¿Sumar?

Yolanda Díaz «inhabilita» a Mónica Oltra para proteger su proyecto político

La aparta de «Sumar», a pesar de que organizó su puesta de largo: Ha sido su actitud la que puso en el foco los cimientos todavía nonatos de su plataforma

Son varios los reveses que se acumulan ya a las puertas de que la vicepresidenta Yolanda Díaz lance su proyecto de escucha. Todo lo que la rodea parece explosionar en el momento menos idóneo. Algo que ya está siendo detectado por parte de su equipo y que trata de poner coto a pasos agigantados. Ante circunstancias que no pueda controlar o polémicas en su entorno, acción- reacción.

La imputación de Mónica Oltra por encubrir los abusos sexuales a una menor por parte de su marido fue la primera «herida» que marcó a «Sumar». La ya ex vicepresidenta del gobierno valenciano es uno de los principales activos para la vicepresidenta y para su futura plataforma. La llegó a considerar incluso como «referente» y ésta ha sido uno de sus principales apoyos y transmisores de los principios que quiere regir el proyecto de unidad.

Ha sido su actitud, la de no desvincularse de inmediato de la ya ex vicepresidenta del gobierno valenciano, la que puso en el foco los cimientos todavía nonatos de su plataforma. La líder gallega asumió en un principio el coste político de apoyarla hasta esperar su testimonio ante el juez. Sin embargo, ayer, la vicepresidenta cambió el guion trazado y se desligó de su «referente» claramente. Antes, incluso de que ésta dimitiera de sus cargos institucionales.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta evitó pronunciarse sobre la situación de Mónica Oltra. «Hay que dejar actuar a la Justicia» esgrimió para después esquivar también añadir que haría ella en una situación similar.

Con esta posición, la líder gallega tomaba una distancia clara con el «caso Oltra» en un intento de «salvar» su inminente proyecto. Desde su entorno son más claros y rompen todos los lazos que la unían hasta ahora con la política valenciana, pero van más allá con el objetivo de establecer un cortafuegos ante posibles polémicas que puedan afectar de cara al futuro a los líderes políticos con los que la vicepresidenta se ha dejado ver , se ha abierto a «sumar» y se ha implicado personalmente, como por ejemplo, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que también se encuentra imputada, o la líder de Más Madrid, Mónica García, con la que ha mostrado sintonía política en varias ocasiones. Igual con Íñigo Errejón, que se encuentra cercado por el caso de las donaciones en la campaña electoral de 2019. Se trata así de dejar claro que el proyecto de la vicepresidenta –como ya ha reivindicado ella misma en otras ocasiones– es personal y trasciende a los partidos y a sus dirigentes. «Esto no va de personas», es el mantra que la propia Díaz ha repetido en multitud de ocasiones cuando se le ha preguntado por los políticos o formaciones que la acompañarán en su camino. Así, la vicepresidenta deja caer ahora a una de sus mayores valedoras. Sin embargo, de puertas para fuera, la vicepresidenta se alineó con los morados, que mostraron su apoyo. “Ha demostrado valentía con una decisión responsable en un momento difícil. Pone por delante de todo a su pueblo y la acción transformadora del Botànic. Gracias por tu compromiso y tu trayectoria en favor de los derechos de la gente”, dijo la vicepresidenta en redes.

Mónica Oltra se marcha del gobierno valenciano sin su reproche, a pesar de que el partido es firme defensor de la denuncia ante casos similares. Doble vara de medir. Lo ven como un acoso mediático, político y judicial hacia la ex vicepresidenta valenciana. La ministra de Igualdad, Irene Montero, y la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, no pronunciaron ni una sola reacción de rechazo ante su imputación por un caso dramático y delicado que afecta a una menor de edad. Silencio fue la respuesta. Diferente modus operandi tras su dimisión. Salieron ayer en tromba para defenderla y para destacar su «ejemplo de generosidad» y «compromiso», según Belarra.

A pesar de este esfuerzo por proteger a la marca «Sumar», es inevitable que no le salpique este delicado asunto. Y es que Díaz participó en un acto organizado por Oltra junto a Mónica García, Ada Colau y Fátima Hamed en Valencia, que fue entendido como el embrión de esta «unidad». Oltra facilitó esa foto y ese alegato hacia la unidad. Además, la propia Díaz confió en reeditar en varias ocasiones y de contar con todas ellas.

La estrategia que sigue la vicepresidenta es la de poner tierra de por medio en las polémicas que puedan hacer torpedear su proyecto. Encapsularse. Igual pasa con Andalucía, donde la viepresidenta se implicó completamente para arropar a la coalición Por Andalucía, primer «mini frente amplio», que fue ideado como experimento del proyecto que quiere liderar. Ella misma participó en su creación y llegó a decir que su plataforma no podía prescindir de Andalucía. Un intento de unidad que naufragó y que solo consiguió cinco diputados. Tras el batacazo, la líder de Unidas Podemos en el Gobierno también se ha alejado. En su entorno repiten que ella no fue la promotora de este proyecto y que solo acudió a los mitines a los que las organizaciones la invitaron –tres– como en Castilla y León –uno–. En cuanto al análisis de los resultados, en su equipo admiten que la izquierda se encontraba desmovilizada. Ella misma reconoció el ocaso de una marca que acaba de nacer, pero trató de insuflar ánimos de cara a su proyecto. «La ciudadanía nos está esperando», dijo el 19-J.

El desarme es uno de los asuntos a los que tratará de buscar soluciones en su gira por todo el país. Y es que «Sumar» está destinado a detectar las carencias de la sociedad que no ven resueltas por la política, según su entorno. De estos análisis, la vicepresidenta tratará de crear «un proyecto de país para la próxima década».