Gobierno

Sánchez no tiene “dudas” de que Yolanda Díaz llegará a las generales

El presidente apuesta por llevar la coalición hasta el final de la legislatura para trasladar un mensaje de “estabilidad” y de “futuro”

El presidente apuesta por llevar la coalición hasta el final de la legislatura para trasladar un mensaje de “estabilidad” y de “futuro”.
El presidente apuesta por llevar la coalición hasta el final de la legislatura para trasladar un mensaje de “estabilidad” y de “futuro”.GEORGI LICOVSKIAgencia EFE

“Ha sido un año duro”. Pedro Sánchez enfila los últimos días del curso político en un viaje por los Balcanes Occidentales, en el que, en conversación informal con los periodistas que le acompañan, ha mostrado su disposición de aguantar hasta el final. No es una novedad. El presidente del Gobierno mantiene inalterable, pese a la constante rumorología y el contexto adverso, su vocación de agotar la legislatura. Más dudas genera, no obstante, cómo lo hará y si seguirá de la mano de los socios dentro y fuera del Ejecutivo, que le han acompañado hasta ahora en Moncloa y que le sostienen parlamentariamente. En este sentido, Sánchez tampoco traslada ningún género de duda sobre la necesidad de mantener vigente la coalición.

En un primer término, por el mensaje que proyecta de cara a la opinión pública. Esta la es la primera experiencia de un gobierno de este tipo en un país España, cuya cultura de coalición es inédita en democracia. En este sentido, el presidente considera que es “una buena señal para el futuro que dos fuerzas de izquierdas se entiendan” y cultiven su entente hasta el final. Además, Sánchez entiende que todavía existen importantes retos por delante que afrontar y existe la necesidad de trasladar una imagen de estabilidad de cara a las urnas, superando así la aciaga etapa que comenzó en 2015, en la que se inició un proceso de alto voltaje político con una crisis de gobernabilidad, en la que se sucedieron mociones de censura, exitosas y frustradas, repeticiones electorales y gobiernos en funciones. “Tiene que haber un gobierno fuerte y con mayoría parlamentaria para abordar la respuesta justa a los acontecimientos”, apuntan desde Moncloa.

De este modo, Sánchez mantiene la hoja de ruta y las generales se celebrarán “cuando tocan”, en diciembre de 2023. Un mandato constitucional en el que no interfiere que la Princesa Leonor tenga que jurar la Constitución en el Congreso de los Diputados cuando cumpla los 18 años. Desde el entorno del presidente explican que no es necesario que este acto se produzca el mismo día de su cumpleaños, el 31 de octubre, cuando se prevé que las Cortes ya estén disueltas, sino que se puede celebrar una vez que alcance la mayoría de edad, en el periodo de sesiones que surja tras la constitución de las nuevas Cortes. Entienden en Moncloa, que la Casa Real asumiría una presión añadida y que no va a condicionar los planes del Gobierno sobre las elecciones generales.

El futuro de Díaz

Cómo concurran las formaciones de izquierdas a esos comicios es otra cuestión aún por dilucidar. Sánchez no oculta en público y en privado la necesidad de que exista un proyecto potente a la izquierda del PSOE que permita revalidar la Moncloa. En este sentido, el propio Sánchez asegura que “no le cabe duda” de que Yolanda Díaz llegará a las generales con su proyecto “Sumar”, después de que ella misma asegurara que su plataforma no estará en condiciones de presentarse a la primera prueba electoral de 2023, las municipales y autonómicas. El presidente no quiso entrar a valorar las dinámicas internas que existen dentro de Podemos por las “cuotas de poder” y considera que esas pulsiones se irán reequilibrando a medida que se acerquen las urnas. En este punto, Sánchez sí considera -como incluso explicitó en la tribuna del Congreso- que el ruido interno en el seno de la coalición perjudica y desincentiva a los votantes progresistas, pero pide relativizar ese impacto, algo que cree que se sobredimensiona en los ámbitos políticos y que no llega tanto a la calle.

Tregua de la inflación, a partir de septiembre

El presidente tiene palabras amables para sus socios de coalición, de quienes considera que están haciendo un “trabajo positivo” y con quienes “empatiza” por las “circunstancias extremas” que les ha tocado vivir. Aun así, a pesar del contexto adverso, en Moncloa confían en que una vez que pase el verano, a partir de septiembre, la situación pueda mejorar y la inflación dé un respiro. Son conscientes de que es la principal preocupación de los ciudadanos y, por extensión, la del Gobierno y se afanan en intentar “dar la vuelta” a las encuestas que hoy por hoy les son adversas.

Así, exhiben actividad ejecutiva con resultados: “150 proyectos legislativo aprobados, dos presupuestos consecutivos en tiempo y forma y reformas muy profundas y de calado como la de las pensiones, la laboral o la educativa, entre otras. Una actividad que, sin embargo, parece no tener un reflejo en sus expectativas electorales, aunque en el Gobierno sostienen que “lo importante es para qué y para quién gobiernan. Para proteger a las clases medias y trabajadoras, para la mayoría social y para transformar España y que avance”.