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Feijóo reducirá la estructura de Génova

Fátima Báñez se cae de las quinielas y os puestos claves, Secretaría General y Economía, los confiará a dirigentes en activo del actual PP

«Renuncio al honor de presidir el PP de Galicia»
«Renuncio al honor de presidir el PP de Galicia»PPDEGPPDEG

Alberto Núñez Feijóo avanza con su círculo de confianza en la definición del equipo que le acompañará en la Presidencia Nacional del partido. En las quinielas entran y salen nombres, con la convicción mayoritaria dentro del PP de que la lista buena no se conocerá hasta el mismo congreso de este próximo fin de semana.

Ahora bien, en ese entorno del presidente gallego sí empiezan ya a hacer descartes, una vez que toma forma el nuevo organigrama de la dirección y los perfiles con los que Feijóo quiere completarlo. Así, por ejemplo, se cae de estas quinielas el nombre de la ex ministra de Trabajo Fátima Báñez, que está al frente, en la actualidad, de la Fundación CEOE. Dicen que ella había ido trasladando informalmente estos días, al ver que sonaba su nombre, que sólo se plantearía regresar a la política en activo si lo hacía por la puerta grande. Y en un partido en la oposición, el único cargo que se ajusta a esta descripción es la Secretaría General.

Sin embargo, en el PP anticipan, a dos días de que comience el Congreso extraordinario en el que el político gallego presentará su lista, que los puestos claves del organigrama estarán en manos de dirigentes ya en activo en el partido, de la total confianza de Feijóo.

No se esperan experimentos con «fichajes» externos, que no han funcionado bien en el pasado, y «el más reciente», apuntan, es el de la ex portavoz Cayetana Álvarez de Toledo. De tal manera que el marco en el que se colocarán las posibles incorporaciones ajenas a la estructura será el consejo asesor económico, que «ya se verá cómo se concreta una vez que Feijóo asuma la dirección nacional del PP». Al respecto, está abierto el debate sobre si debe haber fotos de las reuniones de ese órgano asesor o no. Feijóo está más en la segunda opción, pero esta discreción restaría relevancia mediática al nuevo foro.

En todo caso, tanto la Secretaría General como la responsabilidad económica la asumirán cargos actuales del PP. En el nuevo organigrama habrá también un recorte de estructura, especialmente en el ámbito de las Secretarías de Área, que en la etapa de Pablo Casado llegaron a multiplicarse hasta más allá de la veintena. Cuando la tradición del PP ha sido que siempre estén entre las seis y las ocho. El perfil de los nombres que se barajan para la Secretaría General llevan a que sobre la mesa esté la posibilidad de nombrar a un coordinador general. Dependerá, finalmente, de cuál de los nombres se impone. La figura del coordinador general ya la utilizó Mariano Rajoy en el Gobierno cuando en la Secretaría General estaba María Dolores de Cospedal, a la vez ministra, y enfrentada en un duro pulso con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Para salir del lío, Rajoy optó por confiar las tareas más de partido a Fernando Martínez Maíllo. Un «pata negra», de absoluta confianza interna, y buen conocedor de la organización popular.

En la nueva dirección del partido se dejarán notar las cuotas territoriales, pero en el entorno del presidente gallego niegan que se esté haciendo un equipo atendiendo al principio de rescatar cargos de Mariano Rajoy, y mucho menos de aquello que se identificó con el «sorayismo». El único criterio claro es que el nuevo jefe de la oposición quiere marcar con claridad que empieza otro tiempo en cuanto a la administración del partido, con un mayor respeto a la gestión territorial, y en cuanto a las «caras» que representarán al PP. «La juventud deja de ser un valor en sí mismo, y ahora cuenta más la experiencia y el perfil técnico, y con gestión acreditada».

Los años de gobierno y de gestión política con los que Feijóo desembarca en Madrid fulminan uno de los debates, el de quién manda sobre el mando, en los que el PP ha estado instalado prácticamente desde que José María Aznar cedió el testigo a Mariano Rajoy. Especular sobre las injerencias de los expresidentes del Gobierno deja de tener sentido internamente porque el PP sabe que Feijóo tiene «un criterio propio», que no está sometido ni a su buena relación con Rajoy ni tampoco a la menores coincidencias que mantiene con Aznar. Ante la gravedad de la situación económica, Feijóo acudirá a su primera entrevista con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de la Moncloa con un planteamiento de fondo sobre los problemas del país, las posibles soluciones y las medidas estructurales que es necesario acometer. No irá de manos vacías ni entiende tampoco esta entrevista «como un trámite» para que luego cada parte comparezca ante los medios de comunicación y ofrezca la versión que más le interese para su parroquia, anticipan fuentes populares.

Con la inflación rozando ya los dos dígitos, el sentido común plantea que no hay otra salida viable que la de unir de verdad fuerzas y optar por una política de Estado porque «si no hay altura de miras, el país no aguanta». Pero en el equipo de Feijóo desconfían de que el presidente del Gobierno tenga la intención de explorar ese camino. De momento lo único que ha habido es ruido desde las dos partes a la espera de que se oficialice el nombramiento del presidente de la Xunta como jefe de la oposición y líder nacional del PP.

La visión más técnica apunta a que llega un momento en el que la inflación que crece sólo se podrá frenar con subida de tipos, y este camino no es viable de recorrer porque en un contexto tan ajustado como el actual sólo puede llevar a la ruina general de unos ciudadanos que, en líneas generales, cada vez tienen más dificultades para poder llegar a fin de mes. También hay temor a que después de las vacaciones de Semana Santa caiga el consumo, y esto afecte directamente a la creación de empleo.