Cristina L. Schlichting

Tezanos, la hora de la verdad

Asistimos a una profunda transformación de la región más grande de España

Es más asombroso que ver al PSOE fuera del poder en Andalucía. Más impactante, incluso, que ver a Feijoo subir y subir en las encuestas de unas posibles generales. Comprobar que Tezanos publica datos que se acercan a la verdad es, sin duda, un acontecimiento sociológico. ¿Por qué? ¿Por qué los datos del CIS aseveran lo mismo que el resto de las empresas demoscópicas? ¿Cómo es posible que el amigo de Pedro Sánchez vaticine 49 escaños a Juanma Moreno en Andalucía? Según el sondeo del jueves, Juan Espadas empeoraría el resultado de Susana Díaz en 2018, con un 25,2 por 100 de los votos frente a aquellos 27, 95 por 100. Ni por un momento considere usted que este “ataque de realismo” puede deberse a una conversión de don José Felix Tezanos a la verdad de las cosas. La razón es que el Partido Socialista ignora por completo cómo movilizar a sus desmoralizados votantes. Madrid fue un escenario similar, y en aquel entonces el cancerbero de las encuestas lo intentó exagerando e inventando, proporcionando datos tan espléndidos a su partido que cayó después en el más absoluto de los ridículos, cuando Isabel Díaz Ayuso arrasó en las urnas. Esta vez, el demagogo ha elegido el método contrario: reconocer que el PSOE perderá por goleada con ánimo de sacar de casa hasta al gato.

Qué cosas, lo que estamos viendo en esta campaña. Asistimos a una profunda transformación de la región más grande de España. Más de ocho millones de votantes que constituyen la mayor bolsa de voto de nuestro país. Una fuerza política fabulosa que, durante casi cuarenta años, sostuvo al Partido Socialista Obrero Español garantizándole un suelo de voto sólido. Lo que se ha producido en Andalucía es más que una alternancia de poder. Es el final de un feudo. La gente ha comprobado que el mundo no se acaba tras el PSOE. Que vienen otros que garantizan estabilidad y lo hacen incluso mejor. Moreno no sólo va revalidar como presidente de la Junta, es que ha desprovisto al PSOE de una seguridad que necesitaba para garantizarse su papel como uno de los dos partidos claves en España.

Se abre ahora un período fascinante y peligroso. Los socialistas han perdido en Madrid, Castilla y León y Galicia. ¿Cómo, en qué estado, irá Pedro Sánchez a las generales tras un fiasco en Andalucía? Si el revés se consolidase en el parlamento nacional -y estoy ya en la política ficción- un gran interrogante se abriría sobre la misma cúpula del PSOE de Ferraz. Inevitablemente, el partido tendría que buscar nuevo líder y entraría en un tiempo de confusión.

La noticia no sería sólo mala para los socialistas, sino para todos, porque siempre hemos repetido que el bipartidismo es un seguro democrático, una base seria para gobernar. Ciudadanos ya no constituye alternativa, la ultraizquierda está más perdida que un pulpo en un garaje, Vox es un partido pequeño ¿adónde irá toda la masa de votantes progresistas españoles? Basta mirar a Francia para entrar en pánico. El poderoso partido socialista francés es residual y el Partido Republicano casi ha desaparecido. Son partidos ascendentes la ultraderecha de Le Pen y la ultraizquierda de Melenchon. Y el gran voto de centro se agarra como puede a un Macron que no se sabe si es de izquierdas o de derechas y que ha ganado las elecciones en precario. Atención, el presidente francés ha obtenido 58,5 por 100 de votos en segunda vuelta ¡Le Pen un 41,5 por 100! El mejor resultado histórico de la ultraderecha en una presidenciales. La abstención fue superior al 28 por 100, el porcentaje más alto desde hace más de 50 años ¿Qué pasará en Francia la próxima vez? Esa es la pregunta en el país vecino pero también, la que debemos hacernos nosotros. Cuando las barbas de tu vecino...