel nacional, el 60,2 por ciento de los españoles concentra su voto a candidatura en el PSOE y el PP, lo que queda muy lejos del porcentaje que ambos partidos obtienen entre los votantes de 18 a 44 años. Pero en Castilla y León es aún mayor el porcentaje de concentración del voto de los mayores de 44 años en el bipartidismo, que alcanza el 70,4 por ciento del voto válido, mientras que el resto de partidos se reparten el 28,6 por ciento restante.
Por lo tanto existe una correlación directa entre mundo rural y envejecimiento de la población y el voto al bipartidismo. En el caso de Castilla y León, el PP es el partido dominante entre los mayores de 44 años, que será determinante en el resultado final del 13-F.
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