Tribunales

El juez Escalonilla archiva el “caso niñera” de Podemos

El magistrado descarta que Irene Montero y Pablo Iglesias tuvieran a dos trabajadoras pagadas con dinero público para cuidar de sus hijos

El titular del Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid, Juan José Escalonilla, ha archivado el “caso niñera” que indagaba en si la ministra de Igualdad, Irene Montero, y el exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias utilizaban algunas de sus trabajadoras pagadas con dinero público para cuidar de sus hijos. El magistrado no solo dice que no constan indicios de que las dos investigadas -Gara Santana y Teresa Arévalo- cuidaran a los pequeños, sino que además no consta que ninguna otra persona del partido lo hiciera cobrando de las arcas públicas.

En un auto con fecha de 27 de julio, el juez da por concluida la causa (con un sobreseimiento libre) y sentencia de forma clara que, después de las diligencias practicadas “no solo no consta acreditado que Teresa Arévalo o Gara Santana se encargasen del cuidado de los hijos de Irene Montero y Pablo Iglesias, sino que incluso no consta acreditado que persona alguna, ajena a los propios padres se haya encargado de su cuidado durante el tiempo que desempeñaban las funciones remuneradas por el partido político Podemos”.

Fuentes de la formación morada lamentan el daño reputacional que todas estas “acusaciones falsas” han causado tanto a la ministra como a las dos trabajadoras que han sido “perseguidas” sin que hubiera base para ello.

La denuncia partió de la que fuera letrada de Podemos Mónica Carmona el 26 de enero de 2021 en el marco del “caso Neurona”. El juez Escalonilla separó estas pesquisas para indagar concretamente si el partido tenía una cuidadora a sueldo, como decía Carmona que fue cesada de su cargo en la formación. En su denuncia adjuntó, por ejemplo, una factura de un viaje a Alicante para un acto electoral en el que decía que Arévalo -contra quien primero se dirigió la causa- viajaba con Montero para ocuparse de los menores. El magistrado defiende que al tratarse de dinero que provenía de fondos públicos “no parece que los hechos a priori resultaran intrascendentes”, por lo que tuvo que hacer las averiguaciones.

Escalonilla destaca la declaración de una de las escoltas de Montero que trabajó de forma directa con ella entre 2017 y 2018 y que defendió ante el juez “de manera tajante” que no le constaba que Arévalo cuidara a los pequeños. “Del solo hecho de que la investigada se desplazara en tren el día 20 de octubre de 2019 a Alicante para un acto electoral [...] no cabe inferir indicio alguno acreditativo de que el desplazamiento de dicha investigada lo fuera para el cuidado de la citada hija de Irene Montero”.

Más adelante en las pesquisas salió otro nombre de la supuesta “segunda niñera”, en este caso, Gara Santana de quien una de las testigos declaró que era “habitual” que fuera “a su domicilio a cuidarles, situación que se mantuvo durante cuatro o cinco meses”. Sin embargo el juez destaca las contradicciones del relato de esta testigo que señaló que ella la veía entrar en la casa y que Santana le decía “vengo a ver a los pequeños” o “ya vengo a pelear con los niños”, pero que en realidad ella nunca los vio cuidándolos. La propia Santana que fue citada a declarar señaló que su relación con Montero era profesional, si bien mantenían una amistad previa y por eso era más cercana y asidua a su casa, pero nunca para hacerse cargo de los menores.

El escrito del togado señala que una declaración “por sí sola” no es un “indicio racional suficiente acreditativo” para determinar que Santana hiciera trabajos de niñera.

Hasta aquí llega otra de las líneas de investigación que se ha abierto a la formación Podemos sin éxito dentro del “caso Neurona”. Éste llegó a tener siete pesquisas separadas de las que queda viva una relacionada con unos trabajos de consultaría para la campaña electoral de la formación en 2018.