Entrevista

Isabel Rodríguez: «El pacto con Marruecos implica respeto y ausencia de acciones unilaterales»

La portavoz del Gobierno cree que el alza de los precios de la energía no se solucionará solo desde la fiscalidad y avanza que la Iglesia participará en la comisión de investigación sobre los abusos

Llegó desde el municipalismo para dar un impulso renovador al Gobierno en la remodelación de julio y, desde entonces, Isabel Rodríguez García (Abenójar, 1981) ha tenido que poner voz a anuncios «que justifican toda una legislatura», como la subida de la pensiones, pero también a acontecimientos que la han puesto patas arriba. Las últimas, la «guerra de Putin» o el giro sobre el Sáhara, dos cuestiones de política exterior que macarán el futuro de Europa y de España.

El Gobierno apoya por primera vez que el Sáhara sea una provincia autónoma de Marruecos.

Lo primero que hay que hacer es valorar como una excelente noticia la apertura de una nueva etapa en las relaciones entre España y Marruecos. Somos vecinos y nos unen lazos históricos, por lo que abrir este nuevo escenario garantiza la necesaria estabilidad. Hemos alcanzado compromisos mutuos y su cumplimiento: entre ellos, la ausencia de acciones unilaterales y mantener una comunicación fluida y franca para seguir reforzando la gestión de los flujos migratorios. La clave será la cooperación. Este nuevo escenario va a darnos certidumbre, tanto a nivel político como por sus efectos positivos en los intercambios comerciales entre España y Marruecos. Hemos reafirmado el marco fundamental de Naciones Unidas para resolver la cuestión del Sáhara. España puede expresar, como ha hecho, que considera la autonomía como la base más seria y más realista. Pero son las partes las que tienen que llegar a una solución mutuamente aceptable dentro de este marco, en línea con la resoluciones del Consejo de Seguridad.

¿Por qué ahora?

En diplomacia, para alcanzar un acuerdo siempre es buen momento. Un acuerdo entre dos países que se erige justamente en ejemplo, en estos momentos de crisis bélica y de la invasión atroz de Putin sobre el pueblo ucraniano. Como le indicaba antes, el acuerdo implica respeto mutuo y ausencia de acciones unilaterales.

¿Están en riesgo las relaciones con Argelia?

El ministro Albares mantiene una interlocución fluida con Argelia, que es para España un socio estratégico, fiable y amigo. Mantenemos una relación sólida y esto es fundamental en momentos de inestabilidad por la guerra de Putin, ya que esta relación fuerte pone en valor nuestra alianza en torno al gaseoducto.

Esto abre otro frente con sus socios de Podemos...

Somos un gobierno de dos partidos políticos muy diferentes. Como partidos tenemos nuestras posiciones, pero como Gobierno actuamos con una sola voz y la política exterior la lidera el presidente del Gobierno. En aras de la transparencia, vamos a dar explicaciones a todos los grupos políticos y el ministro Albares comparecerá en el Congreso.

También está la guerra, que ha dinamitado todas las previsiones económicas.

Es una situación que va a tener repercusiones económicas y, desde el primer momento, el presidente del gobierno así lo planteó, pero también estamos convencidos de que hemos optado por el camino correcto. Vamos a trabajar para que, a pesar de las dificultades, las consecuencias de la guerra de Putin no las padezcan los más vulnerables y consigamos amortiguarlas para que la recuperación económica sea justa.

Llaman a la ciudadanía a hacer sacrificios. ¿A qué se refieren? ¿A bajar unos grados la calefacción?

Hemos lanzado un mensaje de realismo y de serenidad. Es muy importante decir la verdad a nuestros conciudadanos: la situación es difícil en un contexto global, pero también nos estamos poniendo en la primera línea de acción, trabajando para evitar las consecuencias. Es un mensaje de corresponsabilidad. Igual que le pedimos un esfuerzo a la ciudadanía cuando impusimos medidas durante la pandemia que coartaban nuestra libertad o nuestra movilidad, ahora se trata de hacer un esfuerzo en el consumo energético.

¿Y qué sacrificios está dispuesto a hacer el Gobierno? ¿Reducir el gasto público?

El Gobierno va a trabajar para amortiguar las consecuencias de la guerra. Eso tiene que ver con una reorientación de la política económica, que es justo en lo que estamos trabajando ahora. La oferta que ha hecho el presidente no es solo un plan del Gobierno es un pacto de país para dar respuesta a la situación económica como consecuencia de la guerra.

Sánchez lidera la propuesta de desacoplar el precio del gas del de la electricidad. ¿Confían en conseguirlo?

Tenemos mucha confianza. Los estados miembros no podemos adoptar este tipo de decisiones en solitario. Si el precio de la energía se enmarca en el mercado global, es ahí donde debemos actuar. Algunos la única propuesta que exponen es una bajada de impuestos de la energía, pero podemos dejar a cero los impuestos que, si sigue subiendo el precio de la energía, no habremos logrado ningún ahorro para familias ni empresas. Donde hay que ahondar es en el precio de la energía que es el planteamiento del Gobierno y en el Consejo de Ministros del 29 de marzo vamos a poder bajar los precios de los combustibles y la energía.

Pero hay ciudadanos que no pueden esperar a final de mes...

Sin duda. El Gobierno es consciente de las dificultades que esta situación conlleva para muchas familias y empresas y, por eso ya hemos tomado decisiones. Hay un millón de hogares que se pueden acoger al bono social para el pago de la factura energética, hemos bajado impuestos, consiguiendo amortiguar durante estos meses la factura eléctrica de muchos hogares. Si mantuviéramos estas políticas hasta final de año, estaríamos hablando de un gasto público de en torno a 12.000 millones de euros que el Estado ha puesto al servicio de las familias y la industria.

¿A qué impuestos se aplicará y de cuánto será la rebaja?

En ese Consejo de Ministros lo que queremos es lograr bajar el coste el precio de la energía de los carburantes y de aquellos sectores más afectados por la guerra de Putin . Para lograrlo no solo está la vía impositiva, sino sobre todo el cambio en la política energética europea. Los gobiernos no podemos actuar a golpe de impulso. Es importante que las medidas sean eficaces y vengan a dar respuesta una bajada del precio de la energía. Solo abordando la fiscalidad no estaríamos atajando el problema.

Le pregunto por las fórmulas concretas: ¿Subvenciones estatales, topar los precios...?

Estamos trabajando todas las fórmulas. El presidente expresó que podíamos valorar, como ya estamos haciendo, alguna bajada fiscal con aquellos sectores donde están las consecuencias más dramáticas de la guerra. No solo eso, también topar los precios del gas, desacoplar el precio del gas del de la energía en los mercados mayoristas, acelerar las energías renovables, el valorar las nuevas conexiones de gas para ganar soberanía en el contexto europeo aprovechando la posición estratégica de nuestro país y las infraestructuras que ya tenemos. Cambios estructurales que hagan ganar a Europa soberanía energética, para no depender de Putin ni del mercado mayorista en otras circunstancias.

Si no hay medidas europeas, ¿el Gobierno actuará en solitario?

Así es, pero queremos lograr ese acuerdo. La defensa de nuestra soberanía energética debe hacerse también con la fuerza de la Unión.

¿Se forran con los impuestos de la luz y los hidrocarburos?

Es muy desafortunada esa expresión. Cuando el señor Feijóo hace ese tipo de declaraciones, en la euforia de una campaña interna que supongo que no será fácil para él, está haciendo daño a la calidad democrática de nuestro país. Con los impuestos no se forra nadie, se mantiene el Estado del Bienestar y quien utiliza los impuestos de esta forma lo está haciendo de manera demagógica y, tal vez, esa piedra le vuelva en forma de bumerán.

¿Qué espera del nuevo PP?

Espero que se note el cambio y que, dadas las circunstancias, el PP esté a la altura del momento y del desafío que vivimos y lo que significa este ataque para la democracia española y el proyecto europeo. No son momentos de siglas ni del PP ni de ningún partido. Si tuviera que elegir unas siglas hoy me remitiría a las seis letras que conforman el nombre de España. Hoy todos los partidos políticos, todas las siglas tienen que estar al servicio de España.

¿Es fundamental el apoyo del PP al Plan Nacional de respuesta a la guerra?

Es muy importante que el PP esté. Ya fallaron a España no estando al lado del Gobierno en la dificultad de la gestión de la pandemia y espero que, en esta ocasión, estén a la altura de nuestro país y también del proyecto europeo. El patriotismo se demuestra ejerciendo liderazgo también cuando estás en la oposición. Hoy se reclama un patriotismo que sobrepasa nuestras fronteras, un patriotismo europeo, que defendamos lo que supone el proyecto común de la UE.

¿Cómo se va a concretar el aumento de gasto en Defensa?

Cada una de las crisis que estamos viviendo nos dejan una enseñanza. En el proyecto de la Unión siempre estuvo pendiente esa tarea, la de avanzar en la defensa común y debemos seguir avanzando. El presidente del Gobierno lidera que España cumpla sus compromisos con los aliados, con la OTAN, y vayamos a ese horizonte del 2%. Hoy se hace más necesario que nunca.

El horizonte del 2% en Defensa está en 2024, ¿se va a cumplir?

Vamos a trabajar los horizontes para incrementar nuestra política de Defensa ante un desafío importante. El presidente del Gobierno lo que ha planteado es que se estudie, desde el punto de vista presupuestario, cómo –en un horizonte de distintos años– vamos recuperando para llegar a ese compromiso. En un tiempo razonable.

¿Está siendo Podemos insolidario con el gasto en Defensa?

El presidente lidera la posición de nuestro país en la política exterior y de Defensa. Entiendo que desde un punto de vista más ideológico cueste asumir algunos planteamientos, pero asumir responsabilidades de gobierno implica que tengas que gestionar una situación de una guerra, que afecta a las fronteras europeas y a la que hay que dar respuesta. A todos nos gustaría vivir en la utopía, pero hay que gestionar la realidad.

Algunos socios ven cerca un adelanto electoral...

Al contrario. El presidente lo ha expresado con absoluta claridad. En situaciones como estas se precisa de estabilidad. El Gobierno le va a dar estabilidad a España, lo estamos haciendo. Es bueno siempre y mucho más en situaciones de incertidumbre y cuando hay que consolidar una recuperación económica. Estamos focalizados en la gestión de la política económica de nuestro país, al tiempo que buscamos la respuesta internacional.

La relación con la Generalitat está normalizada. ¿Cuándo convocarán la «mesa de diálogo»?

No hemos dejado de trabajar. Los distintos foros se han mantenido en ese ámbito de recuperación de la normalidad con la Generalitat y la reunión está pendiente de culminar lo que pueden ser acuerdos, ahondando en los trabajos técnicos para que efectivamente podamos reunirnos lo antes posible.

¿Participará la Iglesia en la comisión de investigación de abusos liderada por el Defensor del Pueblo?

Entiendo que sí, lo van a hacer y van a complementarlo con algunos de los trabajamos que ellos mismos están haciendo. Es importante, porque quien mejor puede salir de esta circunstancia es la propia Iglesia católica. Una vez sea analizado qué es lo que ha pasado y podamos resarcir en el dolor a las víctimas, la Iglesia es la primera interesada en poder acompañar en el dolor a las víctimas y sentar las bases para que no vuelva a ocurrir.

Tenemos un horizonte de protestas: huelga de transportistas, movilización del campo... ¿está perdiendo el Gobierno el pulso de la calle?

Todo lo contrario. Es un gobierno atento y conectado con la sociedad española, por eso hemos estado dando respuestas durante todo este tiempo de dificultad. Es comprensible que ante lo que está sucediendo haya preocupación. Lo que es inaceptable es que haya quien quiera utilizar esa lógica preocupación de algunos sectores para propiciar alteraciones sociales e incluso para cometer actos violentos, que generan problemas en la cadena alimentaria y sectores básicos. Hay que hacer una llamada a la calma y el Gobierno garantiza el trabajo a quien quiere trabajar. De eso se ocupan más de 20.000 agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

¿Y el campo?

Este es un gobierno que ha trabajado mucho y ha resuelto algunos de los temas pendientes en el ámbito de la política agrícola en nuestro país. Hemos dado respuesta con una ley de cadena alimentaria, la Política Agraria Común o un plan estratégico para la industria agroalimentaria que va a propiciar nuevos empleos y mantener industrias modernizándolas y haciéndolas más eficaces y más rentables.

¿Por qué no llega toda esa acción ejecutiva? ¿Hay partidos que están auspiciando las movilizaciones para desestabilizar el país o al Gobierno?

Es normal que exista preocupación en un sector que está sufriendo transformaciones y esas transformaciones generan inseguridad. Lo que no es normal es que haya fuerzas políticas que quieran utilizar esa preocupación para enarbolar banderas contra el Gobierno en este caso. Eso está sucediendo y tiene sus riesgos, porque la situación que vivimos no es fácil y la responsabilidad de los políticos es trabajar para solucionar problemas, no para crearlos.

¿Les incomoda la vuelta a España de Don Juan Carlos?

No, en absoluto. El Gobierno lo único que ha sostenido, porque se corresponde con el sentir general, es que sería bueno para él mismo que diera las explicaciones que el pueblo español está esperando.

¿Cómo debería dar esas explicaciones?

A ningún español le ha gustado leer lo que ha ocurrido. A pesar de que, afortunadamente, no se trata de ninguna consecuencia con repercusión legal, no se corresponde con lo que se esperaba del rey Juan Carlos y, por eso, sería importante para la reconciliación con el pueblo español que diera alguna explicación. Es muy importante también para sí mismo, para su persona. Respetamos absolutamente sus decisiones, como respetamos a la actual Casa Real, con quien mantenemos una extraordinaria relación y queremos poner en valor que han hecho un ejercicio muy importante para la ejemplaridad y la transparencia.

Se anunció una hoja de ruta en ese sentido. ¿Avanza?

Eso tiene que ver con otra institución y, por el respeto y la lealtad institucional que nos debemos, cuando haya algún avance, lo comunicaremos. En este momento no se ha avanzado.

Quedan dos años para acabar la legislatura. ¿Renuncian a abrir el melón del modelo de financiación autonómica?

No es una cuestión sencilla, hay posiciones territoriales muy enfrentadas y sería muy importante acotar esos espacios para buscar puntos de acuerdo. Seguramente tenga que hacerse también desde un prisma de posición de los grandes partidos para poder avanzar. Estamos, en este momento, en una posición que no ayuda a abordar esa reforma, si no se acercan posiciones. Hay grandes frentes y es necesario aunar posiciones.