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Contracultura

ETA, crímenes de Lesa Humanidad: ¿sí o no?

Las objeciones presentadas por los representantes del PSOE en el Parlamento Europeo ante el borrador sobre los casos no resueltos de ETA incluye que se aplique este delito desde 2004, «pero debería ser desde 1979, eso explica que importa más el poder que los muertos», aseguran desde Dignidad y Justicia

Un cristal en el casco viejo de Pamplona, tras unos incidentes producidos en 2017, durante una manifestación que reclamaba la amnistía para los presos de ETA
Un cristal en el casco viejo de Pamplona, tras unos incidentes producidos en 2017, durante una manifestación que reclamaba la amnistía para los presos de ETAlarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

El pasado 14 de marzo se analizaba y debatía en el Parlamento Europeo el documento elaborado por la delegación europea que visitó España en noviembre de 2021, a requerimiento de la asociación Diginidad y Justicia, para conocer los casos no resueltos del terrorismo de ETA. En el borrador se contempla la posibilidad de que los crímenes cometidos por esta organización terrorista desde 1979 adquieran la consideración de delitos de lesa humanidad, lo que implicaría que serían crímenes imprescriptibles y no amnistiables. «Incluso con anterioridad a 2004», remarca, que es cuando se introduce en nuestro ordenamiento jurídico los crímenes de Lesa Humanidad. Por parte de los representantes del PSOE se han presentado varias objeciones al borrador, entre ellas, precisamente, a lo referente al delito de lesa humanidad. ¿A qué se opone en realidad el PSOE? ¿No considera que los crímenes del terrorismo etarra en nuestro país sean de lesa humanidad? Parecen acogerse a términos técnico-legales para explicar la negativa.

«La queja en el comité de peticiones la interpuso Dignidad y Justicia en 2016 y se tuvieron tres comparecencias en total con Europa. Desde el primer momento se planteó la manera de resolver los 379 casos que siguen aún hoy sin resolver, y por eso iniciamos la vía de la Lesa Humanidad, que solo se aplica en España desde que se incorpora al ordenamiento jurídico, a partir de 2004. Pero nosotros queremos, y es lo que hemos pedido a Europa, que se reconozca también para los casos anteriores», explica Daniel Portero, presidente de la asociación Dignidad y Justicia, hijo de Luis Portero García, (fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, asesinado por ETA en el año 2000), que prosigue: «El PSOE no está en contra de la Lesa Humanidad para los crímenes terroristas, lo que dice es que se aplique desde el año 2004 en adelante. Esto a nosotros nos molesta porque creemos que la aplicación debería ser desde 1979. El posicionamiento del Partido Socialista es, evidentemente, de cobardía absoluta porque tiene unos socios que son los herederos de ETA y ha traicionado a sus propias víctimas, a las que mataron de su propio partido, para no perder su apoyo. Es así de sencillo», afirma Portero. «Les importa el poder, los muertos les dan igual».

La eurodiputada Maite Pagaza, que se emocionaba esta semana, tras conocerse la postura del Partido Socialista, al recordar a los que «no pudieron soportar la legitimación constante de los asesinos y la impunidad de los casos de sus seres queridos», cree que es a los socialistas a los que corresponde aclarar su posición y si están dispuestos a enmendar realmente el texto de la misión del Parlamento Europeo. Y añade: «Hasta donde yo sé, la representante socialista se equivocó al citar las palabras del Presidente de la Audiencia Provincial de Madrid, Juan Pablo González-Herrero González en su pronunciamiento sobre los asesinatos de ETA como crímenes de Lesa Humanidad. Esa cita no fue textual, lo que ha llevado a error».

Carmen Ladrón de Guevara, abogada de la AVT, señala que, de responder las reticencias del PSOE a asuntos técnicos y no de otra naturaleza, serían estas correctas y razonables, pues «tal y como está recogido en el informe, hay una incorrección técnica que lo convierte en fallido desde el punto de vista técnico-jurídico. Lo que pide a este respecto, desde lo técnico, no se puede aceptar. Se pide que, con carácter retroactivo, los delitos de terrorismo sean considerados de Lesa Humanidad. Y los asuntos penales no pueden tener carácter retroactivo. El delito de Lesa Humanidad se incorpora a nuestro código penal en 2003, pero la Constitución Española prevé la irretroactividad de las leyes penales no favorables al reo».

Viñeta
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Jose Antonio Pérez Pérez, profesor en la Universidad de País Vasco e investigador del Instituto de Historia Social Valentín de Foronda, es el coordinador de «Historia y memoria del terrorismo en el País Vasco», imprescindible trilogía sobre este oscuro periodo de nuestra historia como país y cuyo segundo volumen, el que abarca lo ocurrido desde el año 1982 a 1994, acaba de ser publicado. Él considera que la argumentación para «aceptar que este terrorismo fuese un tipo de persecución tan sistemática como para que encaje en la definición de delito contra la humanidad» no parece fácil. «Pero», matiza, «podría ser un recurso legítimo, y hay que agotarlos hasta las últimas consecuencias, para que los delitos sean imprescriptibles y no amnistiables. Podría ser una de las pocas opciones para conseguirlo».

«No fue terrorismo al uso»

«La utilidad del reconocimiento de delito de Lesa Humanidad en Europa», aclara Portero, «es que impulsaría las causas judiciales en España y, más importante, evitaría la prescripción del delito de los asesinatos. El delito de Lesa Humanidad es totalmente compatible con el de Terrorismo, aún siendo crímenes distintos, y los terroristas de ETA cumplen todos los requisitos de la comisión del delito de Lesa Humanidad: una estructura jerárquica, unos autores fungibles y un ataque sistemático a la población». A este respecto, apunta Pagaza: «El terrorismo de ETA implicó un grado de presión social planificado y de persecución a grupos humanos determinados y éxodo. Una organización muy sistematizada y decenas de miles de colaboradores. No fue un terrorismo al uso».

«No tengo muy claro que los delitos de Terrorismo sean de Lesa Humanidad», explica Ladrón de Guevara, «lo que no los convierte en menos deleznables. El interés de la propuesta es que en el ámbito de la Corte Internacional los delitos de Lesa Humanidad no prescriben. Pero es que se mezclarían aquí dos planos, el del ámbito internacional con el del ámbito interno, con nuestro ordenamiento jurídico como país. Eso significa que aunque se consiguiese en un momento dado una sentencia de un tribunal que condena a, por ejemplo, Mikel Antza, por un delito de lesa humanidad, eso no llevaría automáticamente aparejada en nuestro ámbito interno la imprescriptibilidad, porque las penas de un delito de Lesa Humanidad en nuestro código penal son unas muy determinadas, y son las que son. A mí lo que me interesaría, más que conseguir esa categoría o que se juzguen en la Corte Penal Internacional, es que se juzguen aquí, juzgarlos yo. Y aquí hay unas normas que hay que cumplir y la fundamental es que no se pueden aplicar las leyes con efectos retroactivos. De ninguna de las maneras. Desde el año 2013, por ejemplo, tenemos recogido en nuestro código penal que los delitos de terrorismo con resultado de muerte no prescriben pero, insisto, no lo podemos aplicar retroactivamente».

Tampoco lo tiene tan claro el profesor José Antonio Pérez: «Cualquier cosa comparada con un genocidio, que es un acto tan terrible, parece que es rebajar la gravedad de este en lugar de elevar la de esos otros actos horribles y deleznables. Yo veo una diferencia y es que el fenómeno terrorista se trataba de matar a uno para amedrentar a cien o a mil. Y un genocidio es matar a cuanta más gente mejor. En el acto terrorista hay también un componente de carácter simbólico y que se sirve de los medios para amplificar su propia respuesta y el propio eco. Es bastante diferente en ese sentido. ¿Afecta a toda la sociedad? Sí, desde el punto de vista ético, porque envilece a quien lo practica y al resto de la sociedad, pero en realidad la gente podía hacer su vida con normalidad si no eras un objetivo o una víctima colateral. Un genocidio es algo tan potente que hay que tener cuidado, porque podemos acabar banalizándolo».