El Parlamento Europeo votará el 20 de abril el informe definitivo sobre las recomendaciones de la misión que vino a España en busca del por qué más de 300 crímenes de ETA siguen sin resolver.
- El PSOE ha cuestionado el borrador de la misión del Parlamento Europeo que, en el primer punto insta a considerar los asesinatos de ETA como crímenes de Lesa Humanidad. ¿A qué cree que obedece?
No sé hasta qué punto los socialistas están dispuestos a enmendar realmente el texto de la misión del Parlamento Europeo. Por lo que sé la representante socialista no se expresó bien, y ha llevado a error, al hablar de las palabras textuales del presidente de la Audiencia Provincial de Madrid, Juan Pablo González-Herrero González, cuando se pronunció sobre los asesinatos de ETA como crímenes de lesa humanidad.
- ¿Qué supondría que estas reconvenciones fueran tomadas en cuenta en su totalidad por España?
El espíritu del informe es el de no resignarse ante cada posibilidad de achicar la impunidad judicial, de explorar cada posibilidad de enjuiciar a los responsables de ETA y por supuesto de hacer frente a la lacra de la impunidad social, del mundo de la legitimación del terrorismo.
- ¿Cómo es interpretado en Bruselas las valoraciones del PSOE -del partido del Gobierno–?
Todavía no conocemos las enmiendas de los diferentes grupos. El plazo terminó el día 24 y será entonces cuando el documento con las enmiendas se haga circular. Tengo la esperanza de que no se intente diluir el compromiso firme por afrontar, más allá de las buenas palabras, la impunidad de cientos de asesinatos.
- ¿Les han trasladado alguna valoración los miembros de la misión?
Para todos fue una experiencia profunda en lo personal, de apelación política y de compromiso, creo, con lo que vimos y escuchamos. Es una visita muy importante porque era la primera vez que se ponía la impunidad que sufren las víctimas del terrorismo en el centro de la mirada, sin equidistancias.
- Que se prohíban los homenajes a etarras no era el fin exacto de la misión, pero sí un extra que pidieron las víctimas y así lo recoge el borrador. ¿Molesta la petición de las víctimas?
La impunidad social, la legitimación del entorno acentúa lo terrible de la impunidad acumulada en lo judicial. Que no se legitime a los terroristas por haberlo sido, lo entiende cualquiera. De hecho, fue una de las recomendaciones de la comisión especial sobre terrorismo de 2018. Nadie entendería que un terrorista yihadista tuviera homenajes al salir de prisión.
- ¿De alguna manera cree que el partido en el Gobierno ha sentido cuestionado sus políticas con este borrador?
El texto habla de décadas de historia de nuestro país. Parte del respeto a las Fuerzas de Seguridad, entre otros servidores públicos que se jugaron la vida por defender el estado de derecho democrático. Es ambicioso y destaca algunos de los puntos débiles históricos de nuestro país ante una estrategia terrible y difícil de afrontar. Pide claramente que no nos resignemos a la impunidad porque todas las víctimas tienen derecho a que se haga justicia y apunta a los responsables de ETA de distintas maneras. El entorno político de ETA hace lo posible por evitar el máximo de justicia, pero el partido en el gobierno puede marcar un límite político y simbólico a ese mundo en el informe.
- La misión se fue impresionada al saber que los etarras recibían «beneficios» sin colaborar con la Justicia. ¿Les han vuelto a comentar algo al respecto? ¿Se entiende allí?
Quedaron estupefactos ante el hecho de que nunca, ninguno, haya ayudado a esclarecer ningún caso. Lo señalan, claro, porque podemos ser más eficaces en incentivar la colaboración con la justicia.
- Siempre ha dicho que «ETA no ha tenido su Nuremberg». Está pendiente el primer juicio a los dirigentes de la banda terrorista por lesa humanidad –paralizado desde 2015–. ¿Por qué cree que aún no se ha producido?
Para el entorno político de ETA es estratégico que no se celebre, porque mostraría que los asesinatos fueron la punta del iceberg de una estrategia de subordinación ideológica de la población. El haz lo que digo o calla, o muere, llevó al éxodo de una cantidad de personas que no se ha cuantificado todavía. Llevó a la eliminación primero de la UCD, a la alteración de las listas electorales por el miedo, a la estrategia de eliminación después de los líderes constitucionalistas de la existencia estable de miles de chivatos de ETA y de decenas de miles de agentes activos, siguiendo las consignas para intimidar y crear un ambiente tóxico que impregnaba todo... Debe juzgarse a los cabecillas de la maquinaria del terror, visibilizarse y juzgarse. Lo necesitan ellos y lo necesitamos todos para dejar atrás las mentiras cada vez más retorcidas que siguen utilizando, porque los líderes políticos también quieren evitar asumir cabalmente su responsabilidad y tras el juicio de lesa humanidad estarían obligados a dar la cara, sin pretextos.
- ¿Ve necesario que las víctimas sigan alzando la voz?
Parte de la impunidad que estaba en los planes de ETA que intervinieron a Mikel Antza en 2004 se han retrasado por el trabajo de grupos de víctimas y de ciudadanos y medios de comunicación que no se han resignado. Sigue siendo necesario.
- ¿Son molestas en esta etapa?
Sólo son molestas para quienes quieren cerrar en falso esta etapa de posterrorismo, con una amnesia interesada. Hay heridas sin cerrar y los estrategas cínicos del mundo de ETA las abren con su voluntad de influir y engañar. Hay que abordar las heridas, curarlas, cerrar el duelo y encarar el futuro para nuestros hijos y nietos en una democracia más sólida, de calidad ética y política.